Atención a estas alitas de pollo con guindilla capaces de retar a cualquier paladar. En realidad, el picante no viene por la guindilla fresca, sino por la salsa de tabasco. Y no temas, que se pueden hacer suaves y aromáticas o muy muy picantes, según tu tolerancia. ¡Anímate!
- 800 g de Alitas de pollo
- Sal
- Pimienta negra
- Aceite de oliva virgen
- 4 dientes de Ajo
- 2 cs de Tomate natural en conserva
- 1 cucharadita de Pulpa de pimiento choricero
- 250 ml de Caldo de pollo
- Salsa Tabasco varias gotas, al gusto
- 2 ud de Chile rojo fresco
Para decorar:
- Perejil fresco
- Semillas de sésamo blanco
-
1.
Para hacer estas alitas con guindilla, lo primero que haremos es limpiar las alitas de restos de grasilla e impurezas y partirlas en dos, desechando la punta, si es que no lo han hecho por nosotros en la pollería, al comprarlas.
-
2.
Salpimentamos las alitas y las marcamos en una sartén con un chorrito de aceite de oliva. Cuando estén doradas por todos los lados, las retiramos a un plato aparte.
-
3.
En el mismo aceite, doramos el ajo pelado y picado bien fino a fuego suave, para que no se queme.
-
4.
Cuando el ajo comience a tomar color, añadimos el tomate natural triturado, la pulpa de pimiento y el caldo de pollo y subimos el fuego hasta que hierva, luego lo bajamos a fuego medio.
-
5.
Incorporamos las alitas de nuevo y añadimos unas gotas de tabasco y la guindilla roja fresca partida en aritos y cocinamos el conjunto hasta que las alitas estén bien hechas por dentro.
-
1.
Sirve tus alitas de pollo con guindilla inmediatamente y adorna con un poco de perejil fresco picado por encima y unas semillas de sésamo. ¡A disfrutar!
-
1.
Si las alitas están bien cocinadas pero la salsa aún está muy líquida. Retira las alitas y reserva y sube el fuego para reducir la salsa. Otra opción es disolver una cucharilla de maicena en un dedito de caldo y añadirlo a la salsa para que espese.
Más recetas de
AVES:
Últimas recetas: