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Mariah Carey es una de las grandes estrellas de la música en la actualidad. Pero más allá de su gran torrente de voz y su innegable talento, la cantante ha potenciado su imagen de diva debido a sus exclusivos gustos y excentricidades. Una de las últimas, según ha revelado al diario The Guardian, es bañarse en leche. “A veces uso leche fría como tratamiento de belleza”, afirmaba durante una entrevista al medio británico en la que era preguntada acerca de la veracidad de los extravagantes mitos que envuelven su figura. Sin duda, unos lujosos cuidados dignos de la mismísima Cleopatra, en los que la celebridad no duda en escatimar a la hora de preservar la lozanía y tersura de su piel.
Lo cierto es que la intérprete de Emotions no se equivoca a la hora de decantarse por este alimento de primera necesidad presente en la nevera de cualquier hogar. Proporciona una gran cantidad de beneficios a la epidermis y puede resultar un buen calmante para las quemaduras de sol, además de ser un remedio natural para revitalizar la piel seca, más aún cuanto mayor sea su aporte en grasa. Propiedades que la neoyorquina parece conocer a la perfección, de modo que sumergirse en ella se ha convertido en una de sus sofisticadas rutinas ‘beauty’ para mantenerse siempre perfecta.
Asimismo, no tuvo inconveniente en confesar que el agua mineral es otra de sus preferencias para darse un baño. “Si no hubiera agua limpia y tuviera que usar la mineral, supongo que lo haría. Pero no quiero contar todos mis secretos”, explicaba misteriosa a la citada publicación. Unas declaraciones con las que confirma que su cuidado personal es una de sus grandes preocupaciones. A sus 48 años, concede mucha importancia a su aspecto físico. De hecho, según informó el medio digital Daily Mail, el pasado mes de noviembre, la ex novia de Luis Miguel se habría sometido a una cirugía de manga gástrica para perder peso tras haber sufrido un desafortunado percance durante uno de sus shows en Las Vegas.
Sin embargo, la diva también quiso aprovechar la oportunidad para desmentir algunas leyendas urbanas que ya forman parte de la memoria popular, como que una vez pidió 20 gatitos blancos y 100 palomas blancas antes de una actuación en Londres. “Es una mentira absoluta; ni siquiera tengo uno”, apuntó al respecto. En esta misma línea se manifestó acerca de su supuesta necesidad de tener inodoros y grifos de oro durante su estancia en los hoteles. “¡Podría comprarme una casa con ellos si quisiera tenerlos!”, contestó divertida.
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