Se la juzga por un presunto delito de insolvencia punible

Las lágrimas de Isabel Pantoja durante el juicio en el que se enfrenta a una petición de tres años de cárcel

La cantante ha declarado que desconocía las deudas que tenía Panriver 56 S.L. con otras empresas y las operaciones realizadas para saldarlas, y que confía plenamente en su hermano Agustín, al que otorgó un poder cuando ella se encontraba en prisión

Por HOLA.COM, EUROPA PRESS
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Isabel Pantoja atraviesa un momento muy delicado a nivel judicial. Este martes ha llegado al Juzgado de lo Penal número 5 de Málaga, acusada como administradora única de Panriver 56 S.L., por participar esta empresa en una operación supuestamente irregular de deuda relacionada con 'Mi Gitana', la casa que tenía en la lujosa urbanización 'La Pera' de Marbella. La cantante, de 65 años, ha llegado vestida completamente de negro y acompañada de su hermano, Agustín Pantoja, que ha declarado como testigo. A pesar de llevar gafas de sol y mascarilla, el rostro de la artista reflejaba una gran preocupación. Se confirma que la Fiscalía malagueña ha solicitado en su escrito de acusación una pena de tres años de prisión al señalarla como supuesta cooperadora necesaria de un delito de insolvencia punible. En esta causa también está acusado un empresario como supuesto autor del mismo delito. 

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La última vez que vimos a Isabel Pantoja fue el 7 de agosto de 2021. Ese día actuó en el Tío Pepe Festival de Jerez y todo era felicidad. Hoy, en cambio, su presencia ante las cámaras ha sido muy diferente. Su reaparición ha provocado una gran expectación mediática. Se han vivido momentos de enorme nerviosismo y algunos periodistas han perdido el equilibrio y han caído al suelo a la entrada de los juzgados. En mitad de la vorágine, la cantante ha tenido que soltar la mano de Agustín Pantoja y realizar el camino a los juzgados escoltada por siete miembros de la Guardia Civil. Las imágenes han recordado a las de hace casi siete años, cuando Isabel Pantoja abandonó la Audiencia de Málaga en mitad del caos tras ser condenada a 24 meses de cárcel por el Caso Malaya. Aquel día, 16 de abril de 2013, la artista llegó hasta su coche en medio de gritos y tirones de pelo. Incluso llegó a desmayarse. 

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El juicio de hoy ha comenzado sobre las 10:15 horas. Al ser de audiencia pública, la prensa ha podido acceder y ha fotografiado a Isabel Pantoja sentada en el banquillo de los acusados. Cuando el juez ha preguntado a la artista cómo se encontraba, esta ha negado con la cabeza y se ha derrumbado. La cantante no ha podido contener las lágrimas. Durante cinco minutos la sala se ha quedado en silencio, esperando a que la cantante recuperara la calma. Después, ha sido un problema técnico el que ha retrasado el juicio. Cuando ha podido retomarse, Isabel ha declarado que desconocía las deudas que tenía Panriver 56 S.L. con otras empresas y las operaciones realizadas para saldarlas, asegurando que dio un poder a su hermano Agustín para vender la casa de Marbella "o pagar lo que se debiera", ya que tenía todos sus bienes como aval de dicho inmueble. "Solo quería salvar mi patrimonio, no me importaba la casa", ha asegurado.

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La cantante ha señalado que "yo de papeles no llevaba nada" y dio ese poder a su hermano cuando ella cumplía condena en prisión por blanqueo de capitales. "Lo que mi hermano haya hecho, lo ha hecho bien. Confío plenamente en él, moriría por mí, es la única persona que está a mi lado y no me haría ningún daño", ha  insistido. "Mi problema no era la casa sino donde yo estaba. Yo no quería esa casa, era realmente del banco, yo estaba pagando una hipoteca, pero el problema era que avalé esa casa con todos mis bienes. He trabajado toda mi vida", ha dicho llorando, apuntando que "si yo estaba privada de libertad no podía pagar, porque no podía trabajar" y "no tenía la cabeza para nada". El juez le ha pedido en varias ocasiones que se calmara y que no era necesario que entrara en temas personales, cuando ella ha relatado que en las visitas que tenía en prisión "de mis hijos, mi hermano y mi sobrina" no se hablaba de temas económicos, "solo nos abrazábamos y nos preguntábamos si estábamos bien".

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El juicio ha finalizado sobre las 13:30 horas y unos 20 minutos después, por cuestiones de seguridad, Isabel ha abandonado el juzgado por una puerta trasera, evitando así que su salida fuera tan caótica como su llegada. La cantante, visiblemente seria y cabizbaja, ha puesto rumbo a Cantora junto a su hermano Agustín, su principal apoyo en estos momentos. 

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Los hechos se remontan a cuando Isabel Pantoja era administradora única de la sociedad Panriver 56 S.L., cuando contrajo una deuda relacionada con su casa de Marbella con la empresa constructora Codabe. Esta constructora, a su vez, tenía otra deuda con una promotora, Hormofer S.L. por un montante mayor de lo que la tonadillera debía a Codabe, así que los juzgados estimaron que la deuda de Isabel Pantoja debía pagarse directamente a Hormofer S.L. El pago debía ser de 114.108 euros.

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Codabe no podía, por tanto, cobrar el dinero que supuestamente le debía Isabel Pantoja, ya que tenía embargado su crédito respecto a la artista, y se dio la circunstancia de que al mismo tiempo Panriver 56 S.L., la empresa de la cantante, estaba interesada en vender inmuebles (solar y vivienda situados en la zona de Nueva Andalucía de Marbella) que Pantoja tenía embargados. El ministerio público, en sus conclusiones provisionales, ha determinado que en este contexto, y a la vista de que Codabe tenía embargado el poder recibir dinero de la empresa de Isabel Pantoja, "por lo que no podría disponer de la cantidad por la que había despachado ejecución", y que Panriver 56 S.L. "estaba interesada en la venta de los inmuebles (para lo cual resultaba necesario cancelar el embargo sobre los mismos)", los acusados "se concertaron para beneficiarse mutuamente en perjuicio de los derechos de crédito de Hormofer S.L., de los que tenía pleno conocimiento". 

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Además, mediante escritura pública llegaron a un acuerdo que consistía en que Panriver 56 S.L. pagaba la deuda, que se rebajaba a 62.759 euros; y Codabe renunciaba a cualquier reclamación contra la empresa de la cantante. Al mismo tiempo, ambos instaron a que se archivara el procedimiento, "impidiendo así que la otra empresa (Hormofer S.L.) cobrara la cantidad por la se había despachado de 114.108 euros, así como la realización de las fincas embargadas". Por estos hechos, se acusa a los procesados por un delito de insolvencia punible y se solicita para cada uno de ellos tres años de prisión y una multa de 18 meses con una cuota diaria de 20 euros, lo que supone el pago de 10.800 euros. Además, se insta a la nulidad del acuerdo extrajudicial entre ambas empresas.

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El otro acusado ha declarado que firmó dos reconocimientos de deuda de unos 300.000 euros cada uno, pero "estaba mal psicológicamente". "No sabía lo que estaba firmando", ha dicho, explicando que le "llevaron a una notaría en Córdoba y firmé lo que me pusieron, estaba amenazado". Además, ha asegurado no saber de levantamientos de embargos ni de acuerdos con la sociedad de Pantoja, con la que ha afirmado que no tuvo contacto. Por su parte, Agustín Pantoja ha indicado que firmó la escritura de venta de la casa, que le dijeron que era sin remuneración porque el dinero iba a pagar acreedores, asegurando que firmó porque el notario le dijo que todo estaba bien. Además, el hermano de la cantante ha apuntado que no recibió instrucciones de su hermana para la quita.

En las conclusiones, el fiscal ha mantenido la acusación para los dos procesados y hacía hincapié en que Pantoja dijera que no tenía conocimiento "de absolutamente nada" de las deudas, cuando era administradora única de Panriver, ni de los embargos sobre las fincas, apuntando que se da la "curiosidad" de que se procede a la venta extrajudicial de las mismas a los pocos días de dicho levantamiento. "Esta señora tenía conocimiento de estos hechos", ha incidido. La acusación particular, en representación de la empresa perjudicada, también ha mantenido su acusación contra los dos procesados; mientras que las defensas han pedido una sentencia absolutoria.

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El letrado de la cantante ha pedido que "se le ponga fin al martirio de mi cliente"; mientras que el que representa los intereses de la empresa ha aludido en este mismo sentido a que la acusación particular se habría aprovechado de la "repercusión mediática" de Pantoja para cobrar una deuda que no le correspondía. El abogado defensor de la artista ha asegurado que "no hay ni una sola prueba, ni por asomo" contra ella; solo "afirmaciones apriorísticas" sobre que tenía conocimiento de los procedimientos de deuda y gestiones realizadas. "Es mucho decir que lo conocía y se dice sin prueba ni indicio que lo confirme", ha asegurado, apuntando que "construir una sentencia condenatoria con esa orfandad de pruebas creemos que es imposible".

El letrado se preguntaba cuál es la prueba para concluir que a Isabel Pantoja, "once años después, estando privada de libertad, cuando está ahogada porque todos sus bienes están afectados como aval del banco del crédito hipotecario de la casa, se le tuvo que encender la luz de que hubiera un derecho de otra empresa". "¿En qué cabeza cabe?", ha apostillado. La artista ya fue juzgada y condenada por la Audiencia de Málaga por un delito de blanqueo de capitales en un procedimiento en el que también fueron condenados el exalcalde marbellí Julián Muñoz, que había sido pareja de la cantante, y la exmujer de este, Maite Zaldívar. Pantoja abandonó la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) en marzo de 2016, donde ingresó el 21 de noviembre de 2014 para cumplir una pena de dos años por blanqueo de capitales.