Así vive la Familia Real sueca las navidades: de los reencuentros al invitado más esperado

El palacio de Drottningholm acoge las fiestas, que son dobles porque el 23 de diciembre es el cumpleaños de la reina Silvia

Por Belén Nava M.

En Suecia las navidades se viven con especial intensidad al tratarse de una época llena de magia, historia y tradiciones que los hogares escandinavos preparan con ilusión desde semanas previas. De esta misma manera lo celebra la Familia Real, que se reúne en el palacio de Drottningholm para disfrutar en estas señaladas marcadas por los cuidados adornos, la ilusión de los más pequeños con los regalos y los esperados reencuentros. No en vano, la princesa Magdalena suele regresar a su país natal con Chris O´Neill y sus tres hijos, Leonore, Nicolas y Adrienne, con los que vive en Florida. Unas fiestas inolvidables para los Bernadotte de las que detallamos a continuación los aspectos más curiosos y destacados.

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Sus planes: del Evangelio a la llegada de Papá Noel 

La víspera se reúnen en el palacio de Drottningholm para celebrar el cumpleaños de Silvia de Suecia (es el 23 de diciembre) terminar de decorar las estancias, escuchar música, atender a la lectura del Evangelio de la reina Silvia y almorzar juntos. Posteriormente asisten a un concierto privado en su honor. El día de Navidad suele comenzar para la Familia Real a las 11:00 horas con una oración en la iglesia del palacio para después reunirse en el ala privada de la residencia del monarca y su esposa. El día culmina con el tradicional discurso del Rey.

Su invitado más esperado en estas reuniones es Papá Noel, que entra en trineo por los jardines de Drottningholm con pequeños detalles, regalos sencillos. Según el medio sueco Svensk Damtidning, a los Reyes les gusta encargarse personalmente de los regalos de sus hijos y nietos, incluso han sido vistos algunos años por las jugueterías de Estocolmo, poniendo toda su atención en la zona educativa, y también han sido fotografiados en librerías de la ciudad.

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El Palacio que sirve como escenario de las celebraciones se sitúa en la localidad de Drottningholm, en la isla Lovön, y fue construido en el siglo XVII siguiendo el modelo de los palacios franceses por ea reina Eduvigis Leonora, que se lo encargó al arquitecto Nicodemus Tessin el Viejo a encargo de la reina Eduvigis Leonor. Forma parte de la lista de sitios Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y es el recinto palaciego mejor conservado de Suecia.

La cuidada decoración que evoca un cuento

Entre los adornos y arreglos destacan las velas, siempre encendidas; los jacintos, la flor favorita de Silvia de Suecia para esta época del año, y la corona de adviento que elaboran artesanalmente a base de ramitas de pino, acebo, muérdago y piñas para poner con velas en la mesa. No falta, por supuesto, el abeto que eligen personalmente y al que ponen adornos en tonos plata. Es imposible entender las fiestas sin este árbol que también se encuentra en las casas de los príncipes herederos: el castillo de Haga, donde viven Victoria y Daniel; Villa Solbacken, hogar de Carlos Felipe y Sofia, y la mansión que tienen en Florida la princesa Magdalena y Chris O´Neill. Como en las tres viviendas hay niños, son ellos los encargados de preparar los adornos.

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El menú con guiños a Alemania

A la hora de elaborar el menú navideño, se fusionan la gastronomía sueca y la alemana, país natal de la reina Silvia. No falta sobre la mesa el Stollen, pan dulce germano que tiene forma alargada, frutos secos, naranja confitada, alcohol así como azúcar glas cubriéndolo. La forma y el color, dicen, emula al niño Jesús envuelto en pañales de recién nacido. También tienen galletas saladas y pan de jengibre para los más pequeños.

El cambio que llegó en 2015

Los Bernadotte siempre han pasado las fiestas junto a la princesa Cristina (hermana mayor del monarca), su esposo Tord Gösta Magnuson y los hijos del matrimonio: Gustav, Oscar y Victor. En 2015 cambiaron la tradición ya que la familia fue creciendo y la logística se complicó, pero siguen aprovechando el 25 de diciembre para verse. Se reúnen en el Palacio de Drottningholm, donde la Navidad transcurre como la de cualquier otra familia. "Hoy en día somos tantos que las familias celebran la Nochebuena por separado y luego nos reunimos en Drottningholm el día de Navidad. La celebración tiene lugar luego en el Stensalen, en la parte privada de los Reyes. Allí nos calentamos junto a la chimenea", contaba Cristina de Suecia en Hemmets Journal. 

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Cuando el Rey y su hermana eran pequeños, su madre, la princesa Sibila de Sajonia-Coburgo-Gotha, introdujo una curiosa novedad en las navidades para permitir que los niños comieran sus platos preferidos y no el pato inflado y budín de ciruelas con salsa de brandy que se servía. Puso en marcha una celebración previa el 23 de diciembre a la que llamó la 'pequeña Nochebuena', una fiesta en la que tomaban salchichas y albóndigas en el castillo de Haga.

La fiesta previa, Santa Lucía

Antes de que las fiestas arranquen oficialmente se celebra cada 13 de diciembre el festival de luces de Santa Lucía , patrona de los ciegos, y los royals suecos están muy pendientes. Durante esta jornada se suceden las procesiones de niñas vestidas de blanco con cinturones rojos que desfilan por las calles, cantan villancicos y reparten café y bollos de azafrán conocidos como Lussekatt. Encabeza esta procesión una niña que se distingue por una corona de velas sobre su cabeza. Los nietos de los Reyes se han vestido varias veces en su hogar como manda la tradición de ese día.

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