Posa espectacular en Navidad para ¡HOLA! con joyas de Cartier

Nuria Roca hace balance de un año inolvidable en la cima del amor y del éxito: 'Ha sido absolutamente excitante y maravilloso'

La presentadora asegura que: 'Juan y yo lo pasamos muy bien, nos admiramos y nos gustamos, que es lo más difícil después de tanto tiempo. Nos funciona pensar que no está todo hecho, a pesar de llevar juntos veintitrés años y tener tres hijos'

Por hola.com

"Ha sido un año de mucho trabajo, de mucho esfuerzo y de muchas ilusiones" nos dice Nuria Roca sobre su 2021, repleto de éxitos. En el plano laboral, ha enlazado un proyecto tras otro… El hormiguero; Family Feud; la obra de teatro La gran depresión -se estrenará en Madrid la primera semana de marzo-; la serie Madres, amor y vida, donde da vida a una cirujana, que veremos también en los primeros meses de 2022; La roca, cuatro horas y media de directo cada domingo en La Sexta, donde se mueve como pez en el agua… y donde trabaja también con su marido, Juan del Val.  Son la pareja del momento, algo que se toman con humor, teniendo en cuenta que llevan juntos veintitrés años, veintiuno de ellos casados, y son padres de tres hijos, Juan, Pau y Olivia. Se conocieron cuando Juan entrevistó a Nuria, entonces presentadora de Waku waku, para una revista y, desde entonces, forman el mejor de los equipos. La familia es el otro gran triunfo de la presentadora, que posa espectacular en Navidad con las joyas de Cartier.

Nuria es amiga y una enamorada de las creaciones de la maison. "No soy una persona de muchas joyas, pero me gusta que una joya signifique algo, que tenga que ver con un esfuerzo, con una declaración de amor, de intención". Joyas asociadas a momentos inolvidables, como nos revela: "Cuando terminé la carrera, mi padre me regaló un Cartier, fue mi primera joya Cartier y, desde aquel momento, le tengo muchísimo cariño a la casa. Tengo varias joyas de la firma, por ejemplo, el anillo de los tres oros, el “Trinity”, que, de alguna manera, simboliza para mí mis tres hijos. También soy de a las que me gusta comprarse una joya porque, como digo, “me la he ganado”, y a lo largo de los años me he comprado algún que otro reloj". Con la polifacética presentadora hacemos balance de este año a punto de terminar y hablamos de los retos que la esperan en el próximo.

Este año llega a su fin. ¿Qué ha sido lo mejor de dos mil veintiuno?

Me han pasado cosas muy buenas y, sobre todo, muy inesperadas, y eso ha hecho que el año sea absolutamente excitante y maravilloso. Ha sido muy bonito.

Ha sido un no parar, la televisión, la obra de teatro, la serie Madres

Sí. La serie se estrenará en Amazon, imagino que sobre marzo. Hacer el personaje de la cirujana Blanca Robledo ha sido maravilloso, he aprendido mucho. Hacía un motón que no hacía un personaje de ficción para una serie y lo he disfrutado mucho.

Y, para terminar, estrenaste recientemente La roca. ¿Qué te está trayendo este programa para que lo estés disfrutando tanto?

Hacer el programa La roca los domingos es un poco echar la vista atrás y pensar que todo lo que has hecho y has aprendido ha sido para llegar hasta aquí. Es decir, estoy disfrutando de la tele como a mí me gusta, haciendo entrevistas, haciendo entretenimiento, actualidad, política y en directo, todo lo que me encanta. Así que cuatro horas y media todos los domingos me parece un regalo.

Y has fichado a tu marido, Juan. ¿Por qué?

(Ríe). Mi marido y yo estamos contratados. O él conmigo o yo con él. Entre otras cosas, en La roca está el programa de la radio y Juan era el director; además, trabajamos muy bien juntos y, luego, me quiero rodear de los mejores, independientemente de que nosotros fuera tengamos una vida.

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Otras parejas no aguantan trabajar juntos, vosotros sois lo contrario, os ha funcionado fenomenal.

Nosotros llevamos media vida juntos, nos gusta estar juntos, nos gusta trabajar juntos y te diría, en resumen, que nos gusta hacerlo todo juntos. También tengo mi vida aparte, pero lo pasamos muy bien juntos, nos admiramos y nos gustamos, que creo que es lo más difícil cuando llevas tantos años.

Ahora que Juan es tan popular como tú, ¿no habrá piques y celos?

(Ríe). No, en absoluto, eso nunca, de verdad, porque, además, lo vivimos los dos de una manera muy natural y como consecuencia del trabajo que haces y ya está. Además, yo a Juan lo admiro mucho como persona y como profesional. Toda esa parte de popularidad, ahora que está más expuesto, tiene que ver con un reconocimiento y es muy bonito.

Y me dirás que no hay secreto del éxito en vuestro matrimonio…

El secreto para una pareja lo desconozco. Sí creo que a mí lo que me funciona es pensar que no está todo hecho. Siempre vivimos nuestra relación con un carácter de provisionalidad, a pesar de llevar veintitrés años juntos y tener tres hijos. Hoy quiero estar con él (ríe), mañana no sabemos qué nos va a pasar en la vida.

Las Navidades más especiales

Veintitrés años con sus veintitrés Navidades. ¿Qué recuerdos especiales tienes de estas fechas juntos?

Para mí los recuerdos más especiales de la Navidad, por supuesto, tienen que ver con los hijos. Cuando hay niños en casa, la Navidad se convierte en algo diferente. Recuerdo la primera Navidad de mi hijo mayor, que ahora tiene diecinueve años, y todas las que han venido después con el resto y han sido maravillosas. Es verdad que nosotros ahora empezamos a no ir a una cabalgata de Reyes, porque ya se han hecho mayores, y eso también nos sitúa en otra etapa vital como pareja y como personas.

¿Y los planes para esta en concreto?

Me gusta mucho todo lo que conlleva la Navidad, la comida, los regalos, me gusta mucho viajar… Nosotros lo que hacemos últimamente, si podemos, es organizarnos un viaje fuera. Antes de la pandemia, por ejemplo, celebramos la Nochevieja en Roma; el año anterior, nos fuimos a Nueva York… El año pasado nos tuvimos que quedar en casa y no pude ir ni siquiera a Valencia porque no nos dejaron. Este año, si todo va bien, pasaremos Nochebuena y Navidad en mi tierra y ojalá podamos hacer un viaje en Nochevieja.

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¿Hay alguna tradición que nunca falla en vuestra casa?

Siempre pasamos Nochebuena en casa de mi madre y el día de Navidad comemos con la familia de mi padre. En Valencia hay una tradición navideña que son «les estrenes»: a la gente mayor, de otra generación, es decir, tus padres, tus tíos y los abuelos, los besas en la mano y te dan el aguinaldo (ríe). Eso es precioso y es de toda la vida, o sea, que unas Navidades sin eso no son Navidades. En Reyes la tradición es que Juan y yo comamos siempre con nuestros tres hijos, solo los cinco, sin nadie más.

¿Cómo te suele gustar vestirte? ¿Eres de taconazo y vestido o prefieres, al contrario, la comodidad?

Los días señalados, es decir, la cena de Nochebuena y la comida de Navidad, me gusta arreglarme un poco más. Creo que son días especiales y conllevan también ese ritual de ponerte más guapo y más lucido. Y luego, el resto de días, me gusta descansar y estar cómoda. Son unas fechas para hacer algún plan como tomar un chocolate con churros y darte un paseo por la ciudad para ver las luces, pero, sobre todo, para estar en casa. A mí me gusta estar en casa.

El momento de inflexión

Nunca se sabe…, pero difícilmente hubieras conseguido tanto éxito de haber seguido con la arquitectura

No, eso te lo puedo garantizar (ríe). Me gusta que la vida me vaya sorprendiendo. No soy muy de hacer planes, sino de dejar que vayan ocurriendo cosas. Y, en ese sentido, lo que te va pasando tienes que aprovecharlo, esforzarte e implicarte y, normalmente, el esfuerzo acaba teniendo su recompensa.

En una carrera tan larga siempre hay altibajos. ¿Cuál ha sido el punto de inflexión para que estés ahora en este momento?

Por supuesto, ha influido muchísimo, en cuanto a lo que es televisión y poder estar haciendo La roca, haber sustituido a Pablo en El hormiguero. Fue un punto de inflexión muy importante, pero no por­que tengas más o menos valía, sino porque te da más visibi ­lidad y eso, probablemente, a mí me ha ayudado. Y des ­pués, en otros proyectos, la suerte cuenta, pero tiene que ver con que te los tomes muy en serio y te impliques. Y, a partir de ahí, yo creo que la energía fluye y eso hace que una cosa te lleve a la otra.

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Al borde de novecientos mil seguidores en Instagram, ¿cómo te tomas este éxito en las redes?

(Ríe). La verdad es que me impresiona un poco, porque, además, te das cuenta de que, de alguna manera, lo que tú haces influye de verdad. Así que tienes que tomártelo con sentido del humor primero, segundo con responsabilidad y luego como un canal diferente para poder comunicarte con la gente a la que le gustas y a la que no le gustas también, porque también te siguen (ríe).

Tienes buenos seguidores... ¿Y qué tal te llevas con tus haters?

Me llevo muy bien. Simplemente, cuando hay haters a los que tú sabes positivamente que no les gustas de verdad, yo les ahorro el sufrimiento y los bloqueo (ríe), porque es algo que no entiendo, que tú sigas a alguien que no te gus ­ ta, jamás se me pasaría por la cabeza.

No renuncia a nada

¿Tu hija ya te roba la ropa?

Mi hija ya me roba la ropa; los zapatos no puede por ­ que calza un número más que yo (ríe). Sí, ya le empieza a gustar todo, claro. Me hace mucha ilusión, la verdad. Olivia, con once años, está muy adolescente.

¿Ves a alguno de tus hijos siguiendo vuestros pasos en el mundo de la comunicación?

Juan, el mayor, está estudiando doble grado de Publicidad y Marketing y le gusta mucho todo lo que tiene que ver con la creatividad, en ese sentido, sí que irá encaminado a lo que es la comunicación y la publicidad, que es para lo que está estudiando. Y Pau y Olivia no sé qué es lo que quieren hacer, todavía son pequeños.

¿Googleas mucho tu nombre a ver qué dicen de ti?

Vaya que sí, es más, tengo una alerta de Google puesta (ríe), con lo cual lo que dicen me llega. Pero fíjate que no solo tiene un poco que ver con el egocentrismo que todos padecemos en esta época, tiene que ver también con la curiosidad y saber lo que realmente se dice, pero es cierto que no lo miro todo.

Estás todo el día con el móvil en la mano

Estoy muy enganchada. Tengo un propósito para estas Navidades, porque va ser el momento en el que pare dos semanas, después de un año y medio sin vacaciones. Quería esperar al día de Nochebuena, responder los mensajes, mandar mis felicitaciones y apagar el móvil hasta nueva orden. ¡No sé si voy a ser capaz!

En dos mil veintidós cumples cincuenta años, ¿en qué momento te llegan?

Sí, en marzo me llegan ya. Son palabras mayores, claro. No me importa en absoluto cumplir años, pero es verdad que no me siento como si tuviera tantos, porque son muchos. ¡Ahí existe una descoordinación que espero solventar en el día a día! (Ríe).

¿Tu mayor reto para el próximo año?

Mi mayor reto es seguir disfrutando de mi trabajo, que mis hijos sean felices, que los vea sonreír y, así algo como más banal, hacer deporte, quiero retomarlo en serio.

¿Te consideras una persona disfrutona?

Absolutamente. Si le preguntas a Juan cómo me define, dice: «¿Nuria? Nuria no renuncia a nada». (Ríe).Y ese nada es desde un vino con un queso y un jamón a… querer hacer un montón de cosas.

 

Texto: Marta Gordillo/Fotos: Javier Salas/ Estilismo: Beatriz Moreno de la Cova/ Joyas: Cartier/ Localización: Hotel Coolrooms Palacio de Atocha/ Agradecimientos: Floreale