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En vídeo, la sorpresa de Íñigo a Tamara en su boda: ¡un espectáculo de drones!
Dale al ‘play’ y no pierdas detalle del romántico ‘show’ que el empresario preparó para su ya esposa
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Ha sido la gran sorpresa de la noche. Tras el emocionante ‘sí, quiero’ de Íñigo Onieva y Tamara Falcó, la mirada de todos los invitados se dirigía al cielo del Rincón, que se iluminaba, de repente. Boquiabiertos, contemplaban cómo, en la oscuridad de la noche, aparecían doscientos drones, que creaban, a todo color, diferentes formas -desde un corazón hasta un palacio-, las iniciales ‘TF’ e ‘IO’ –‘Tamara Falcó’ e ‘Íñigo Onieva’- y un claro mensaje: ‘Love is in the air’,
Era el romántico regalo que Íñigo ha querido hacer a su ya esposa, y que ha titulado ‘Nosotros’. Un show, de lo más tecnológico, que confió a UMILES Drone Light Show. Hablamos con Antonio Hervás, senior digital marketing manager, y Ernesto Albacete, director comercial, quienes nos han desvelado todos los entresijos de este original detalle con el que Íñigo ha vuelto a demostrar, una vez más, su amor a Tamara.
- ¿Conocíais a Íñigo de antes?
- Antonio: No. Nos había conocido como marca, pero no sabía que éramos una de las dos empresas en España que hacen este tipo de espectáculos de drones, y a él le gustaba ya bastante la idea de los shows en general.
- Cuando Íñigo llega a vosotros, ¿cómo os plantea lo que quiere hacer y cómo le vais dando forma?
- A: Él nos contó que le encantaba la idea y que ya lo ha visto con anterioridad. Le apetecía mucho que fuera una sorpresa. Quería un desarrollo creativo, que fuera una combinación de figuras geométricas, y que, por otro lado, contase partes de su historia con un guiño que también iban a entender sus amigos e invitados.
Ernesto: En este caso, toda la idea era, evidentemente, de Íñigo. Ya lo había visto el año pasado en un festival que estuvo y lo quería traer aquí. Nosotros hemos actuado en El hormiguero y en otros medios de comunicación, pero esto fue una sorpresa. Tamara no lo sabía.
- ¿Y eso cómo lo habéis hecho? Es decir, ¿qué es lo que vieron?
- A: Un show completamente personalizado, ad hoc. En el desarrollo creativo y en la narrativa Íñigo ha estado en todo momento involucrado y ha contado con el asesoramiento de nuestro equipo creativo.
- En un show así, ¿cuántos drones se utilizan?
- A: Son 200 drones.
- Esto no debe ser tarea fácil. ¿Cómo hicisteis los ensayos?
- E: Las reuniones con Íñigo fueron casi en secreto, en diferentes cafeterías de Madrid. Para nosotros, lo más importante era la discreción, así que Íñigo solía acercarse a altas horas de la noche a nuestro aeródromo. Prácticamente estábamos en medio del campo, solos. Solía tener mucho cuidado para que nadie le siguiese hasta allí y se enterase de lo que estaba preparando. Al fin y al cabo, mantener el secreto, cuando se trata de un espectáculo que haces en el cielo (y, por tanto, cualquiera puede verlo), es complicado. Todo se hizo con mucha discreción, en horas puntuales, viendo los ensayos determinados… para evitar cualquier tipo de filtración.
A: Él tenía también bastante claro, no solamente el proceso creativo y el factor sorpresa del regalo, sino también el momento exacto en el que quería dar esa sorpresa a Tamara y, al mismo tiempo, a sus invitados, para que quedase para siempre en el recuerdo. Es decir, ocurre en un momento muy concreto de la boda.
E: El impasse que hay es el final del... ¿Es el del baile? De la cena y el baile.
- ¿Cuánto dura el show más o menos?
- E: Unos diez minutos.
A: Termina con la frase ‘Love is in the air’. Se trata de un espectáculo audiovisual que también cuenta con su propia música. Una selección musical acompaña las coreografías lumínicas y de movimiento con transiciones y, llegado cierto momento, se vuelve a dar ese efecto en el cual se amplifica la sorpresa, y en el que él lanza este mensaje que ha considerado tan suyo y tan acorde al momento de lo que es hoy en día.
- ¿Cuánta gente ha trabajado para prepararlo y cuánta gente ha trabajado el mismo día?
- E: Tres personas por la parte de desarrollo, y después un equipo humano de como siete o seis personas aproximadamente, más las personas que van a ejecutar ahí el espectáculo.
- ¿Siete personas pueden volar 200 drones?
- E: Esta es la clásica pregunta que nos hace todo el mundo. Primero el cliente nos dice qué quiere hacer, qué escenas son las que desea poner y nos da un boceto. En este boceto generamos un storyboard con todas las escenas que tiene en mente, y, después, tiene que aceptarlas. Una vez que nos las acepta, se pasa a una fase de desarrollo y diseño, animación 3D, que posteriormente se le enseña, y, en cuanto nos da su aprobación, el siguiente paso es el ensayo. Los drones al final tienen unas coordenadas y unas órdenes, saben por dónde tienen que ir. Cada dron va haciendo su misión en una línea de tiempo. Entonces, ya está todo programado. Realmente, las personas que están ahí son las que están trabajando en campo, colocando los drones, recogiéndolos y viendo que todo se desarrolla correctamente. Y también hay dos personas con dos ordenadores que están controlando que en todo momento se desarrolle perfectamente.
- ¿Cuánto tiempo ha llevado crear este espectáculo?
- E: Creo que hemos estado unos tres meses desde que se dijo la fecha.
A: Ten presente que esto ha sido como la gran sorpresa que Íñigo quería dar a Tamara. Nos contó que es algo que había visto en el extranjero y después llegó hasta nosotros, una startup española que se dedica a esto y que no sólo tiene experiencia aquí, sino también a nivel internacional y en grandes eventos. Además, todo esto implica que hay que seguir unas normas de seguridad muy estrictas, debemos cumplir las leyes aéreas de espacio aéreo de AESA.
E: Además debemos mantener una distancia de seguridad, que, dadas las dimensiones de la finca, en este caso, no supuso ningún inconveniente. Hicimos varias visitas técnicas al Rincón para ver cuál era el mejor lugar para el lanzamiento, para que se viese bien el espectáculo… Hemos coordinado con todo el dispositivo de seguridad también que hay allí, que va a estar pendiente de todos los anillos de seguridad. O sea que todo está muy, muy controlado.
- En este show, en concreto, ¿ha sido más complicada la parte creativa o técnica?
- E: Técnicamente, nosotros estamos acostumbrados a hacer shows de 200 y 300 drones. O sea que la parte técnica relativamente es fácil para nosotros. Tiene su complejidad, pero es algo en lo que ya tenemos mucha experiencia. Aquí el reto ha sido el diseño, puesto que es un día muy importante para ellos. Íñigo también ha tenido que poner mucho de su parte. Además, hay muchos invitados a esta boda y esperamos que les guste también. El tema creativo y musical es lo más complejo aquí, incluso más que la parte técnica.
A: Sí que es cierto que él ha introducido algún que otro elemento que normalmente no ejecutamos porque ha aportado elementos, como, por ejemplo, una entrada al show de drones, que va a ser algo muy particular de este desarrollo, en el cual ya no solamente se han pedido permisos. Ha supuesto otro nivel de complejidad porque se ha tenido que pedir otro permiso extra para volar otro dron que va a dar la entrada al espectáculo. Es decir, él ha concebido que en un momento cumbre de la ceremonia, que es el baile nupcial, aparezca una luz en el cielo.
- ¿Eso era nuevo para vosotros también?
- E: Hemos hecho shows previamente, pero para bodas pequeñas. En este show hay un dron que se utiliza como hilo conductor: en un momento da una señal cielo y comienza el show. Coordinamos con el encendido de este dron que va a llevar hacia el resto de drones… y la gente se pregunta: ‘¿Esto dónde va?’ Y, de repente, se encienden 200 drones.
Así que, en definitiva, también hay un trabajo, sobre todo, en el momento de lanzamiento. Son instantes de tensión porque hay que coordinarlo todo al milímetro. No es algo que sea fácil, es un espectáculo muy exigente.
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