LAS ALPUJARRAS
Los pequeños pueblos que conforman las Alpujarras, aislados durante siglos, conservan intactas sus empinadas y estrechas calles, su peculiar arquitectura y sus tradicionales ancestrales. Algunos de los más bonitos los encontramos en el Barranco de Poqueira: Pampaneira, Bubión o Capileira (en la imagen), con un casco antiguo que es conjunto histórico, preciosos miradores – el Tajo del Diablo y la Junta de los Ríos– y numerosos caminos para hacer excursiones, como las que conducen hasta el Veleta y el Mulhacén, las montañas más altas de la península ibérica.
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MONTEFRÍO
En la carretera de Tocón se encuentra el mejor mirador –que no el único– de este pueblo medieval. Lo han bautizado como National Geographic. ¿Y eso? Pues porque desde que esta publicación lo eligera en 2015 como el pueblo más bonito de España se situó en el mapa turístico internacional. Y con este gesto la localidad se lo ha agradecido. Impresiona a primera vista por el conjunto que forman la fortaleza árabe y la iglesia de la Villa, en la cima de un peñón. Y lo adornan empinadas calles, su iglesia de la Encarnación inspirada en el Panteón de Agripa de Roma y un mar de olivos alrededor.
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LA HERRADURA
Muy cerca de Almuñécar, en el límite entre Granada y Málaga, La Herradura posee un pequeño casco histórico repleto de diminutos pasajes, de macetas y fachadas encaladas y 2 kilómetros de playas para disfrutar del sol o tomar un buen pescado a la brasa en uno de sus chiringuitos. Quien se anime, podrá redondear la parada buceando en sus profundidades marinas.
PASARELAS DEL RÍO CASTRIL
En el norte de Granada y alejado de las rutas más turísticas de la provincia, Castril es un pueblo de casas blancas coronado por una peña donde en otro tiempo hubo un castillo árabe y hoy un perfecto mirador. También es el nombre del río que recorre el Parque Natural Sierra del Castril, con numerosos senderos y una sorpresa mayúscula: la Cerrada, el camino que abrieron las aguas hace millones de años por mitad del roquedal. Una pasarela de madera acompaña al río y se adentra hasta una vieja central hidroeléctrica, excavada en la piedra caliza y convertida ahora en centro cultural.
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RUTA DE FEDERICO GARCÍA LORCA
Muchas rutas pueden descubrirse en Granada, pero solo una está hecha de poesía, esa que sigue los pasos de Federico García Lorca por las planicies de La Vega y los paisajes que inspiraron los versos del poeta. El itinerario comienza en Fuente Vaqueros, donde nació y hoy está su museo. De allí a Valderrubio para visitar la gran casa familiar, también museo, y cerca, la casa de Bernarda Alba (en la imagen), protagonista de una de sus obras de teatro más conocidas. En la Huerta de San Vicente nos espera la casa de verano, fresca y sombreada con decenas de árboles y con el mobiliario original conservado en su interior. Remata la ruta el Centro Lorca en la capital de Granada, un final imprescindible para quienes sigan sus pasos por esta magnífica ciudad.
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ALMUÑECAR Y SALOBREÑA, LA COSTA TROPICAL
Que los 73 kilómetros de litoral granadino se conozcan como la Costa Tropical dice mucho de él, pues aquí luce el sol 320 días al año y la temperatura media es de 20 grados, por lo que tanto en verano como en invierno apetece mar. Las playas y calas de Almuñécar y Salobreña son algunas de las más turísticas, pero más allá son dos bonitas localidades con mucho en común, como sus retorcidas callejuelas desparramadas por los cerros, su castillo en lo alto y algunas de las mejores panorámicas del Mediterráneo y Sierra Nevada.
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GUADIX
Pasar una noche en una casa-cueva, con buena temperatura y todas las comodidades, es una experiencia que nadie debería perderse en Guadix. Los cerros arcillosos que rodean el pueblo conforman una auténtica ciudad troglodita y muchas de sus casas excavadas son ahora alojamientos turísticos. Después del descanso en estas viviendas que se concentran en el barrio de las Ermitas, espera su la antigua alcanzaba del siglo XI y, a sus pies, la catedral, el gran edificio monumental de esta comarca del norte de Granada. En la imagen, la vista desde el mirador de la Magdalena.
SIERRA NEVADA
Los mayores picos de la península –el Mulhacén, como techo– se localizan en este macizo montañoso al que muchos se acercan en invierno para esquiar en su estación, hacer una excursión con raquetas de nieve o ver atardecer desde el Veleta (en la imagen). Por su gran variedad de ecosistemas, desde pastizales de alta montaña a bosques caducifolios, y su diversidad botánica y faunística, este entorno es reserva de la biosfera por la Unesco y parque nacional.
LOS CAHORROS
El río Monachil nace en el pico Veleta, pero muy cerca de la capital granadina se abre paso por un desfiladero de roca caliza espectacular. En el pueblo de Monachil arranca la ruta que lleva a Los Cahorros, un itinerario circular de 9 kilómetros, sencillo y asequible para hacer en familia que no puede ser más atractivo, porque atraviesa 3 puentes colgantes, numerosos saltos de agua y hasta una cueva. Se puede iniciar en el mismo pueblo o en la Era de los Portachuelos, por la carretera de El Purche.
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DESIERTO DE GORAFE
Granada tiene un pequeño Gran Cañón y pocos lo saben, una impresionante área semidesértica formada por la erosión del agua, que ha creado un paisaje de ramblas, cañones y cárcavas entre los municipios de Gorafe y Villanueva de las Torres, lindando con el embalse de Negratín y cambiante con la luz del día. El paisaje es soberbio y en parte, también recuerda a la Capadocia de Turquía. Hay que recorrerlo en todoterreno, porque se extiende a lo largo de 1400 km2, y mirar al cielo, porque posee uno de los más limpios de España, con certificación Starlight.
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VEREDA DE LA ESTRELLA
Por el Parque Nacional de Sierra Nevada y con la vista puesta en algunas de las cumbres más altas de España discurre una de las rutas de senderismo más hermosas de Andalucía, que coincide en parte con la Vía Verde del Tranvía. La Vereda de la Estrella tiene 12,5 kilómetros de recorrido (solo ida) y comienza en el Barranco de San Juan, abrazado al valle del Genil. El poblado minero de la Estrella, que da nombre a la ruta, queda en el camino, de cuyas minas se extrajo durante décadas cobre y hierro. Después de alcanzar la Cueva Secreta, refugio de pastores, comienza el camino de vuelta. El remate final es el blanco caserío de Güéjar Sierrar, con sus retorcidas callejuelas, sus patios repletos de tinaos y el murmullo del agua animando el paseo, como lo dispusieron los árabes.