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Malena Costa y Mario Suárez han formado su hogar a miles de kilómetros de España. La pareja decidió mudarse a China después de que el jugador madrileño fichara por el club de fútbol Guizhou Hengfeng Zhicheng. Mario se instaló antes y después lo hizo Malena con Matilda, que a finales de este mes cumplirá los dos añitos, y Mario, que ya tiene 11 meses. La pareja se reencontró por fin en la ciudad china de Guiyang a principios de marzo y allí han comenzado su nueva vida, de la que la modelo nos hace partícipes en sus redes sociales. A punto de comenzar el verano y después de un trimestre por tierras asiáticas, la familia al completo ha decidido hacer las maletas y pasar unos días de relax en Mallorca, la tierra natal de Malena, donde se han reencontrado con el buen clima, el mar y la suculenta gastronomía balear.
La modelo y el futbolista han publicado la misma fotografía en la que se les ve con ropa de lo más veraniega posando delante del mar con sus niños. El matrimonio ha disfrutado de paseos por el litoral mallorquín y ella se ha mostrado encantada de volver a su ciudad. Además, ha disfrutado de los “placeres de la vida” como “que tu bebé se te quede dormidito en brazos”. Aunque al matrimonio le encanta la comida asiática, lo cierto es que Malena Costa se ha mostrado encantada de volver a poder degustar platos tan típicos de la zona como el pan con aceite. “Creo que pocas cosas me pueden gustar más que un bon pa amb oli mallorquín y si lleva queso mahonés ya ni te digo”, explicaba la esposa de Mario junto a un Stories en el que se ve una suculenta rebanada de pan.
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Estos días juntos en España parece que tocarán a su fin para el futbolista, a juzgar por una publicación que la mallorquina ha hecho en Instagram. En ella aparece en biquini, abrazada a su marido y que acompaña del siguiente mensaje: “Yo también te echaré de menos”, lo que podría dar a entender que el deportista regresará a Asia para seguir con sus compromisos profesionales, mientras su familia permanece en España.
Malena siempre ha dicho que su felicidad pasa por estar al lado de su marido y por eso nunca ha dudado en seguirle allá donde su profesión le ha llevado. Pese a estar encantada de poder estar juntos, eso no quita para que se haya encontrado con algunos “problemillas” en un cambio tan drástico de residencia. Además del idioma, la balear contó a sus seguidores cómo fue su primera incursión en un supermercado chino. “A ver quién entiende algo. Siempre queda la opción de coger algo a boleo”, escribió con grandes dosis de humor, dejando constancia de la paciencia de la que ha tenido que echar mano en alguna ocasión para hacerse entender y para comprender la lengua.
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