Errores comunes en principiantes

Por Estefanía Arnaldo

by hola.com Imagínate que hoy es tu primer día de gimnasio, llegas con muchísimas ganas pero no sabes bien por dónde empezar y entonces es cuando aparecen los primeros errores.

“Con meros consejos, no se va muy lejos”: Lo más común es realizar los ejercicios o actividades que alguien te recomienda porque le van bien, sin tener en cuenta nuestra capacidad física, nuestras lesiones e incluso nuestras preferencias. Debes dejarte aconsejar por alguien experto, el instructor del gimnasio o un entrenador personal que sí que tendrán en cuenta estos aspectos para recomendarte un entrenamiento.

“No es malo vivir en las nubes, lo malo es bajar”: Es decir, no debes pensar en objetivos irreales. Debes tener claro cuáles son, pero debes ser realista y saber que dentro de 3 meses no vas a ser una modelo de Victoria´s Secret. Esto solo te llevaría a que llegado el momento te decepcionases y a no seguir adelante ¡Y eso no es lo que queremos!

Otro error muy común es no seguir una dieta adecuada: debes comer bien para estar fuerte a la hora de entrenar. No por comer menos vas a conseguir el objetivo más rápido. Aquí te aconsejo lo mismo que con el primer punto: asesórate con un buen nutricionista y recuerda: “de lo que se come se cría”

No hace falta entrenar todos los días: Igual de importante es el descanso que el entrenamiento en sí y debes dormir bien diariamente y descansar algún día para así dejar que tu cuerpo se recupere. Sino caerás en el sobreentrenamiento y no podrás seguir hacia la meta. “Hasta la salud necesita descanso”

Otro consejo que te doy es que comiences despacio, “las prisas no son buenas” y poco a poco ve aumentando la intensidad de los ejercicios, sea el entrenamiento que sea. Tu cuerpo necesita un período de adaptación, que es muy importante para progresar y además para evitar lesiones.

Y por último, sería bueno que siguieras un plan en tus sesiones, comenzando calentando para preparar tu cuerpo, siguiendo con los ejercicios específicos y terminando volviendo a la calma con ejercicios de flexibilidad y relajación. Además planea qué es lo que vas a hacer exactamente para no perder tiempo y maximizar tus resultados. Ya sabes “para buena vida, orden y medida”.

¿Estás preparado?

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