El francés, que tuvo una vida marcada por la fama, el drama y el amor, falleció a los noventa y un años
Emotivo último adiós a Jean-Marie Rossi, segundo marido de Carmen Martínez-Bordiú, en París
La duquesa de Franco asistió al funeral del anticuario junto a sus tres hijos, entre ellos, Cynthia; su viuda, y buenos amigos, como la modelo Inés Sastre
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A sus setenta años, Carmen Martínez-Bordiú atraviesa por uno de los momentos más tristes de su vida. Su segundo marido, Jean-Marie Rossi, falleció el pasado lunes 6 de diciembre, a los noventa y un años, en París, donde murió “en paz” y con la “mente tranquila”. El funeral del que fue uno de los mejores anticuarios de Francia tuvo lugar el viernes 10 de diciembre, en la iglesia Saint-François-Xavier de la capital gala. El último adiós reunió a su cuarta mujer y viuda, Marie Grimaux, y a sus tres hijos, Marella y Frederick, fruto de su matrimonio con su segunda esposa, Barbara Hottinger, y Cynthia, nacida de su tercer matrimonio con Carmen. La pintora, emocionada por despedir a su padre, acudió junto a su marido, el médico especialista en urología Benjamin Rouget. Su madre, la duquesa de Franco, que reside actualmente en Portugal con su pareja, el coach australiano Tim MacKeague, también se encontraba entre los asistentes. La despedida al conocido marchante también contó con la presencia de buenos amigos de la familia, como la modelo española Inés Sastre, íntima de Marella Rossi; el presentador de televisión Arnaud Lemaire, o el actor Guillaume Gallienne.
El amor a pesar de la tragedia
Jean-Marie Rossi fue un brillante experto en arte. Convirtió su galería, Aveline, en la plaza Beauvau de París, muy cerca del palacio del Elíseo, en una mina de mobiliario de los siglos XVII y XVIII, donde acudían los grandes coleccionistas del mundo en busca de las mejores piezas. Hasta los años ochenta llevó una vida anónima, pero se convirtió en un personaje popular cuando comenzó a salir con la nieta de Franco. Se conocieron en 1976, durante un crucero por el Mediterráneo, en el barco de Olimpia de Torlonia, hija de la infanta Beatriz y prima de Alfonso de Borbón, marido de Carmen. Por entonces, ambos estaban todavía casados. Él con Barbara Hottinger, perteneciente a la alta burguesía parisina, a la que se unió tras un fallido primer matrimonio con otra mujer. Ella, con el duque de Cádiz, padre de sus hijos, Francisco y Luis Alfonso, del que terminó separándose oficialmente en 1979. Cinco años después, el 11 de diciembre de 1984, Jean-Marie y Carmen Martínez-Bordiú, se dieron el ‘sí, quiero’ en una boda celebrada en Rueil-Malmaison (altos del Sena), de la que informó ¡HOLA!, como en todos los momentos relevantes de su vida. “Me siento muy muy feliz”, declaró la exduquesa de Cádiz en estas páginas tras su nuevo matrimonio con Rossi, veinte años mayor que ella y por el que lo dejó todo para mudarse a París.
Una romántica forma de poner fin a 1984, el año más desgraciado de sus vidas. En febrero, la hoy duquesa de Franco enterró a su hijo mayor, Fran, fallecido, a los once años, durante un accidente de coche ocurrido en Navarra. En verano de ese mismo 1984, durante un viaje a Bahamas, Mathilda, hija de Jean-Marie y gemela de Marella, murió, a los trece años, por una desgracia ocurrida con la hélice de una barca. Desde que se conocieron, Carmen y Jean-Marie compartieron una vida marcada por la fama, la tragedia y el amor. También hubo grandes momentos de felicidad. En abril de 1985 nació su hija en común, María Cynthia Francisca Matilda Rossi Martínez-Bordiú, a la que pusieron los nombres de sus malogrados hermanos. Hoy, la joven, de treinta y seis años, es pintora y tiene dos hijos.
La pareja estuvo casada durante diez años. En 1994, decidieron separar sus caminos y firmar el divorcio un año después. “Fue mi maestro en todo y yo, su alumna perfecta. Una vez que se apagó el fuego entre nosotros, él comprendió que yo buscaría en otra parte”, escribió la nieta de Franco en sus Memorias. A pesar de ello, siempre guardaron una buena relación. De hecho, Carmen entrevistó a su exmarido, en 2015, para ¡HOLA!, donde recordó algunas de las mejores anécdotas de su dilatada trayectoria profesional. Por ejemplo, cuando compró el famoso Lichtenstein The Ring, que le costó 6.000 francos de la época y lo vendió por una cantidad tan elevada que le permitió comprarse una casa de campo. Jean-Marie también rememoró su amistad con algunos de los artistas contemporáneos más relevantes de la historia reciente, como Bernar Venet, Mimmo Rotella, Jean-Claude Farhi o Lucio Fontana. De tanto rodearse de leyendas, él también se convirtió en una.
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