Desde hace unos meses se la veía con Joaquín Cortes y todos nos preguntábamos quién sería la nueva acompañante del bailarín. Juntos han estado en Marbella, Venecia, pero su presentación oficial en sociedad fue nada más y nada menos que en la alfombra roja del Festival de Cine de Cannes. Hola.com ha podido hablar por primera vez con esta actriz de 24 años que se llama Elena Maruenda y que ocupa el corazón de nuestro bailarín más internacional.
Hola Elena, eres imagen de la colección de gafas de sol Shine On de Carrera y Carrera. ¿Es la primera vez que haces algo así?
He sido imagen varias veces de otras firmas, pero me hace mucha ilusión haber sido elegida por Carrera y Carrera porque es una firma que me encanta y tienen una gran variedad de modelos de gafas de sol.
¿Nerviosa por recibir a la prensa aquí en Fortuny y por la fiesta de después?
No, la verdad es que estoy bastante tranquila, no sé si luego cambiará la cosa.
¿Cómo estás llevando el ser una persona anónima y, de repente, ver tu cara en las revistas?
Me lo tomo con mucha normalidad y naturalidad, la verdad es que no lo llevo mal.
¿Cómo conociste a Joaquín Cortés?
A través de un amigo que tenemos en común. Me lo presentó y desde entonces somos inseparables.
Sonríes mucho cuando hablas de él, se te nota que estás muy enamorada
Sí. Ya llevamos juntos siete meses y estoy muy feliz. Somos muy felices juntos.
¿Vivís juntos?
No, todavía no.
¿Qué te enamoró de él?
Me gustan muchas cosas de él. Es un hombre que tiene muchas cosas buenas y muchas cualidades.
¿Cuál destacarías de todas ellas?
Quizá su humanidad. Joaquín es muy humano.
¿Cómo te estás tomando esta relación? ¿Tenéis planes de futuro?
El futuro es el futuro y no se puede predecir. Yo vivo el presente y ahora sé que estoy muy bien.
¿Cómo llevan tus padres y tus amistades que salgas con Joaquín Cortés?
Viéndome feliz a mí, ellos están contentos.
Se rumorea que podrías estar embarazada, ¿es cierto?
Cómo no sea del Espíritu Santo… No, no es verdad
¿Te gustaría tener hijos? ¿Os lo habéis planteado?
No, todavía no pienso en esas cosas.
Elena, tú eres bailarina, modelo y actriz… ¿cuál es la faceta que más te gusta?
Más que nada soy actriz. Me apasiona el mundo de la interpretación. De pequeña hice ballet clásico y español, también he sido imagen de algunas firmas y he desfilado, pero ahora me dedico al mundo de la interpretación y he estudiado arte dramático durante seis años.
Como bailarina, supongo que eras una seguidora de Joaquín Cortés, ¿no?
Pues si te soy sincera, te tengo que decir que no. No me gustaba nada (dice entre risas). Ahora que estamos juntos admiro mucho lo que hace. Pero antes, ni me gustaba, ni era seguidora suya.
Cuando le veías en la televisión, en las revistas, ¿se te pasó por la cabeza que podrías acabar con él?
No me lo podía ni imaginar.
Supongo que el trabajo os separará muchas veces. ¿Cómo lleváis la distancia? ¿Sois de esas parejas que cuando están separadas están todo el día colgados al teléfono?
No, hablamos lo normal. Y la distancia no la llevamos mal, cuando está lejos, deseo que vuelva pronto y cuando está muy cerca, estoy deseando que se vaya lejos (bromea).
¿Cómo fue la experiencia de desfilar por la alfombra roja de Cannes a su lado? ¿Hubo nervios?
Muy bien. Lo disfruté mucho fue una experiencia inolvidable, aunque muchas veces me dicen que si me pinchan no me hacen sangre, porque estaba muy tranquila y Joaquín me preguntaba todo el rato: “¿No estás nerviosa? ¿Ni siquiera un poco?”. Yo creo que él lo estaba más que yo y casi consigue que perdiera la calma.
¿Te gustaría volver a pisar la alfombra roja de Cannes presentando una película?
Sería un sueño.
Hablando de sueños, ¿con quién te gustaría trabajar en el cine?
Con Julia Roberts, ella es mi actriz favorita.
¿Qué proyectos tienes ahora?
Estoy en una obra de teatro haciendo comedia. Acabo de terminar una serie que se emitía en Internet, también de comedia y ahora estoy pendiente de un papel en una serie de televisión.
¿Crees que tu relación con Joaquín puede abrirte más puertas o, por el contrario, perjudicar tu carrera?
Es algo que ni perjudica ni beneficia, porque al final lo que cuenta es el trabajo. Si no vales, da igual quién sea tu padre, tu madre, o en este caso tu novio.
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