A menudo, muchas mujeres que hacen ejercicio regularmente se quejan de que ya no obtienen los resultados deseados, que parece que sus horas de gimnasio son para nada. No es exactamente cierto, pero es verdad que conviene variar de tipo de ejercicio de vez en cuando, para así evitar caer en la rutina, tanto física como psíquica.
Es importante alternar diversas modalidades deportivas para ejercitar todos los músculos del cuerpo y crear nuevos retos. ¿Harta de hacer jogging por el parque? Vaya a nadar tres veces por semana. ¿Le aburre el aeróbic? Dese una vuelta por las clases de step. Quizás estés cansada de darle al pedal de la bici. En ese caso, prueba a correr. Incluso si trabajas el mismo grupo de músculos, lo estarás haciendo de forma diferente a la habitual. Por si fuera poco, al no estar acostumbrada a ese tipo de ejercicio, quemarás más calorías de lo habitual.
Por supuesto, una de las razones para añadirle algo de salsa a su vida deportiva es evitar el aburrimiento que surge, de forma casi inevitable, si se pasan meses y meses haciendo lo mismo. En ocasiones, no hay siquiera que cambiar de modalidad deportiva, y basta con variar el ritmo. Por ejemplo, si hace bicicleta, apúntate a clases de spinning para hacerlo siguiendo música y en grupo.
¿Sabes que cambiar de deporte es también una forma de evitar lesiones? A menudo, éstas son consecuencia de repetir una y otra vez el mismo movimiento, puesto que ejercitar un músculo siempre igual puede dañarlo. Repartir el esfuerzo de forma más equitativa reduce el riesgo de sobrecargar músculos y articulaciones.
Recuerda que aunque tengas especial interés en modelar un área concreta de su cuerpo, como por ejemplo la cintura, debes trabajarlo de forma integral, para así estilizar toda la figura y conseguir un equilibrio.
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