EXCLUSIVA: Saúl Craviotto y su padre, dos campeones del piragüismo unidos por un mismo sueño

Coincidiendo con el Día del Padre, hablamos con ellos de los mejores recuerdos y anécdotas que han vivido juntos

Por Cristina Álvarez

Un año más, llega una de las fechas más señaladas del calendario, el Día del Padre, y en HOLA.com hemos querido celebrarlo de una manera muy especial, recordando los mejores momentos que han vivido juntos dos grandes campeones. Nos referimos a Saúl Craviotto y a su padre, Manuel Craviotto, que han tenido una vida dedicada a su gran pasión: el piragüismo. Para el deportista, él ha sido su gran referente y la persona que siempre ha estado a su lado, animándole para que luchara por conseguir sus sueños. Quién les iba a decir que terminaría convirtiéndose en medallista olímpico en cuatro ocasiones, además de policía nacional y todo un descubrimiento de la televisión tras ganar la segunda edición de Masterchef Celebrity. Con ellos hemos charlado de todos esos bonitos recuerdos, de sus inicios y de la relación tan especial que les une, además de descubrir una divertida anécdota de Saúl, cuando era pequeño y ya tenía madera de ganador. 

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- Saúl, desde que eres padre, ¿ha cambiado tu relación con el tuyo?
Ahora que soy padre entiendo muchas cosas. Comprendo todas esas preocupaciones y miedos que él podía tener y que yo no comprendía.

- Empezaste entrenando con él, ¿cómo recuerdas esos primeros momentos?
Pues lo recuerdo con añoranza y mucho cariño. Fueron años muy felices y tuve una infancia muy ligada al deporte. Él me enseñó esta forma de vida y nunca se lo agradeceré lo suficiente.

- Cuando ibas detrás de él en la piragua, ¿soñabas alguna vez con que serías olímpico? 
Empecé a pensar en los JJOO con 14 o 15 años, antes de eso nunca imaginé nada de esto. Iba a entrenar más por diversión que por mejorar esa milésima, mejorar ese puesto o ganar aquí o allá… era otra forma de ver el deporte y, en mi opinión, así debe ser a esas edades.

- Cuéntanos una anécdota divertida de cuando eras pequeño e ibais a entrenar juntos.
Pues recuerdo que cuando era un niño mi padre me ataba una cuerda de su piragua a la mía (de su popa a mi proa), y nos íbamos a navegar por sitios perdidos. Y yo, con lo vago que era, levantaba la pala (remo) y me llevaba de paseo.

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- Si pudieses volver a un solo día de tu infancia, ¿cuál sería? 
A cualquier día de verano donde iba a la piscina con mis primos y jugábamos hasta que se nos hiciera de noche.

- ¿Cómo te sientes ante el hecho de que vas a ser abanderado en Tokio 2020? ¿Como recibiste la noticia? 
Aún no está confirmado, es algo que tiene que confirmar el COE y, aunque sería un placer, hay que esperar la decisión. Lo recibo con una felicidad inmensa. Es difícil explicarlo, yo creo que ya no habría nada más, sería llegar a la cima del deporte.

- Repites como imagen del nuevo perfume masculino de Adolfo Dominguez, ¿qué puedes contarnos de este nuevo perfume?
Lo que puedo contar es que estoy ilusionadísimo de seguir siendo imagen de este nuevo perfume que además encaja mucho con mi forma de ser y mi gusto. Además, nos fuimos a rodar a Las Palmas de Gran Canaria, donde he podido descubrir unos paisajes espectaculares.

- Adolfo Dominguez es una marca sostenible y así lo expresa tanto a nivel textil como en perfumes. ¿Cómo de sostenible es tu día a día?
En mi casa se vive el tema reciclaje con total naturalidad, donde intentamos inculcar a nuestras hijas la importancia de cuidar y mantener limpio nuestro entorno. Hay que concienciarse e intentar aportar cada uno nuestro granito de arena para revertir la situación en la que nos encontramos.

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- Manuel, ¿cómo se siente el padre de un medallista olímpico?
Un gran orgullo difícil de explicar. El piragüismo siempre fue mi pasión e intenté transmitírselo a mi hijo desde pequeño, y eso aún lo hace todo mucho más especial.

- Cuando Saúl era pequeño y salían a entrenar, ¿pensó alguna vez que sería campeón olímpico?
Nunca imaginé eso, aunque siempre apuntó maneras y tenía garra de luchador, jamás imaginé que llegaría tan lejos ni era nuestra aspiración. Yo sólo quería que disfrutase del deporte y se empapase de sus valores.

- ¿Qué sintió cuando Saúl ganó su primera medalla en unos Juegos Olímpicos?
Pues una alegría inmensa y un subidón que aún me dura ahora.

- El deporte requiere mucho esfuerzo y sacrificio, ¿cómo vive un deportista la paternidad? 
La verdad que después de tantos años en la élite como lleva Saúl, lo vivo reconociendo su esfuerzo y sabiendo que hace su trabajo con profesionalidad.

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- ¿Recuerda el primer día que Saúl le acompañó a entrenar? 
No tengo muy nítido ese recuerdo… Lleva desde muy pequeñito subido en una piragua, pero imagino que sería en unas vacaciones por algún lago de los Pirineos de Lleida, que es donde solíamos ir.

- Cuéntenos una anécdota divertida de cuando salían a entrenar juntos
Pues por ejemplo, una de muchas… era un niño tan comilón que en una competición de infantiles estaba por la penúltima vuelta, a unos cuantos metros de entrar por meta, y se puso a chillar a su madre pidiéndole un bocadillo.

- Si pudiese volver a un solo día de su infancia, ¿cuál sería? 
El día de su nacimiento y cualquier día de su infancia, al igual que el de sus hermanas mayores. Me han hecho muy feliz y sería maravilloso volver a vivirlo por un instante. Hay que aprovechar el tiempo, porque nada de eso vuelve y, aunque queda en el recuerdo, es maravilloso vivir el presente.