Es curioso cuánto cambian algunos frutos en crudo cuando los cocinamos. El caso del membrillo es uno de los más paradigmáticos. Al natural, este producto propio de los meses de otoño y de origen asiático, resulta amargo, astringente, con una textura muy poco agradable. Sin embargo, cuando pasa por el calor -del horno, del agua hirviendo…- la cosa cambia. Entonces, el membrillo se convierte en una delicatessen.
Es, por ejemplo, delicioso como guarnición platos salados de carne (su contrapunto dulce funciona especialmente bien en piezas de caza). También se puede usar como ingrediente para dar un toque diferente a tus ensaladas.
Aunque, quizá, donde más brilla es en el terreno de la repostería. Y es que este fruto tiene una gran versatilidad para a elaboración de pastales, bizcochos, tartas… El ejemplo que hoy os traemos da buena muestra de ello. Un postre que, a la manera de las típicas tartas de manzana presentadas con una rejilla de hojadre en la superficie, ofrece un resultado tan rico como vistoso. Si te animas con ella, aquí tienes detallado el modo de elaboración:
TARTA DE MEMBRILLO, PASO A PASO
Ingredientes (para un molde de 24-26 cm acanalado)
- 1 lámina de masa quebrada
- 1 lámina de hojaldre
- 2-3 membrillos frescos (unos 500-600 g pelados y sin corazón)
- 80-100 g de azúcar
- 1 cucharadita de canela en polvo
- 1 pizca de nuez moscada (opcional)
- Zumo de ½ limón
- 1 huevo batido para pincelar
- 1 cucharada de mermelada de albaricoque o membrillo (opcional, para brillo)
Elaboración
-Pela los membrillos, quítales el corazón y córtalos en gajos o dados pequeños.
-Colócalos en un cazo con agua suficiente para cubrirlos, añade un poco de azúcar y el zumo de limón.
-Cocina a fuego medio durante 10-15 minutos, hasta que estén tiernos pero firmes.
-Escurre bien el líquido y reserva los membrillos.
-Precalienta el horno a 180 °C, con calor arriba y abajo.
-Extiende la masa quebrada en el molde acanalado y recorta los bordes sobrantes. Pincha la base con un tenedor para evitar que se hinche.
-Mezcla los membrillos cocidos con la canela, la nuez moscada y un poco de azúcar si lo deseas. Distribúyelos de manera uniforme sobre la base de masa.
-Con la lámina de hojaldre, corta tiras de 1-1,5 cm de ancho. Colócalas sobre la tarta en forma de rejilla: primero tiras horizontales, luego verticales entrecruzadas.
-Pincela las tiras con huevo batido para que se doren.
-Hornea durante 35-40 minutos, hasta que la masa esté dorada y las tiras crujientes.
-Calienta un poco de mermelada y pincela la superficie justo al salir del horno para un brillo bonito (opcional).
-Deja reposar unos minutos antes de desmoldar para que el relleno se asiente.