Sharon Stone fue protagonista de una persecución de película. La diva se quitó los zapatos, saludó a los presentes y subió a la lancha que debía llevarla al hotel Cipriani, en la isla Giudecca, donde se aloja. Los paparazzi, que esperaban el desplazamiento de la actriz, comenzaron a seguirla. Para evitarles, la embarcación en la que iba Sharon Stone con su marido giró bruscamente y provocó un intenso oleaje que desplazó a los dos fotógrafos contra una baliza y un vaporetto. Uno de ellos tuvo que ser atendido de un golpe en la cabeza y recibió nueve puntos de sutura en un brazo.
Mientras la estrella norteamericana provoca suspiros e incidentes a su paso, la presencia de otros actores tan conocidos como ella, ha sido mucho más discreta. Uno de los más esperados, Richard Gere, que está promocionando Dr. T and Women, la película de Robert Altman, ha preferido dar rienda suelta a su vena romántica. Ha posado para los fotógrafos y se ha dedicado a disfrutar de la ciudad junto a su compañera, Carey Lowell, con quien tiene un hijo de siete meses. Estos días se les ha podido ver visitando la catedral y el palacio ducal como dos turistas más.
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