Operación Triunfo ha vuelto en 2023 con la fórmula del éxito

El talent musical ha saltado a una plataforma de streaming para repetir el fenómeno que triunfa desde hace dos décadas

Por M. J. S

Los OTmaníacos recordarán este 2023 como el año en que regresó uno de los formatos que más ha dado que hablar en la historia de la televisión. Fue en 2001 cuando la primera edición de Operación Triunfo arrasó en la pequeña pantalla descubriendo una generación de concursantes que no han dejado de sumar éxitos. El formato pasó por diferentes etapas y cadenas hasta que la pandemia lo relegó en 2020 a un cajón del que no ha salido hasta este año. Amazon Prime Video ha cogido el testigo trasladando por primera vez el formato a una plataforma de streaming. De nuevo 16 concursantes se han unido a la academia donde reciben clases y consejos para pulir un potencial con el que esperan convertirse en estrellas. Guiándoles está el equipo que lanzó a la fama a David Bisbal, Soraya, Aitana y Amaia Romero, auténticos creadores de medallas de oro que buscan otro diamante en bruto.

El formato recupera el espíritu que guió las ediciones anteriores: canal 24 horas, la atención atenta de “mamá Noemí” (la directora de la academia Noemí Galera, que sigue dando los mejores consejos y les ofrece un incondicional apoyo), los trucos en clase de Manu Guix y Mamen Márquez, coreografías modernas y rompedoras, galas semanales… En las primeras semanas los aspirantes han tratado de adaptarse a una realidad que les mantiene aislados del exterior y con un programa de clases y ensayos intenso. El público ha demostrado que tenía muchas ganas de OT pues las audiencias en el canal 24 horas alcanzan unos números nada despreciables que repasamos a continuación.

El canal 24 horas, foco de seguidores

Más de 60.000 usuarios se conectaron en el arranque del canal 24 horas en directo, que tiene un seguimiento medio de unos 30.000 usuarios. Los momentos que registran picos de audiencia son el reparto de temas de cada semana (alcanza una media de 100.000 seguidores) y los pases de micros, que superan los 150.000 seguidores en directo. En esta edición, como en las que se emitieron desde 2017, las redes sociales vuelven a ser un canal de conexión fundamental entre espectadores y programa. Aunque TikTok es donde se concentran las interacciones y los clips más vistos, X también es una de las plataformas a tener en cuenta como demuestran las cifras alcanzadas durante la gala 0.

Después de este primer programa, emitido el 20 de noviembre, se registraron más de 200.000 post relacionados con OT 2023, una cifra que se ha alcanzado en citas como Eurovisión, Benidorm Fest o el primer programa del Grand Prix 2023. Al día siguiente los hastag del programa seguían en los primeros puestos del ranking de tendencias en España. Los comentarios se multiplican además en el canal de Youtube, donde quienes no se pierden un minuto del espacio apuntan a sus favoritos y comentan la convivencia. Es ahí donde se apunta a los posibles favoritos y donde se van notando quiénes gustan más a la audiencia. Y es que Operación Triunfo es, además de música, el día a día de unos artistas en busca de su secreto para triunfar.

Una convivencia cuestionada

La convivencia es una parte fundamental del talent. No solo las clases se pueden ver en el canal 24 horas sino las comidas, cenas, meriendas; los momentos de relax en los que se sientan en el sofá a charlar, las confidencias en las salas de ensayo, las canciones compuestas con los mejores amigos… En todas esas horas de vídeo los concursantes están expuestos a las miradas de miles de personas, ajenos quizá a que sus gestos son analizados y cuestionados. Y lo son al milímetro pues algunas actitudes se convierten en objeto de intenso debate en el universo virtual. La directora de la academia Noemí Galera advierte a los potenciales artistas que están siendo observados por las cámaras y que, pese a que tienen que ser naturales, hay actitudes de las que deben ser conscientes.

En estas primeras semanas la cuestión del orden en casa y del trato a los demás han centrado la atención y los consejos de Noemí. Con una sobrada experiencia en tratar con quienes prueban suerte en el talent, la directora trata de acompañarles, arroparles y animarles, pero también se muestra estricta en cuanto a lo que ocurre dentro de la casa. La limpieza y el orden es fundamental en un espacio en el que conviven 16 personas y, aunque les han dado unas pautas para mantenerlos, han sido necesarios varios toques de atención. Algunos de los concursantes como Cris se han mostrado enfadados por la actitud de sus compañeros en lo que respecta a este aspecto básico de la convivencia.

El triunfo es la meta

Lo mismo ocurre con los gritos y las maneras de hablarse los unos a los otros, objeto de la charla que les dio Noemí un día antes de la gala 3. Después de presenciar cómo elevan el tono de voz y utilizan calificativos despectivos, les dijo que tenían que pensar en si eso era lo que realmente querían reflejar. “Tenéis que pensar que aquí estáis expuestos, de la misma manera que damos ejemplo en diversidad y en según qué valores, hay que dar ejemplo y hablarnos bien, con respeto”. Se refirió además Noemí a un incidente ocurrido en la casa y que los fans identificaron con el momento en que, mientras tenían tiempo libre, Salma improvisó unas rimas que hicieron marcharse a Bea. En los debates entre los seguidores se señalan varios nombres como los que se exceden en sus comentarios, lo que ha puesto a algunos concursantes en el punto de mira.

Operación Triunfo no descuida, por supuesto, la vertiente musical, objetivo último del talent. Cada aspirante se enfrenta cada semana a un examen que pone a prueba su voz en diferentes estilos musicales. El jurado es quien se encarga de ponerles nota y dejar cuatro nombres entre los más flojos de la gala. Los profesores, basándose en el trabajo semanal y el esfuerzo, y los compañeros, que seguramente tendrán muy en cuenta la afinidad y amistad, salvan a dos de ellos. Es el público quien tiene la última palabra en este programa que al final lo que intenta es encontrar a ese artista que mueva masas. El triunfo es la meta y el público en esto tiene siempre la última palabra.