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Las aventuras profesionales continúan para Toñi Moreno. Después de su inesperado cambio laboral y tener que afrontar una nueva atapa poniéndose al frente de Mujeres y Hombres y Viceversa en Cuatro, la periodista ha comenzado 2019 enfrentándose a un nuevo y complicado reto. La presentadora se ha convertido en actriz por un día para Gente maravillosa, el programa de las mañanas de Canal Sur que Toñi capitanea, metiéndose en la piel de un indigente. Algo que hizo tiempo atrás el mismísimo Richard Gere en Invisible, un duro alegato que nos traslada el drama de las personas que viven en la calle sin recursos.
La periodista no ha dudado en compartir parte de esta experiencia, que ha catalogado como "maravillosa", con sus miles de seguidores de Instagram. "Esta semana cumplimos 100 programas de Gente maravillosa en Canal Sur y he podido comprobar que hay más gente buena que mala, aunque los segundos hagan mucho ruido. Una experiencia maravillosa", escribe la que fuera conductora de Viva la vida. En las imágenes, una irreconocible Toñi Moreno aparece caracterizada en un bar, donde su presencia incomoda a alguno de los clientes. Uno de los empleados del establecimiento le dice a su compañera que "esto no es un comedor social" y le acusa de "gastarse el dinero en alcohol". Ante esta reacción, la inmensa mayoría de los presentes apoyaron a la presunta y ‘desconocida’ indigente, a la que no reconocieron, y decidieron abandonar el bar.
"Madre mía Toñi, qué bien has hecho el papel", "¡Qué ganas de ver el programa ya!" o "¡¡Qué barbaridad!! ¡No se te resiste nada!" son algunos de los mensajes que le han enviado sus seguidores, que no han dudado en aplaudir este estreno como actriz del que Toñi está visiblemente orgullosa.
A pesar de ser uno de los rostros más populares de la pequeña pantalla, ninguno de los presentes consiguió reconocer a Toñi Moreno, como le ocurrió en su momento a Richard Gere. El protagonista de Pretty Woman recordó que un día le tocó filmar una escena para Invisible en una plaza céntrica de Manhattan y que, pese a estar caracterizado y que la cámara estaba escondida para no llamar la atención, tenía la ilusión de que algún peatón lo reconociera cuando pasara a su lado. "Nadie me prestó atención. Estuve parado allí más de 45 minutos y nadie me miró a los ojos, nadie. Eso me hizo pensar que la gente no quiere conectar con las personas que viven en la calle. Fue la primera vez que me sentí invisible. Si esto me sucede a mí, imaginen cómo será para alguien que no tiene ni mi fama ni mi posición social", advirtió Gere en la presentación de Invisible en el Festival de San Sebastián, en 2015.
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