Darren McGrady trabajó en las cocinas de Buckingham Palace durante 15 años, en las décadas de 1980 y 1990 y, gracias a él, se fueron conociendo algunas de las preferencias culinarias de la familia real británica. Solía decir que eran de gustos sencillos. Recientemente ha vuelto a recordar en una entrevista exclusiva con la revista Heart Bingo varias anécdotas entre las que destaca lo que solía desayunar la reina Isabel II.
Podríamos pensar en algún ingrediente de lujo o en alguna elaboración exótica, que es lo que tenemos en el imaginario popular asociado a las monarquías, pero la hija de 'la reina madre' solía desayunar cereales y su variedad preferida eran los Special K. "El desayuno de la reina era a las 9 de la mañana y se le llevaban a su habitación sus cereales favoritos a pesar de que había 20 chefs disponibles para cocinar cualquier cosa que pidiera", ha contado McGrady.
Isabel II, una gran amante del chocolate negro
Para las cenas, la reina prefería "productos autóctonos como perdiz o venado de Sandringham y urogallo de Balmoral. Era muy golosa y le encantaba el chocolate negro, en palabras de McGrady. "Cualquier postre con chocolate del menú Isabel II lo elegía siempre, y su tarta de cumpleaños era un pastel de ganache de chocolate con la misma receta todos los años, que se remonta al chef de la Reina Victoria".
Durante sus años como jefe de la cocina real, dice, "la palabra de la reina era ley, sin importar las preferencias personales en las cenas reales oficiales. No tuvimos ni un solo invitado vegetariano, sin gluten o intolerante a la lactosa, si cenabas con la Reina, comías lo que ella comía."
Darren, que cocinó también para varios presidentes de Estados Unidos y hoy vive en Dallas, después de formar parte del staff del Hotel Savoy de Londres, se convirtió en chef personal de la reina Isabel II, de la princesa Diana y de los príncipes William y Harry,
Los gustos de los príncipes Guillermo y Harry
El príncipe Guillermo compartía la afinidad de su abuela por el chocolate negro y era especialmente aficionado al helado. McGrady ha contado que había distintos protocolos dependiendo de la residencia real en la que se encontraran. En el Palacio de Buckingham, "la reina pulsaba un botón, llegaba alguien del servicio, le pedía el helado, y eso desencadenaba una larga cadena de personal y utensilios: jefe de cocina, pastelero, despensa de plata, despensa de cristal, cuarto de lencería. Finalmente, 20 minutos después, Guillermo recibía su helado casero".
Sin embargo, "en Kensington, todo era mucho más relajado. Guillermo entraba en la cocina y decía: 'Darren, ¿me das un helado de chocolate, por favor?'. Yo le decía: 'Sírvete tú'. Él cogía un Häagen-Dazs con pepitas de chocolate, su favorito, lo abría y se sentaba en el alféizar de la ventana a comerlo".
También recuerda el ex chef de la Casa Real británica que Guillermo y su hermano, el príncipe Harry, durante aquella época tenían los típicos antojos de los chicos de su edad. McGrady recordó una ocasión en que la Princesa Diana, le pidió que cancelara sus planes de almuerzo para poder llevarlos a McDonald's, a lo que él contestó: "preparo unas hamburguesas que son mucho mejores que las de McDonald's, a lo que ella respondió que ya lo sabía pero que querían los típicos juguetitos que acompañan los menús infantiles de la cajita. Como cualquier familia normal con niños, a veces pedían comida rápida".