/ 
clock 30min | easyFácil | 4 COMENSALES

Alitas de pollo con guindilla

¡Gracias por votar! ¡Ya has votado!

Atención a estas alitas de pollo con guindilla capaces de retar a cualquier paladar. En realidad, el picante no viene por la guindilla fresca, sino por la salsa de tabasco. Y no temas, que se pueden hacer suaves y aromáticas o muy muy picantes, según tu tolerancia. ¡Anímate!

  • 800 g de Alitas de pollo
  • Sal
  • Pimienta negra
  • Aceite de oliva virgen
  • 4 dientes de Ajo
  • 2 cs de Tomate natural en conserva
  • 1 cucharadita de Pulpa de pimiento choricero
  • 250 ml de Caldo de pollo
  • Salsa Tabasco varias gotas, al gusto
  • 2 ud de Chile rojo fresco
Para decorar:
  • Perejil fresco
  • Semillas de sésamo blanco
  1. 1.

    Para hacer estas alitas con guindilla, lo primero que haremos es limpiar las alitas de restos de grasilla e impurezas y partirlas en dos, desechando la punta, si es que no lo han hecho por nosotros en la pollería, al comprarlas.

  2. 2.

    Salpimentamos las alitas y las marcamos en una sartén con un chorrito de aceite de oliva. Cuando estén doradas por todos los lados, las retiramos a un plato aparte.


  3. 3.

    En el mismo aceite, doramos el ajo pelado y picado bien fino a fuego suave, para que no se queme.

  4. 4.

    Cuando el ajo comience a tomar color, añadimos el tomate natural triturado, la pulpa de pimiento y el caldo de pollo y subimos el fuego hasta que hierva, luego lo bajamos a fuego medio.

  5. 5.

    Incorporamos las alitas de nuevo y añadimos unas gotas de tabasco y la guindilla roja fresca partida en aritos y cocinamos el conjunto hasta que las alitas estén bien hechas por dentro.
PRESENTACIÓN:
  1. 1.

    Sirve tus alitas de pollo con guindilla inmediatamente y adorna con un poco de perejil fresco picado por encima y unas semillas de sésamo. ¡A disfrutar!
TRUCO ¡HOLA!:
  1. 1.

    Si las alitas están bien cocinadas pero la salsa aún está muy líquida. Retira las alitas y reserva y sube el fuego para reducir la salsa. Otra opción es disolver una cucharilla de maicena en un dedito de caldo y añadirlo a la salsa para que espese.