Tamara Falcó confiesa la faceta más desconocida de su madre

La diseñadora le ha revelado a Bertín Osborne aspectos hasta ahora desconocidos de Isabel Preysler

Por hola.com

Es una de las personas más carismáticas del panorama social patrio. Tamara Falcó posee una personalidad arrolladora, un carácter único y divertido. Virtudes de las que ha vuelto a hacer gala en Mi casa es la tuya, programa en el que ha vuelto a participar. Y aunque Bertín Osborne pensaba que en su anterior encuentro ya había descubierto todos los secretos de la diseñadora, lo cierto es que en esta última entrevista ha seguido conociendo aspectos desconocidos de ella y de su familia, muy presente durante toda la conversación.

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Tamara ha contado cómo es su madre, Isabel Preysler, en la intimidad. "Mami súper estricta. Cuando era pequeña, a mis amigas les daban paga y mi madre decía que ella me daba dinero cuando lo necesitara, pero no un dinero concreto. Claro, así tenía un control absoluto de dónde lo gastaba. Mami me decía que no a todo. ¿Puedo ir a la discoteca? Tú no, me da igual lo que hagan tus amigas…", aseguraba. Eso sí, confesaba que, a pesar de que discuten mucho, se lo pasa "genial" viviendo con ella en su residencia de Puerta de Hierro.

Además, la hija de Carlos Falcó ha asegurado que discute mucho con su madre, aunque las dos comparten un gran sentido del humor. "Discutimos muchísimo, pero nos reimos de las cosas. Me lo paso genial con ella, de hecho vivo con ella", relataba la próxima concursante de MasterChef Celebrity, que insistía en que no se puede imaginar el día que le falte. Además, entre risas también ha revelado que Isabel tiene muchas manías y confesaba a Bertín Osborne que cuando estuvo en ese mismo programa no dejaba de pensar en un par de persianas que estaban bajadas. 

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Pero Tamara no solo ha desvelado aspectos desconocidos de la personalidad de su madre, sino que también lo ha hecho sobre su actual pareja Mario Vargas Llosa. Con la naturalidad y espontaneidad que le caracteriza, ha explicado que las manías no son solo patrimonio de Isabel Preysler y ha revelado una fobia del peruano: las pepitas. Además, ha contado que la primera vez que el premio Nobel fue a casa, su madre no dejaba de comer aceitunas provocando una tremenda incomodidad en el literato.