Ana Rosa no puede evitar las lágrimas al sincerarse sobre su enfermedad

La presentadora ha asegurado que retomar su programa ha sido como 'volver a la vida'

Por hola.com

"En este momento hay miles de personas pasando por lo mismo, miles de mujeres que lo están viviendo o lo van a vivir, no pienso guardarme nada, así que a lo largo de la mañana intentaré contar todo lo que ustedes quieran saber sobre este año". Así ha comenzado Ana Rosa Quintana su programa y ha cumplido su palabra. La periodista, de 66 años, ha tratado con total naturalidad la enfermedad que le ha tenido alejada de las cámaras 11 meses y ocho días, un cáncer de mama que ha sido tratado con 16 sesiones de quimio, 15 de radio y dos intervenciones. Según ha dicho, ha sido un "milagro" que pudiera estar de nuevo en un plató de televisión y que había sido un proceso "muy duro". 

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Pero ha sido al filo de las 13:00 horas cuando se ha sincerado con más detalle sobre su enfermedad. "He acabado un tratamiento, me encuentro estupendamente, pero podré decir que estoy dada de alta dentro de cinco o seis años", ha aclarado. "Una vez que acaba la quimio, la radio, las intervenciones quirúrgicas... te queda un tratamiento de pastillas, una de cinco años y otra de dos años, y con analíticas prácticamente todos los meses y revisiones con escáner cada trimestre", ha explicado. La presentadora ha dicho que "no hay que echar las campanas al vuelo, yo me encuentro bien, pero es que me he encontrado muy bien durante todo el tiempo". 

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Ana Rosa ha contado que físicamente se encuentra fenomenal y que retomar el trabajo ha sido como "volver a la vida". "Ha sido como una primera vez también. Anoche no podía dormir, no podía conciliar el sueño, tenía una cosa en el estómago, eran nervios mezclados con emoción, también por el reencuentro. Yo me fui, volví un día nada más, pero a la mayoría de los compañeros no los he vuelto a ver, no solo por el tratamiento del cáncer, sino por la pandemia, ver a gente era complicado, salir era complicado... he estado muy metida en casa, en la familia, viendo a muy poca gente", ha continuado explicando. 

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Para la periodista el cáncer no es solo un tratamiento muy duro, sino una enfermedad "que te retira de la vida". "Cuando estás con la quimio hay que tener mucho cuidado con las defensas, entonces tu vida se limita prácticamente a estar bien para no perder ninguna sesión", ha contado. En estos meses, Ana Rosa ha intentado llevar un estilo de vida lo más saludable posible. "He hecho deporte, he cuidado mucho la alimentación, pero todo con la obsesión de no perder ninguna sesión porque quiero terminar cuanto antes".

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La presentadora ha reconocido que este camino ha sido más fácil gracias al equipo médico que ha tratado su caso, Antonio González, oncólogo; Isabel Rubio, cirujana oncológica; Javier Irastu, radiólogo, y las enfermeras oncológicas. "He tenido mucha suerte", ha afirmado. También ha dado las gracias a su familia. "Mi marido ha venido a todas las sesiones de quimio conmigo y a todas las sesiones de radio. Un día no pudo por una causa mayor y vinieron mis amigas y mi hijo... es una enfermedad que afecta a toda la familia, incluso rompe las parejas. Yo en ese sentido me siento una afortunada. No he estado ni un día sola. He sentido muchas cosas, pero no he sentido soledad". 

Ana Rosa ha reflexionado sobre lo vivido y sobre los cambios que se producirán a partir de ahora en su día a día. "No puedo tener el ritmo que tenía antes. Si mis médicos me han dejado incorporarme es con el compromiso de que me voy a cuidar, de que cuando yo termine el programa, que ya es intenso, no voy a hacer más cosas, voy a descansar todo lo que pueda, no voy a tener estrés...".

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Durante la enfermedad ha sido muy positiva y lo seguirá siendo. "Me he sentido tan querida que no tengo vida para agradecerlo", ha dicho de nuevo. Y ha sido en este momento, al ver los mensajes de ánimo de los espectadores, cuando se ha roto y ha llorado. "No quería llorar, pero es muy fuerte, menos mal que teníamos un programa muy cargado". Tras este instante, ha recuperado su habitual sentido del humor y ha hecho reír a todos sus compañeros. "Hay que reírse más", ha aconsejado.