Matthew McConaughey y Anne Hathaway, juntos en el paraíso de Mauricio

Ha sido el destino el que ha unido a esta pareja en la gran pantalla. Él, en la piel de un capitán de un barco pesquero cuyo misterioso pasado vuelve para atormentarle. La actriz, en el de su ex mujer, que llega a la isla en la que se ha refugiado pidiéndole ayuda para ella y su hijo en común. La isla es Mauricio (el Caribe en la ficción) y su escondite, el hotel Royal Palm Beachcomber Luxury, un escenario espectacular que ha servido de escenario de rodaje a la película Serenity.

Por HOLA.COM PARA BEACHCOMBER RESORTS& HOTELS

En la resguardada costa noroeste y al borde de una larga playa de arena blanca escoltada por palmeras se esconde un alojamiento exclusivo, el más elegante y sofisticado de Mauricio, Royal Palm Beachcomber Luxury. El que fue primer miembro del Leading hotels of the World en la isla no es apto para todos los bolsillos, pero sí para una vez en la vida (al menos). Un paraíso de tranquilidad tropical donde disfrutar de pequeños y grandes placeres, incluidas unas imponentes puestas de sol al atardecer.

Esa atmósfera tan especial, con un encanto tan natural y una elegancia tan atemporal llamó la atención del director Steven Knight, que decidió rodar en él algunas de las escenas de Serenity, el filme que se estrena en los cines españoles este 12 de julio. Una historia que llevó a Mauricio a los atractivos Anne Hathaway y Matthew McConaughey, sus protagonistas, pero también a otros actores, como Djimon Hounson y Jason Clark. En él rodaron y disfrutaron de su tranquilidad, pero para alojarse cambiaron de «decorado» y eligieron una de las villas del Trou aux Biches Beachcomber, al borde de la que ha sido galardonada como la mejor playa del Índico.

Del Royal Palm Beachcomber Luxury gustan sus habitaciones amplias y confortables, abiertas al océano, donde cualquiera se sentiría un privilegiado. Mucho más en la Royal Suite, la guinda del lujo. Dúplex, con un estilo único, una decoración donde predomina la madera y el cuero y piscina privada de borde infinito.

El encanto del hotel también reside en la aventura culinaria que proponen sus tres restaurantes gastronómicos –La Goélette, La Brezza y Le Bar Plage–, a cargo del premiado chef Michel de Matteis. El desayuno, el almuerzo y la cena son una invitación para que los más refinados paladares prueben la mejor cocina mauriciana y nuevos sabores. Los ingredientes de sus menús son frutas y verduras recogidas a mano, capturas de pescado en alta mar y todo ello aderezado por exóticas especias y productos. Si todo ello se saborea con el sonido del mar de mar, qué más se puede pedir.

Ubicado en medio de una exuberante vegetación está su spa by Clarins, con piscinas en cascada, materiales naturales como la piedra de lava, el granito o la pizarra, cabinas de tratamientos tematizadas, con patio privado, algunas con grandes ventanales llenas de luz y un pabellón de techo de paja destinado al yoga. En ellas, una amplísima carta de cuidados, con rituales ancestrales y tecnología de vanguardia.

En la misma playa, el hotel ofrece un montón de actividades acuáticas, como esquí acuático a vela, snorkel, salidas en barco con fondo de cristal, pero además un centro de deportes supervisado por un equipo de coaches deportivos.

Para familias con niños –porque ellos también son bienvenidos–, para lunas de miel, para dejarse mimar, para perderse… En una esquinita de Mauricio, el hotel de Matthew McConaughey y Anne Hathaway es un paraíso.

Más información: Royal Palm Beachcomber Luxury