Son cada vez las mujeres de todas las edades que juegan y se divierten con el color de su pelo. No sólo para cubrir canas (aunque ésta siga siendo la razón más frecuente para teñirse el cabello), sino también como un accesorio más destinado a mejorar la imagen personal. La coloración es un proceso que lleva tiempo y dinero, tanto si se realiza en casa como si la deja en manos de un peluquero profesional. Lamentablemente, el sol, productos demasiado agresivos o los cuidados equivocados degradan la calidad del color obtenido, dejando el cabello mate y apagado, por lo que conviene conocer los cuidados que mantienen el tono y brillo del pelo recién teñido. Use siempre champús específicos para cabello coloreado, que reducen el arrastre de los pigmentos de color que se escapan con cada aclarado y además incluyen filtros que reducen el efecto decolorante de la luz solar. Cada diez días, recurra a un champú con color, que "refresca" la intensidad del tinte, o, si lo prefiere, opte por trucos basados en productos naturales. Por ejemplo, realizar el último aclarado con infusión de camomila reaviva el dorado de los cabellos rubios, mientras que el té es perfecto para avivar el castaño, y un chorrito de vinagre favorece a las pelirrojas.
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