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Los Valles Occidentales de Huesca son un territorio protegido y privilegiado del que pocos pueden presumir, porque posee altas cumbres, algunos de los lagos de montaña más hermosos de la cordillera, una rica fauna entre la que se encuentran especies como el oso pardo o el quebrantahuesos, una magnífica arquitectura en sus pueblos y, lo más buscado en otoño, impresionantes bosques que alcanzan por su frondosidad la categoría de selvas.

 

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EL PUEBLO DE HECHO

Siguiendo las aguas del río Aragón Subordán se llega hasta Hecho, la capital del valle, cuya arquitectura popular se concentra alrededor de la iglesia de San Martín, que conserva de sus orígenes románicos el ábside y unos hermosos capiteles. Su trazado urbano es un bello conjunto de calles empedradas a las que asoman casas tradicionales de piedra con sus características chimeneas cónicas, tejados de teja plana muy inclinados para soportar el peso de las antaño abundantes nevadas y ventanas cuajadas de flores, entre las que se destacan la casa Gastón, casa Chilico o la de Mazo, que alberga un museo etnográfico donde se puede ver el traje tradicional cheso. Su otro museo está al aire libre y es de arte contemporáneo, formado por grandes piezas escultóricas salpicadas por las calles del pueblo.

 

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SIRESA

A 2 kilómetros de Hecho, en el pequeño núcleo de Siresa, sobresale el rotundo monasterio de San Pedro de Siresa, del que solo se conserva su iglesia y en cuyo ábside la leyenda afirma fue hallado el Santo Grial. De sobria monumentalidad, posee un gran valor artístico e histórico pues llegó a ser un importante núcleo religioso a partir del siglo IX, cuando en él se educó Alfonso I el Batallador.

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Junto a Siresa se descubren los restos de la Viam Famosam, una de las tres calzadas romanas que atraviesan el valle y que los romanos utilizaban como vía de comunicación entre las dos vertientes pirenacias, a su vez uno de los primeros caminos por el que los peregrinos compostelanos se dirigían a Santiago. Aunque el valle ha estado poblado desde tiempos prehistóricos, por la abundancia de dólmenes y cromlechs que aglutina, huellas megalíticas de cazadores y recolectores nómadas.

 

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LA SELVA DE OZA

Remontando el valle, la Boca del Infierno, donde las aguas del Aragón Subordán se apresuran tumultuosas por el estrecho paso entre paredones de roca, es la puerta de entrada que conduce hasta la Selva de Oza, el rincón paisajístico más espectacular. Aquí el bosque se muestra denso gracias a los pinos, hayas y abetos entre los que asoma la Peña Forca, con 2391 metros; y, separando el valle de Hecho del paralelo de Ansó, el castillo de Acher, macizo prácticamente de la misma altitud llamado así por su perfil en forma de fortaleza inexpugnable.

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DE CAMINO AL IBÓN DE ACHERITO

Uno de los itinerarios más atractivos de la zona es el que conduce al ibón (así se denominan los lagos de montaña en Aragón) de Acherito, en el que hay que invertir unas dos horas y media de subida y algo menos a la vuelta. La senda, que en su comienzo es asfaltada, parte del camping de Oza y discurre entre el bosque hasta la casa en ruinas de los antiguos carabineros de la Mina para seguir hacia el barranco de Acherito y remontarlo desembocando en el barranco de las Follas. En este punto, las rocas calcáreas se van apoderando del paisaje.

 

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Tras bordear el pico de Laraille, haciendo frontera con Francia, surge de repente el ibón, pequeño y coqueto con sus aguas rodeadas de imponentes farallones. De un azul oscuro en días sin viento, refleja sus perfiles y deja ver los tritones pirenaicos y las ranas bermejas nadando a placer. Como regalo de fin de ruta, unas vistas que cortan el aliento, con la panorámica inigualable de las montañas altoaragonesas.

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EL VALLE DE AGUAS TUERTAS

A 8 kilómetros de Hecho, la antigua Casa Forestal situada junto a la Boca del Infierno acoge el Centro de Interpretación del Megalitismo. En el exterior se puede ver reproducciones de un cromlech y un dolmen. En él informan de los itinerarios más aconsejables para conocer algunos de estos monumentos y organizan rutas guiadas, como la que lleva a Guarrinza, un lugar sagrado por la gran acumulación de huellas megalíticas que posee situado entre la Selva de Oza y el valle de Aguas Tuertas.

 

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MUY PRÁCTICO

 

DÓNDE COMER EN EL VALLE DE HECHO

Todos los sabores de la gastronomía altoaragonesa se dan cita en Casa Blasquico (casablasquico.es), este restaurante en Hecho que gusta por sus platos elaborados con productos de temporada de la tierra, así como otros más modernos y creativos. Tradicional es la propuesta del Castillo d’Acher (castillodacher.com), en Siresa. Y en la capital del valle otra buena elección es Canteré (restaurantecantere.com), de recetas innovadoras con mucha tradición.

 

DÓNDE DORMIR 

Casa Rural Marín (casaruralmarin.es), en la misma calle Mayor de Hecho, es un confortable alojamiento con cuidadas habitaciones y apartamentos. En la carretera que conduce a la Selva de Oza, a 7 kilómetros de Hecho, está el hotel de montaña Uson (hoteluson). En Siresa, el hotel Castillo d’Acher (castillodacher.com) y también cuenta con habitaciones Casa Blasquico (casablasquico.es).

 

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