Tras ser vinculada con el jugador de baloncesto, Willy Hernángomez
Lucía Rivera desmiente de forma tajante mantener una nueva relación
‘Cuando me enamore, me enamoraré. Pero ahora no es el caso. Además, soy muy exigente’
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La noche de este martes 19 de octubre, Rabat celebró en su tienda de Madrid una exclusiva cena con motivo de la presentación de Three Wishes, una colección que simboliza la unión y el valor de la familia, mediante tres icónicas piezas: una pulsera, unos pendientes y un anillo. Al evento, que tuvo lugar en la tienda de la madrileña calle Serrano, numerosos rostros conocidos que están o han estado vinculadas a la marca. Entre ellas, la modelo Lucía Rivera, hija de la actriz Blanca Romero y Cayetano Rivera. quien deslumbró con un impresionante vestido negro de plumas, firmado por Claro Couture. Un momento en el que, pese a que siempre se muestra muy discreta en los aspectos relacionados con su vida privada, desmintió rotundamente la última relación que le han adjudicado con el jugador de baloncesto, Willy Hernángomez, que actualmente milita en los New Orleans Pelicans, de la NBA.
-Llevábamos mucho tiempo sin verte, Lucia. ¿Cómo estás?
-Bien, como siempre.
-Siempre se te nota feliz
-A ver… siempre, siempre, no. Soy una persona y tengo mis momentos, como todos, pero intento estarlo.
-Aprovechando que estamos en un evento como éste, dime ¿eres muy aficionada a las joyas? ¿Te compras muchas?
-Yo creo que, a medida que voy creciendo, soy más de joyas, sí.
-¿Te impone ponerte collares tan valiosos?
-No, porque ya estoy acostumbrada a que me pongan estas maravillas. Y en los eventos también intento llevarlas.
-Sois muchas las que esta noche han venido de negro. ¿Os habéis puesto de acuerdo?
-Hombre… con el color negro siempre se acierta, ¿no crees? Aunque esta vez he arriesgado más de lo que yo suelo arriesgar, pero me gusta. Es un estilo un poco de los años veinte.
-Cambiando de tema. ¿Tienes novio o no? Porque el otro día te relacionaban Willy Hernángomez.
-Es que me relacionáis con muchos. Ahora mismo, soy libre y tengo una edad para estar trabajando y estar centrada en mi carrera profesional. ¡Y ya está! Cuando me enamore, me enamoraré. Pero ahora no es el caso. Soy muy exigente.
-¿Qué buscas en un hombre?
-No busco nada y no tengo un prototipo de persona. Cuando te enamoras, no te enamoras de algo que buscas sino que te sorprendes.
-¿A qué te refieres, entonces, cuando dices que eres muy exigente?
-A que busco una persona con principios, valores y, sobre todo, humildad.
-¿Te encuentra encontrarla?
-¿Qué si me cuesta? Es que no me propongo buscarlo. Si aparece, apareció. No estoy busscando en estos momentos el amor. Si llega bien; y si no, pues también.
-¿Cómo te gustaría que te conquistasen?
-Pero qué más da cómo me conquisten. Yo no necesito que me conquiste nadie. Ya me conquisto yo todos los días. Las mujeres no necesitamos esas cosas. Además, eso de conquistar está ya muy anticuado.
-¿Y cómo te conquistas a ti misma?
-Mimándome, haciéndome mis mascarillas, poniéndome mis joyas…
-¿También estarás deseando viajar?
-Lo primero que tengo en mente es viajar a Nueva York, pero está todavía un poco complicado. Por ahora voy a intentar hacer algo en Europa. Me gustaría Milán o algo europeo más cercano. Después ya me iré, cuando pueda, a Los Ángeles, a Nueva York...
-¿Tienes algún proyecto entre manos?
-No se puede preparar nada con esta profesión, porque hoy preparas algo y mañana tienes una opción y te confirman seguro. Voy fluyendo y en cuanto esto avance un poco más, que quedarán dos semanas, porque estoy en medio de cambios, me iré.
-¿A qué cambios te refieres?
-Personales. Estoy en cambios de todo y me apetece hacerlo bien e irme tranquila. Tengo veintidós años años. Imagínate la cantidad de cambios que tienes con esa edad.
-Por cierto, ¿tu madre cómo está?
-Mi madre está siempre bien, ya lo sabes. Es otra Miura, bien, feliz, con su bebé y en Asturias tranquilamente. Está rodando cosas guay, muy chulas. Acaba de terminar de grabar una serie y yo creo que os van a gustar. A mí, al menos, me gusta.
-¿A ti te apetecería seguir sus pasos?
-Hombre… tengo veintidós años todavía. Mi madre cuando empezó a trabajar tenía treinta y pico. A mí, hasta esa edad, fijate lo que me queda para pensármelo. Me está yendo bien en lo mío y voy a seguir con ello.
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