Dos tesoros de la huerta típicamente invernales, los nabos y las espinacas, que aquí se convierten en protagonistas de una crema tan rica como reconfortante. El toque crujiente lo obtendremos gracias a los picatostes que añadiremos al final.
Dos tesoros de la huerta típicamente invernales, los nabos y las espinacas, que aquí se convierten en protagonistas de una crema tan rica como reconfortante. El toque crujiente lo obtendremos gracias a los picatostes que añadiremos al final.
Repartir la crema en cuencos o en tazas de consomé, acompañarla con los picatostes, decorar con los trozos de espinaca reservados y espolvorear con pimienta recién molida.
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