A la sombra de sus castillos, encerradas entre murallas, coronando las montañas más altas y algunas coronadas como Patrimonio de la Humanidad. Cada una de ellas invita a volver la vista atrás, porque su pasado sigue muy presente.
CASTELO DE VIDE
El Alentejo depara sorpresas mayúsculas como este pueblo con una importante judería. sus callejuelas en cuesta y empedradas, sus puertas ojivales llenas de símbolos hebraicos y su sinagoga musealizada. En él, vale la pena hacer la ruta de las fuentes, porque las hay de todas las épocas, formas y materiales y la de la sierra de São Paulo, que corona la preciosa ermita de Nossa Senhora da Penha.