Sabemos que cuando va llegando el final de la comida, sobre todo en Navidad después de tantas, a veces no te apetece casi ni probar el postre. Por este motivo, hoy queremos proponerte un sorbete tan fresco y ligero... ¡que te será imposible decir que no! Tanto a ti, como a tus comensales. Apunta bien los siguientes pasos y haz hueco en el congelador, puesto que va a necesitar varias horas de refrigeración. Sin embargo, la preparación de este postre es tan sencilla, que igual te apuntas la receta para el año que viene... Bon appétit!
- 4 ud de Limón
- 500 ml de Agua
- 150 g de Azúcar blanca
- 250 ml de Hielo picado
- 1 puñado de Menta (en hojas)
- 1 ud de Yogur natural
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1.
Lavar los limones, partirlos por la mitad y hacer zumo con la ayuda de un exprimidor. Colar.
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2.
Derretir a fuego medio el azúcar en un cazo con agua y cocinar durante 5 minutos hasta conseguir un sirope ligero.
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3.
Triturar el hielo con la ayuda de una batidora o procesador de alimentos, hasta que tenga un parecido similar al de la nieve.
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4.
Verter el zumo de limón en el hielo picado, el sirope y el yogur y mezclar para que se integre todo bien.
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5.
Introducir en el congelador, al menos dos horas, removiendo de vez en cuando.
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6.
Mojar en agua el filo de las copas, o recipientes en los que se vaya a servir el sorbete, y decorar con azúcar.
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7.
Con la ayuda de una cuchara, rellenar las copas con el sorbete de limón.
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8.
Espolvorear una pizca de ralladura de limón por encima y decorar con un par de hojas de menta.
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9.
Servir muy frío.
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