Isabel Preysler siempre está perfecta. Nunca se despeina ni se le estropea el maquillaje. Ni siquiera cuando, hace dos años, se quitó la máscara de ‘Gatita chulapa’, el personaje que interpetó en el programa Mask Singer: adivina quién canta . Eternamente admirada por su elegancia y sofisticación, la madre de Tamara Falcó impacta, también, con su belleza.
Siempre se ha dicho. Si existiera la fórmula magistral del estilo, todos pensaríamos que Isabel la habría inventado o que, desde luego, la tendría en su poder. Nunca baja la guardia en su persistente búsqueda de la perfección, que logra a base de mucha fuerza de voluntad, disciplina y constancia.
Así mantiene su talla 38
Con motivo de su 70 cumpleaños, Isabel admitía en las páginas de ¡HOLA! que antes podía comer de todo y lo que quisiera sin engordar. “Ahora, con los años, todo ha cambiado. No puedo comer postre en la comida y en la cena todos los días ni permitirme el lujo de picar entre horas o cenar por segunda vez antes de irme a dormir... Lo que no he dejado es el chocolate negro a lo largo del día”.
Además de prescindir del postre, cada verano se reserva una semana en Marbella, en concreto en la clínica Buchinger. Siempre acude a este centro especializado en ayuno terapéutico y medicina integrativa , además de tratamientos corporales y de belleza, para mantener su esbelta silueta. También, dicho por ella misma, hace gimnasia “varias veces a la semana con un entrenador personal”.
Sus cremas
“Siempre viajo con mi almohada, mis cremas y productos faciales”, reconoció también Isabel en cierta ocasión, para la que la rutina diaria es imprescindible: “Intento cuidarme todos los días. Es importante acostumbrarse a una rutina. Aunque tengo que reconocer que soy un poco maniática”. Además de realizarse tratamientos de cabina en centros especializados, en casa Isabel siempre sigue el mismo ritual mañana y noche: “Con la cara muy limpia, aplico el sérum rejuvenecedor y, una vez que la piel lo ha absorbido, aplico la crema hidratante. Es importante no olvidar la zona del cuello y el escote, que necesitan la misma hidratación que la cara. Por último, utilizo el contorno de ojos, a pequeños toquecitos, por el óvalo del ojo”.
Sus trucos infalibles
En otra entrevista, la propia Isabel nos desveló que no sale de casa “sin corrector de ojeras. Cuando me maquillo, me gusta resaltar mis ojos. La base de maquillaje debe ser lo más natural posible. No pasan dos meses sin que me corte las puntas. Me hago la manicura semanal, y las uñas siempre las dejo naturales pero con brillo”.
Sus rutinas saludables
Isabel, que confiesa que le encanta la fruta, incluye en su dieta “muchos batidos de frutos rojos”. Además, intenta no comer fritos, beber dos litros de agua, nada de alcohol, porque no le gusta... Tampoco nada de azúcar blanco, ni en las tartas que elaboran en casa: “Lo sustituimos por stevia, agave o sucanat”. “Prefiero pasta y arroces a carne y pescado. Siempre tomo una onza de chocolate negro. Sin excepción”, y después de cada comida, “en vez de tomar infusión, tomo agua caliente con limón, si puedo... y si no, agua caliente sola”.
Su receta purificadora
Cada día, Isabel toma un zumo verde detox , que realiza con los siguientes ingredientes: 4 o 5 flores de brócoli. Medio pimiento verde. Medio pepino. Dos hojas de col rizada. Un puñado grande de espinacas. Una rodaja de calabacín (de 3 dedos de grosor). Dos rodajas de manzana verde y el zumo de 4 limas.
Su pastillero
Su pastillero es su auténtico cofre del tesoro: en el desayuno Isabel toma vitaminas del grupo B, 500 miligramos de C y magnesio. Al mediodía, vitamina E y calcio y una cápsula para fortalecer el pelo y las uñas y otras de colágeno. Y en la cena, calcio, magnesio y colágeno.