Hay actrices que deben batallar durante toda su carrera con un encasillamiento difícil de superar. Tal ha sido el problema de Goldie Hawn a la que, durante muchos años, se ha considerado la rubia atractiva y algo boba que circula de proyecto cinematográfico en proyecto cinematográfico sin dejar huella. Curioso fenómeno en Goldie Hawn cuando sus inicios no podían ser más prometedores. En 1969 ganó un Oscar como Mejor Actriz Secundaria por su interpretación en la película Flor de cactus, una película protagonizada por Ingrid Bergman y Walter Matthau. Su nombre no volvió a barajarse en una edición de los Oscar hasta 1980, con La recluta Benjamín.
En la década de los noventa, Goldie Hawn jugó en la pantalla con otras grandes actrices, en duelos interpretativos junto a Diane Keaton o Merlyn Streep en películas tan taquilleras como La muerte os sienta tan bien o El club de las primeras damas. Mientras su carrera como actriz y primera dama de la televisión sufría altibajos, lo mismo ocurría con su vida sentimental, hasta que se cruzó por su vida Kurt Russell. Ocurrió después de tres bodas y tres divorcios... Pero su amor ha sido tan firme que hoy se mantienen unidos y con proyectos comunes.
