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Croquetas de jamón: receta sencilla y casera como la haría tu abuela


De bacalao, pollo, setas, pringá, gambas… ¡la variedad es inmensa! Pero las croquetas por excelencia son, sin duda, las de jamón ibérico. Y si pueden ser 'las de la abuela', mejor que mejor, que es la receta que aquí te mostramos.

90 min
fácil
Croquetas de jamón

En casi todos los estudios que se realizan en España sobre cuáles son nuestros platos favoritos, las croquetas siempre se encuentran entre los primeros puestos del podio -junto a la paella, la tortilla de patatas, el gazpacho, el cocido y el cordero asado-. Y son las de jamón el sabor preferido por todos -después le siguen las de cocido, las de trufa, las de pollo y las de bacalao-. Rescatamos la receta clásica, la de toda la vida, la que ya hacían nuestras abuelas, heredaron nuestras madres  y ahora nosotros te invitamos a seguir con este maravilloso y sabroso legado.

Qué tipo de jamón podemos usar para las croquetas

En España, las croquetas se han convertido en una tapa imprescindible y se estima que cada habitante se come unas 151 unidades de ellas al año. Cuando hablamos del mejor jamón para hacer esta clásica elaboración de origen francés que hemos adoptado como nuestra, hay que decir que en sus inicios no se le daba la importancia actual, ya que era una manera de aprovechar restos -sucedía con el jamón y con otros ingredientes, pues no olvidemos que las croquetas nacieron como 'cocina de restos'-. 

Pero hoy buscamos darle protagonismo al sabor -tanto que podemos infusionar la leche de la bechamel con huesos de jamón de bellota o añadir un poco de caldo casero -. No hay que ir tan lejos, aunque está claro que si utilizamos un jamón ibérico de bellota, el resultado será sublime y su grasa le aportará una gran cremosidad. Pero también quedan buenísimas con un jamón de cebo, que tiene algo menos de potencia que el primero.

Una buena bechamel es la clave de unas croquetas 'top'.
Una buena bechamel es la clave de unas croquetas 'top'.

Cómo congelar las croquetas

Te recomendamos que cuando hagas croquetas, prepares más cantidad y las congeles, porque se puede hacer perfectamente y así siempre que te apetezcan, las tendrás disponibles en un momento. Aquí van nuestras recomendaciones.

  1. Una vez que tengas lista la masa y la dejes enfriar, deja que repose en la nevera.
  2. Dales forma y pasa por harina, huevo batido y pan rallado para que queden bien selladas y no se abran al freírlas.
  3. Colócalas separadas dentro de una bandeja y congélalas durante 1 hora.
  4. Cuando se hayan endurecido, introduce las croquetas en bolsas de autocierre o recipientes herméticos.
  5. Etiqueta con la fecha y con el sabor que tengan. Duran hasta 3 meses en perfecto estado.
  6. No hace falta que las descongeles, puedes freír directamente las croquetas en aceite bien caliente o cocinarlas en el horno.

Ingredientes

Para la bechamel
  • 150 gramos de mantequilla
  • 150 gramos de harina
  • 500 mililitros de leche
  • sal
  • nuez moscada
  • 150 gramos de jamón ibérico en lonchas
Para el caldo de jamón
  • 3 trozos de hueso de jamón ibérico
  • 1 punta de jamón ibérico
  • 4 litros de agua
  • 1 puerro
  • 1 cebolla
  • 1 zanahoria
  • 4 dientes de ajo
  • 1 ramillete de perejil fresco
Para la fritura
  • harina
  • pan rallado
  • huevos
  • aceite de oliva

Preparación

El caldo de jamón

  1. Eliminia las partes sucias o rancias del hueso de jamón y lava ligeramente.
  2. Acerca la olla exprés al fuego con un hilito de aceite de oliva e incorpora los ajos enteros, chascados, pero sin pelar y los huesos de jamón y deja que se tuesten durante unos minutos.
  3. Pasado ese tiempo, incorpora el agua, la punta de jamón y las verduras: el puerro limpio y troceado, la cebolla también troceada, la zanahoria pelada y troceada y el perejil.
  4. Cierra la olla exprés y cocina durante 45 minutos desde que alcance la presión.
  5. Pasado ese tiempo, abre la olla y retira las impurezas. 
  6. Cuela y ya está listo tu caldo de jamón casero. 
  7. Si lo preparas de un día para otro, al enfriarlo en la nevera podrás desgrasarlo fácilmente. Lo ideal es hacer una buena cantidad de caldo y congelar para cuando sea necesario.

La bechamel

  1. Corta las lonchas de jamón en trocitos pequeños con unas tijeras.
  2. Pon una sartén al fuego con la mantequilla y espera a que se derrita.
  3. Añade la harina para tostarla y que pierda el sabor a crudo. Hazlo con el fuego suave y sin dejar de remover para que no se queme.
  4. Añade la leche y la misma cantidad de caldo de jamón poco a poco, que deben estar calientes para que no se formen grumos. 
  5. Mantén tu bechamel al fuego sin dejar de remover ni un instante hasta que espese, lo que tardará unos 20 minutos.
  6. Casi al final, incorpora el jamón picado, un poco de nuez moscada y una pizca de sal.
  7. Sabrás que la bechamel está lista cuando la masa se despegue de los laterales de la sartén. En ese momento pasa la bechamel a otro recipiente bien estirada, como una fuente o bandeja no demasiado profunda y deja atemperar.
  8. Tapa la bechamel con film de tal forma que toque la superficie, para que no se forme costra. Deja que se enfríe a temperatura ambiente y, después, métela en la nevera durante 4 horas o de un día para otro.

La fritura

  1. Prepara tres platos, uno con harina, otro con huevo batido y otro con pan rallado, colocados por este orden.
  2. Ve tomando pequeñas porciones de tu masa de croquetas, dales la forma deseada y ve pasándolas primero por harina, luego por el huevo batido y finalmente por el pan rallado. Reserva en una bandeja.
  3. Acerca una sartén al fuego con abundante aceite de oliva y, cuando esté bien caliente, ve introduciendo las croquetas de jamón en pequeñas tandas para que no baje mucho la temperatura del aceite.
  4. A medida que vayan dorándose, saca las croquetas sobre un papel absorbente para retirar el exceso de grasa.
  5. ¡Y ya las tienes listas!

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.