Nos encontramos con el presidente de la Academia Iberoamericana de Gastronomía en su despacho a mediodía. Su agenda, como cada día, echa humo. Y pese a que hoy cumple 90 años, continúa a un ritmo infatigable atendiendo todo tipo de compromisos, asistiendo a comidas y cenas, viajando y, también, sacando tiempo para los suyos. Aprovechamos para felicitar a Rafael Ansón, que se encuentra en plena forma gracias a su genética y a que cuida su alimentación, y para hacer un repaso de su apasionante trayectoria.
"Yo donde me siento más cómodo y con lo que más me identifico es con ser comunicador"
Comencemos haciendo un balance tanto personal como profesional de estas ¡nueve décadas!, Rafael.
Creo que lo más importante es que tengo la satisfacción de haber cumplido lo que decidí hacer cuando tenía 20 años, que es unir mis dos grandes pasiones, que son la comunicación y gastronomía. Y ambos mundos me han dado muchas gratificaciones. He tenido la gran oportunidad de estar con las grandes personalidades del mundo de la política, del mundo de la comunicación y, por supuesto, del mundo de la gastronomía. Y en el terreno personal he conseguido tener una mujer maravillosa y unos hijos y una nieta estupendos.
Has hecho de todo: empresario, asesor, político, presidente de varias Academias de Gastronomía, director general de RTVE... ¿dónde te sientes más cómodo?
Sin ninguna duda como comunicador. La comunicación es de las cosas más bonitas que hay y que existen desde la Biblia, la imprenta en el Renacimiento, los periódicos, la radio, la televisión y ahora las redes sociales. Todo es comunicación.
Naciste en San Sebastián, ¿en el seno de qué familia?
Sí, vine al mundo allí. Mi padre, republicano, era un abogado maravilloso, que estaba en el bufete de Bergamín, que era el más importante de Madrid. Bergamín había sido ministro de Justicia. Y eso le complica mucho la vida a mi padre después de la guerra, como es natural. Mi madre, aunque nacida en Valencia, era hija de una familia de la burguesía catalana de Barcelona. Su padre era director de la Cámara de Comercio. Veraneábamos en San Sebastián y como ella se encontraba realmente mal durante el embarazo, le dijeron que no podía viajar y como estábamos allí, pues allí nací.
Háblanos de tus hermanos (Luis María Ansón, periodista, y Francisco Anson Oliart, escritor).
En las familias cada miembro marca un territorio. Paco, mi hermano mayor, marcó mucho el espacio religioso y mi hermano Luis María ha destacado en el espacio de la brillantez, de la expresividad y de todo. Así que yo pensé que lo importante que tenía que hacer era ser útil y que la gente contara conmigo. Y, al ser el más disponible y cercano de los 3, siempre fue así.
Estudiaste Derecho, te convertiste en experto en comunicación Social y técnico Superior de Información y Turismo, ¿desde pequeño, de alguna manera, tenías claro que querías dedicarte a la comunicación?
Absolutamente, porque desde muy pronto me di cuenta de que lo más importante de todo era comunicar. Y lo hacías desde enseñando unas fotos hasta las notas del colegio, algo que a mi me encantaba hacer. Así que lo normal es que, con 21 años, ya entrara como Jefe de Prensa de la Presidencia en el año 56, era algo que llevaba innato. Hacía por entonces unos informes con recortes de periódicos que le daba a López Rodó, éste a Carrero Blanco y éste, a su vez, a Franco.
Por cierto, ¿cuál es tu relación actual con la Casa Real española?
Creo que han conseguido una cosa que me parece que es lo más difícil en el mundo actual y es que ni a doña Letizia ni a don Felipe se les puede atribuir nada negativo, ningún escándalo, y eso tiene mucho mérito. Son muy cercanos con los españoles, siempre están a su lado en los buenos y malos momentos (Juegos Paralímpicos, la DANA, los incendios...). Y eso da una imagen de España maravillosa de cara al exterior y a las relaciones internacionales. Y como yo creo tanto en la estética, los reyes son una pareja absolutamente admirable en todo: cómo son, cómo van vestidos, su belleza, su elegancia, su juventud...España gana mucho con ellos.
"La mesa es un lugar de encuentro, convivencia, comunidad y amistad"
Fuiste presidente de la Real Academia de Gastronomía y ahora lo eres de la Academia de Gastronomía de Iberoamérica, ¿en tu casa siempre se comió bien?
No, no, mi madre no sabía cocinar, pero yo ya desde que tomaba el biberón apuntaba maneras y si estaba muy caliente o muy espeso no lo quería, según contaba ella. Después de la guerra fue cuando empecé a aprender de comida, por mi curiosidad -al igual que de pintura o de música- y sobre todo por la parte sociable. Era mi forma de poder reunirme con todo tipo de personalidades. Si me decían que no, les invitaba a comer, y a eso nadie se negaba. La mesa es un lugar de encuentro, convivencia, comunidad y amistad.
¿Cómo empiezas a darle forma a la Academia de Gastronomía?
Le di forma jurídica primero con la Cofradía de la Buena Mesa. En el año 69 le pregunté a Luis María que, a su vez, les preguntó a los consejeros de rey de España, si les gustaba comer. Y como les encantaba, les invité a todos a comer en una sala de la Zarzuela. Al salir se dieron cuenta de que conmigo iban a seguir comiendo muy bien siempre y con ellos fundamos la Cofradía, que fue el germen de la Real Academia de Gastronomía (RAG), fundada en el año 1980, de la que fui presidente hasta 2020. Y, de alguna manera, también fue darle carácter institucional y jurídico al que unos cuantos señores comiéramos bien, para empezar a trabajar en serio por la gastronomía en España, con la creación, entre otras muchas cosas, de los prestigiosos Premios Nacionales (En el año 2019, ¡HOLA! fue galardonada por su contribución a difundir la cocina española).
¿Cuál crees que ha sido el principal logro durante tu mandato en la RAG?
El haber creado la nueva gastronomía del siglo XI, la de las 4 'S'. La gastronomía era para Francia sobre todo y para el mundo el placer de unos cuantos privilegiados que disfrutaban comiendo. Y la gastronomía es mucho más, porque tiene que ser saludable, solidaria, sostenible y satisfactoria. Y añado también la sociabilidad, porque como he dicho la mesa es el mejor lugar del mundo actual para conversar, convivir, estrechar lazos con la familia y los amigos
¿Has trasmitido ese amor por la gastronomía a tus hijos?
Desde luego. A mi hijo Rafael le ha encantado siempre, y desde muy pequeño lo que más le gustaba era el caviar. Alejandra ha montado hasta su propia consultora gastronómica, Ansón & Bonet, y Nuria, que vive en Los Ángeles y trabaja en una productora, aunque era la que menos importancia le daba, ahora empieza a valorarlo porque hacen muchos formatos de cocina. Y mi mujer Inmaculada, aunque come poco, cocina maravillosamente bien. Porque yo no sé hacer ni un bocadillo.
Rafael, de toda la gente importante que has conocido a lo largo de tu vida, ¿quién te ha impresionado más y te ha dejado mayor huella?
La que más, sin ninguna duda y con diferencia, es Inmaculada, mi mujer. Ella me hace ser como soy, que tenga la ilusión que tengo, que quiera cumplir otros 90 años y que cumpla con mis obligaciones para después poder estar tan buenos momentos con ella. Además, alguien que me ha marcado profundamente ha sido Julián Marías, la mejor cabeza pensante del siglo XX, muy brillante, un escritor excepcional, peor como filósofo pero un gran divulgador. También el cardiólogo Valentín Fuster es otra personalidad a la que admiro profundamente, por dar soporte científico a todo lo que pasa.
"Entre mis restaurantes favoritos están Arzak, Vía Véneto, Coque y Desde 1911"
¿Sigues comiendo y cenando casi a diario fuera de casa, en restaurantes?, ¿qué es lo que más valoras de ellos?
Claro, haciendo un cálculo, creo que son como 60 restaurantes al mes los que visito. Y lo que más valoro ahora mismo es el espacio, la parte visual, porque ya se presupone que la comida va a estar bien. Y otra cosa que me importa muchísimo es el trato humano. Después del Covid, gustan más entornos amables, confortables y humanos. Ah, y por supuesto, la compañía, porque a mi el restaurante que más me gusta es al que voy con Inmaculada. Pero si te tengo que decir algunos, pues serían Arzak, en San Sebastián, Vía Véneto, en Barcelona, y Coque, en Madrid, sin olvidar los del grupo de Pescaderías Coruñesas, entre el que me gusta especialmente Desde 1911-
¿Cuál es tu plato favorito?
Cualquiera que tenga patata, es mi ingrediente fetiche. Es el producto que absorbe más y mejor los sabores.
Terminemos hablando de tus últimos proyectos
Son muchos porque mis días están llenos de reuniones, encuentros, viajes, etc, como presidente de la AIGB, presidente de honor de la Academia Internacional y de la Española y presidente de la Comunidad Europea de la Nueva Gastronomía. Y hay un proyecto que me hace especial ilusión y es que estoy escribiendo un libro de memorias gastronómicas que lleva de subtítulo "Confieso que he comido y bebido", inspirado en el 'Confieso que he vivido', del gran Pablo Neruda.
¿Te jubilas? Sopla las 90 velas de la tarta y pide un deseo.
No sé cómo se hace, así que no me pienso jubilar, deseo que mi curiosidad y mi ilusión sigan intactos y espero poder vivir muchos años porque como poco y bueno, y de lo bueno mucho -algo que aprendí de Julián Marías- y seguir disfrutando como hasta ahora de mi querida familia.