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Una Reina de récord

Isabel II cumplió 70 años en el trono el 6 de febrero de 2022, solo siete meses antes de su fallecimiento. La soberana inglesa, que no estaba llamada a serlo, pulverizó su propio récord. Fue la monarca inglesa más longeva de la historia y ostentó el segundo reinado más largo del mundo. Siete décadas llevando la Corona en las que fue testigo del devenir de los siglos XX y XXI. Una Reina que subió al trono con apenas 25 años y en el que continuó aún siendo nonagenaria porque la abdicación nunca fue una opción para ella. Tuvo la oportunidad de conocer a 15 primeros ministros, de recorrer el mundo, de conocer a líderes mundiales, de vivir momentos muy felices para su país y su familia y también otros muy amargos. En febrero celebró el primer Jubileo sin su marido, Felipe de Edimburgo, que falleció en abril de 2021, su gran "fortaleza" en sus propias palabras. La Reina novata que era mirada con recelo y desconfianza dio paso a la soberana en la que se han fijado todas las monarquías, en todo un referente que traspasó fronteras, en una figura planetaria muy respetada y admirada que supo labrar, sin duda alguna, su propio destino. 

La princesa Isabel, a pesar de ser nieta de Reyes, no estaba llamada a ostentar la Corona. La renuncia de su tío, Eduardo VIII, más tarde duque de Windsor, la colocó como heredera. La repentina muerte de su padre, a la edad de 56 años, la hizo abandonar su faceta de mujer recién casada de un oficial de la Royal Navy para asumir un reto extraordinario: el Reinado de Gran Bretaña. Isabel II accedió al trono el 6 de febrero de 1952, el mismo día que murió su padre, Jorge VI, aunque la fastuosa ceremonia de coronación tuvo lugar más de un año después, el 2 de junio de 1953 y fue la primera en ser televisada

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La repentina muerte de su padre, Jorge VI

La última vez que Isabel II vio a su padre fue en 1952 en el aeropuerto de Londres. El rey Jorge VI, su esposa, la reina Isabel, y su hija pequeña, la princesa Margarita, despidieron a la entonces princesa Isabel y a su marido, Felipe de Edimburgo, que iban a emprender una gira bastante larga de la Commonwealth. El 31 de enero de 1952 los padres y la hermana de la futura monarca despidieron a la heredera al trono y su marido. Nada hacía presagiar que tan solo cinco días después, el Rey iba a ser encontrado muerto en su cama de Sandringham a la temprana edad de 56 años.  La Princesa y su marido aprovecharon su viaje para pasar unos días de vacaciones en Kenia cuando subida en una cabaña en un árbol del Parque Nacional Aberdare la hicieron bajar rápidamente. Fue su marido, Felipe de Edimburgo, el que le dio la trágica noticia , tras la cual decidieron regresar de inmediato a Londres.  A lo largo de toda su vida, Isabel II tuvo a su padre muy presente. A pesar de los años, aunque el dolor se fue atenuando, la cicatriz quedó para siempre en su corazón

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Su primera vez como Reina

Isabel II aterrizó de vuelta a Londres convertida ya en Reina. Con gran dignidad y vestida de luto, bajó del avión dejando a un lado la pena por el fallecimiento de su padre y afrontando el futuro extraordinario que tenía por delante. Se dio la circunstancia que Isabel II tuvo que esperar para descender del avión. Entre su equipaje no llevaba ningún traje negro, así que tuvo que esperar en la cabina hasta que le subieron uno. Una vez en tierra, Isabel pisó suelo británico por primera vez como soberana. Acto seguido y tras el saludo y las condolencias de los miembros del Gobierno, la pareja cogió un coche que la llevó a Clarence House, su residencia en ese momento, antes de comenzar todo en engranje para la transición de la llegada de la nueva Reina

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Una Reina novata con un gran mentor

Con 25 años, recién casada y con la pena de haber perdido a su padre, Isabel II empezó a andar como Reina. Todo se precipitó, porque su padre aún era joven y ella contaba con tener todavía unos años para aprender de él como princesa heredera. Sin embargo, la joven Isabel contó con el mejor mentor que podía tener. A pesar de la diferencia de edad, tuvo en los inicios de su reinado con el apoyo, comprensión y enseñanzas de un gran hombre de Estado como fue el primer ministro británico Winston Churchill. Apostó por ella y no dudó a la hora de instruirla en lo que se esperaba de una monarca parlamentaria, sobre la política y la Ley. Churchill caló muy hondo en la joven Reina y siempre le agradeció haber sido su 'guía' en sus inicios, que fueron fundamentales para llevar a la nación hacia una nueva era tras el fin de la Segunda Guerra Mundial y del imperio británico. Tras él llegaron 14 jefes de Gobierno con los que ha tenido la oportunidad de departir. La última Liz Truss, que llegó al cargo hace tan solo unos días

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Reina y madre de dos niños pequeños

Isabel II se convirtió en Reina cuando ya era madre de dos hijos: los príncipes Carlos y  Ana, que entonces eran tan solo unos niños. Sus hijos pequeños: Andrés y Eduardo nacieron cuando ya llevaba unos años de reinado. Su sentido del deber y su gran responsabilidad le hicieron no ser una madre presente en el día a día de sus hijos ni mostrarse con ellos especialmente cariñosa. A pesar de ello, su Familia, encabezada por su marido, siempre fue su bastión a pesar de los muchos disgustos que algunos de sus miembros le dieron desde mitad de su reinado. Con la llegada de sus nietos, y muy especialmente, de sus bisnietos, la monarca pudo recuperar algo de tiempo perdido que no disfrutó con los príncipes Carlos, Ana, Andrés y Eduardo

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Su primer discurso de Navidad

Desde Sandringham, donde siempre le gustó pasar los últimos días del año, la Reina dio en diciembre de 1952 su primer discurso que se emitió a la nación. Desde entonces, pronunció 69 y nunca faltó a su cita en el día de Navidad con los británicos, donde hacía un análisis de los últimos doce meses y de los retos del Reino Unido en el año nuevo. De la sencilla puesta en escena de su juventud a la siempre estudiada imagen con la que cada año se dirige a sus conciudadanos. Además de comunicar con palabras, Isabel II siempre 'hablaba' con la elección de sus conjuntos, las joyas y las fotografías que aparecían junto a ella en esta importante cita anual

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La boda de su hermana, un enalce moderno

Isabel II encontró en su hermana Margarita la compañera de vida perfecta, a pesar de su diferentes caracteres y sus antagónicas posturas a la hora de ver la vida pública. Si la Reina era todo rectitud y orden, su hermana pequeña ponía la nota divertida y alocada. La boda de Margarita con Antony Armstrong- Jones, más tarde fue nombrado conde de Snowdon, en 1960, supuso la apertura de la institución a la posibilidad de que los miembros de la Familia Real pudieran casarse con personas que no fueran de sangre azul. El enlace de su hermana, fue el primero de su reinado, al que le siguieron el de todos sus hijos y gran parte de sus nietos y otros familiares, muchos de ellos se unieron en matrimonio a personas que no provenían ni de la realeza ni de la aristocracia

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Una numerosa Familia Real

Isabel II subió al trono siendo madre de dos hijos. Ya convertida en Reina tuvo a sus hijos pequeños: el príncipe Andrés, duque de York, el que dicen que es su favorito, a pesar de sus problemas judiciales. Nació el 19 de febrero de 1960. En la imagen, tumbado sobre una cuna, figura su hijo menor, el príncipe Eduardo, conde de Wessex, que vino al mundo el 10 de marzo de 1964, su benjamin es el único que no se ha divorciado. Isabel y el príncipe Felipe tardaron diez años en tener a su tercer hijo, quizá una vez que ya sintió relativamente cómoda en sus tareas y deberes institucionales. De sus cuatro hijos la primera que se casó fue Ana. Carlos de Inglaterra tan solo tenía cuatro años cuando vio como su madre se convertía en Reina y vivió una adolescencia bastante solitaria 

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El 'glamour' de los Kennedy llega a Palacio

A principios del año 1961, John F. Kennedy y su esposa, Jackie, visitaron a la Familia Real en Inglaterra. A lo largo de todo su reinado, Isabel II no solo fue testigo de las transformaciones de su país, sino que tuvo la oportunidad de conocer de primera mano la situación de otras naciones. A través de la Commonwealth y de otros organismos internacionales, la Reina ejerció su diplomacia, que siempre fue  muy estrecha con Estados Unidos y con sus presidentes. Para el recuerdo quedan los banquetes de Estado con los Obama o con el matrimonio Trump. Isabel II siempre fue pionera en un mundo en el que el poder era ejercido principalmente por hombres. Supo abrirse camino entre ellos, derrocar clichés y hacerse una voz fundamental en foros internacionales. De este encuentro con los Kennedy se ha dicho que la soberana se sintió eclipsada por la fascinación que despertaba la primera dama norteamericana. Dos años después, el mandatario moría a tiros en Dallas (Texas) 

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La Reina ya tiene heredero oficial

Cuando la Reina llevaba 17 años como soberana se produjo el nombramiento de su hijo. El príncipe Carlos fue investido príncipe de Gales por la Reina el 1 de julio de 1969 en una ceremonia que tuvo lugar en el castillo de Caernarfon, situado en Escocia. Además de príncipe de Gales, el heredero al trono ostenta el título de duque de Rothesay, conde de Carrick, barón de Renfrey y señor de las Islas y gran senescal de Esocia. La soberana encargó a su cuñado, Lord Snowdon, el diseño de la ceremonia, que fue retransmitida por la BBC  y que vieron más de 500 millones de personas. Carlos, el eterno heredero, asumió su papel de primero en la línea de sucesión al trono con 20 años. Esta investidura fue la primera que se hizo en Reino Unido desde que su tío abuelo, el duque de Windsor, se convirtió en príncipe de Gales en 1911. Ni su abuelo, ni su madre tuvieron este acto. Isabel II nunca llegó a ser investida Princesa de Gales porque heredó el trono cuando todavía se esperaba la llegada de un hermano varón

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Dos mujeres al frente de Gran Bretaña

Entre 1979 y 1990 Margaret Thatcher fue la primera ministra de Reino Unido convirtiéndose en la primera mujer en la país en ocupar ese puesto. Durante una década, al frente de Gran Bretaña hubo dos mujeres. La conocida como la Dama de Hierro por su firmeza a la hora de tomar decisiones políticas supuso una transformación para los ingleses que vieron como se privatizaban empresas estatales o la educación siguiendo sus políticas liberales. La relación entre ambas mujeres fue mirada con lupa e incluso se publicaron en algunos medios algunos de sus desencuentros. Palacio lo desmintió y una vez retirada, Thatcher escribió que: 'Siempre encontré la actitud de la Reina hacia el trabajo de gobernar absolutamente correcta... Las historias de la lucha entre dos mujeres poderosas eran demasiado buenas como para ser un invento'

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El primer Jubileo de otros muchos que tuvo

Isabel II pulverizó sus propios récords. Celebró cinco jubileos, una serie de actos para celebrar sus años en el trono. También fueron motivo de celebración sus cumpleaños y aniversarios de boda El primero de estos hitos como monarca ocurrió en 1977 cuando celebró su Jubileo de Plata (25 años como Reina). En aquella ocasión hubo celebraciones por todo Reino Unido y por todas naciones de la Commonwealth, que guardan lazos de unión y un pasado común con Gran Bretaña. El fin de semana del 6 de febrero de 1977 estuvo en Windsor con su familia y las grandes ceremonias para festejar sus 25 años en el trono tuvieron lugar ese mismo verano. Las dos Cámaras del Parlamento ofrecieron leales discursos a la Jefa de Estado, quien en respuesta subrayó que el tema del Jubileo sería la unidad de la nación. Durante los meses de verano, se embarcó en una gira a gran escala porque quería celebrarlo reuniéndose con la mayor cantidad posible de gente. Ningún otro soberano recorrió tanto Gran Bretaña en el transcurso de solo tres meses: la seis giras en Reino Unido e Irlanda del Norte cubrieron 36 condados. Las giras locales comenzaron en Glasgow, con la gente echada a las calles. Continuaron por Inglaterra y Gales (en Lancashire más de un millón de personas se juntaron para ver a la Reina). También realizó visitas oficiales a Samoa Occidental, Australia, Nueva Zelanda, Tonga, Fiji, Tasmania, Papúa Nueva Guinea, Canadá y las Indias Occidentales

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Una monarca consolidada

Sin duda alguna, 1977 fue un año histórico para la soberana. Cumplió los 51 años y ya llevaba la mitad de su vida ejerciendo como Reina. Entonces nada hacía presagiar que su primer Jubileo, el de Plata, sería el primero de muchos más y de un sinfín de aniversarios. La Reina quiso celebrarlo a lo grande y por eso posó en un histórico retrato en el Salón del Trono del Palacio de Buckingham,  que mostraba su imagen más solemne y regia, que tanto recordaba a la de su coronación. Con vestido blanco, uno de sus colores favoritos para las citas más solemnes, manto de armiño, imponentes joyas y luciendo la Corona Imperial del Estado, la pieza principal del joyero real, que es usada tradicionalmente en las aperturas del Parlamento. La magnífica pieza de más de 30 centímetros de altura y 1, 28 kilos de peso está compuesta por 2.868 diamantes, 273 perlas, 17 zafiros, 11 esmeraldas y 5 rubíes. En la parte superior tiene una cruz y su interior está forrado de terciopelo. Año a año, a Isabel II se la vio llevando esta corona en la sesión inaugural de la Cámara de los Lores y en la Cámara de los Comunes, pero el 14 de octubre de 2019 la Corona Imperial, que simboliza la soberanía de la monarca,fue llevada sobre un cojín y no sobre su cabeza. La Reina eligió la corona de Jorge IV, mucho más ligera. Con 93 años, la Reina no se sentía con las fuerzas suficientes para llevarla. En enero de 2018 explicó, durante una entrevista para un documental de la BBC, que esta fastuosa pieza era muy incómoda y hasta peligrosa porque exigía llevar la cabeza y el cuello muy rectos para que no se cayera

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Histórica visita al Vaticano

Isabel II visitó el Vaticano en tres ocasiones. La primera vez fue en 1951 cuando aún era Princesa. Ya como Reina se reunió con Juan XXIII  en 1961 y con Juan Pablo II (en la imagen) en 1980 y en 2000. En 2014 visitó al Papa Francisco al que le regaló una botella de whisky escocés y otros productos como miel recolectada en el Palacio de Buckingham y un zumo de manzana.  Vestida de negro -de blanco solo pueden ir la reinas católicas- la monarca acudió a su encuentro de 1980 con Juan Pablo II junto a su marido, el duque de Edimburgo. Además de jefa de Estado, Isabel II es la gobernadora suprema de la Iglesia de Inglaterra, un título más simbólico ya que su influencia en la Iglesia no es determinante. La cabeza espiritual es el arzobispo de Canterbury

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Diana de Gales, la 'princesa del pueblo'

La década de los años 80 estuvo marcada por la boda de los príncipes Carlos y Andrés. El heredero al trono por fin había encontrado a 'su princesa' y sellaron su amor en 1981 en la catedral de San Pablo de Londres. El príncipe, de 32 años, había encontrado en esta joven Lady de 20 a su Cenicienta particular. El enlace se convirtió en la gran boda real de todos los tiempos con 2.500 invitados y fue vista por 750 millones de personas a través de la televisión. El vestido de novia de Diana forma ya parte del imaginario popular. La juventud, dulzura, inocencia, cercanía  y timidez de Diana conquistaron a todos y poco a poco esa inexperta Princesa se convirtió en uno de los grandes iconos del siglo XX. La Reina lo había conseguido, su primogénito se había casado. Ahora solo faltaba tener un nuevo heredero

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La continuidad monárquica está asegurada

El 21 de junio de 1982, un año después de su boda, los Príncipes de Gales dieron la bienvenida a su primer hijo, el príncipe Guillermo. No era el primer nieto para la soberana, pero si el más esperado. Con su llegada al mundo, el futuro duque de Cambridge se convirtió en el segundo en la línea de sucesión al trono, dando así continuidad a la monarquía. En los últimos años, el príncipe Guillermo, que vivió junto a su hermano, una adolescencia muy dura marcada por la trágica muerte de su madre, se ha convertido en un gran activo para la soberana. Junto con su esposa, Kate, el primogénito de Carlos de Inglaterra, forma un tándem perfecto. Abuela y nieto tienen una relación de cariño y gran respeto. En 2015, el duque de Cambridge escribió un prefacio en el libro Isabel II: La inquebrantable, una biografía escrita por Lor Hurd destacó: 'La amabilidad y el sentido del humor de Su Majestad, su sentido innato de la calma y la perspectiva, y su amor por la familia'. En la complicada Navidad de 2020, que estuvo fuertemente marcada por la pandemia, los miembros de los Windsor más cercanos a la soberana acudieron a visitarla en un acto que se celebró necesariamente al aire libre. En la despedida, el duque de Cambridge dio muestras de su gran relación con su abuela y se despidió con un  'Bye, Gran' (Adiós, abu, en castellano)

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La irrupción de Sarah Ferguson

Años después de la gran boda de los príncipes de Gales, Isabel II vio casar al duque de York con Sarah Ferguson. El príncipe Andrés se convirtió en el primer hijo de un monarca reinante en 193 años. Se casó con Sarah Ferguson el 23 de julio de 1986 y el matrimonio tuvo dos hijas: las princesas Beatriz y Eugenia. Seis años después de su enlace anunciaron que se separaban y el divorcio llegó en 1996. Pese a ello, los duques de York han mantenido una relación muy cercana y son los mejores amigos. De hecho viven en la misma propiedad, el Royal Lodge, de Windsor. Andrés de Inglaterra tuvo una destacada carrera militar. Llegó a ser oficial de la Royal Navy y sirvió como piloto de helicóptero durante la guerra de las Malvinas. Andrés ha pasado de ser un héroe de guerra a ser uno de los miembros más incómodos de la Familia Real

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Isabel II, Reina de la diplomacia

Siempre pionera, Isabel II fue la primera monarca británica que visitó China. Recorrió, junto a su marido, lugares tan míticos como La Gran Muralla. Viajó al gigante asiático en 1986 donde fue recibida con una vistosa ceremonia que tuvo lugar en la plaza de Tiananmen. Una vez más, tiró de su diplomacia en un momento clave por el acuerdo chino -británico sobre Hong Kong. La transferencia de la soberanía de esta región por parte de Reino Unido a China  tuvo lugar el 1 de julio de 1997, tras unas negociaciones que duraron años. Para muchos este retorno fue el fin del dominio colonial británico. La anexión británica de Hong Kong se produjo al final de la Primera Guerra del Opio, en 1842. Aunque las nuevas regiones había sido cedidas al Reino Unido a perpetuidad, el control se articuló a través de un contrato de arrendamiento de 99 años, que expiró en 1997

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1992, el 'annus horribilis'

El 20 de noviembre de 1992 el Castillo de Windsor, una de las propiedades más queridas de la soberana y símbolo de la dinastía, fue pasto de las llamas. Un cortocircuito fue el origen de un incendio que dejó inmensos daños materiales de una fortaleza milenaria. Fue la gota que colmó el vaso a uno de sus peores años al frente de la Corona. Su hijo Carlos y su mujer, Diana de Gales, anunciaron ese año su separación tras haberse destapado en los tabloides las intimidades de su matrimonio. Cuatro años más tarde se divorciarían. Esos meses también saltó a la actualidad la infidelidad de Sarah Ferguson con un financiero americano y se produjo la ruptura de la princesa Ana y el capitán Mark Phillips. La Familia Real vivía sus horas más bajas. Días más tarde de la catástrofe en Windsor, el 24 de noviembre de 1992, la Reina pronunció un discurso en Guilhall, histórica sede del Ayuntamiento de Londres, con motivo de su 40º aniversario en el trono. '1992 no es un año al que mire atrás con mucho placer. En palabras de uno de mis colaboradores más comprensivos ha resultado ser un annus horribilis. Sospecho que no soy la única que lo piensa así (...) A veces me pregunto cómo juzgarán las generaciones futuras los acontecimientos de este año tumultuoso. Me atrevo a decir que la historia adoptará una visión un poco más moderada que la de algunos comentaristas contemporáneos', dijo. Una vez más, Isabel II dio muestras de su compromiso con su deber y de su resiliencia. Tras una agitada década de los años 90 su popularidad volvió a crecer

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Su única hija se casa por segunda vez

El annus horribilis se cerró con una gran alegraía: la segunda boda de la princesa Ana que contrajo matrimonio el 12 de diciembre de 1992 con el comandante Timothy Laurence en la iglesia de Crathie, cerca de Balmoral. El enlace pudo ser religioso ya que en Reino Unido está permitido el matrimonio religioso entre personas divorciadas. La Princesa Real se había casado con anterioridad, el 14 de noviembre de 1973 con el capitán Mark Anthony Phillips, con el que tuvo dos hijos y cinco nietos. Con el paso del tiempo, la reina Isabel encontró en su única hija un gran apoyo. Es uno de los miembros de la Familia Real que tiene una mayor cantidad de compromisos y su dedicación con la institución es tal que desde su adolescencia lleva representando a su madre. Está involucrada en más de 200 organizaciones benéficas de forma oficial y es presidenta de Save The Children desde 1970. Ana de Inglaterra es rectora de la Universidad de Edimburgo, es una de las primeras socias de The Royal and Ancient Golf Club of St Andrews y ostenta el rango de comandante jefe de la Royal Navy

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Testigo de las mayores obras de ingenería

Isabel II y François Mitterrand inauguraron el 6 de mayo de 1994 el Eurotúnel, una infraestructura ferroviaria bajo el mar que conecta la isla británica con Francia. Una vez más  la soberana fue testigo de una de las obras de ingeniería más impresionantes del siglo XX que contó con un presupuesto millonario y acercaba el continente al archipiélago. Es el tercer túnel más largo del mundo y el que tiene el tramo submarino más extenso del mundo, con una profundidad media de 50 metros

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Su tributo a la princesa Diana

El mundo se paró el 31 de agosto de 1997 cuando la princesa Diana de Gales sufrió un terrible accidente de tráfico en París. La Princesa murió a causa de las heridas producidas en el siniestro. Su pareja en esos momentos, Dodi Al-FAyed y el conductor del vehículo, Henri Paul, murieron en el acto. El cuarto ocupante, el guardaespaldas Trevor Rees-Jones sobrevivió. El fatal desenlace se produjo cuando el vehículo de la madre de los príncipes Guillermo y Harry era perseguido por la capital francesa por varios paparazzi. El conductor perdió el control del coche que iba a gran velocidad y se estampó contra una columna de un paso subterráneo. La muerte de la 'princesa del pueblo' causó una fuerte conmoción y fueron muchos los homenajes voluntarios a la Princesa que se había ganado el corazón de todos con su forma de entender los deberes reales. Poco amiga de mostrar sus sentimientos en público, Isabel II tardó en reaccionar y fue gracias a la intervención del primer ministro de la época, Tony Blair, que la convenció para que suspendiera sus vacaciones de verano en Balmoral y regresara a Londres. En un principio se consideró que el trágico final de Diana tenía que tratarse de manera privada y familiar ya que al estar divorciada de Carlos de Inglaterra ya no era miembro de la Familia Real. El pueblo clamaba porque su Reina mostrara compasión y rompió sus propias reglas para dirigir un mensaje a la nación, colocar la bandera de Palacio a media asta o poner el estandarte real sobre el ataúd de Diana

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El encuentro con las Spcie Girls

A pesar de liderar una institución que vive de las tradiciones, la monarca británica siempre fue una mujer rompedora y moderna. En la gala de la Royal Variety de Londres conoció a las componentes de las Spice Girls, la girl band que marcó a una generación de adolescentes y se convirtió en un fenómeno global, antesala de otros grupos y solistas femeninos. La cultura y música británica, siempre a la vanguardia, han estado en estrechas relaciones con la monarquía. La propia Isabel II, una de las mujeres más retratadas del planeta, se convirtió a lo largo de su vida en toda una fuente de inspiración para la cultura popular. Muchos artistas la retratarib en cuadros y gracias a su imagen y su estilo único logró una imagen inconfundible que perdura con el paso de las décadas

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La boda de su hijo pequeño

La monarquía inglesa volvió a brillar con una de las cosas que mejor se le dan: la celebración de una boda real. El pequeño de la familia, el príncipe Eduardo, se casó el 19 de junio de 1999 con Sophie Rhy-Jones en la Capilla de San Jorge del Castillo de Windosr, la favorita de los royals británicos para sus uniones. Desde ese momento el matrimonio pasó a ser condes de Wessex, un título que la Reina les concedió tras casarse. El príncipe Eduardo se ha mantenido siempre alejado de los escándalos que han afectado a sus hermanos, aunque a la vez ha sido uno de los grandes desconocidos de Palacio. Sin embargo, a raíz de la infección de Covid, que obligó a Isabel II a extremar sus medidas de seguridad, a la marcha de los duques de Sussex de la Familia Real, los Wessex han ganado protagonismo. Especialmente involucrada en las tareas públicas está la condesa de Wessex. Los británicos han descubierto a una royal solidaria, implicada, discreta y responsable

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Carroza de Reina por sus  50 años en el trono

El nuevo milenio arrancó de manera soberbia para Isabel II que en 2002 celebró el 50º aniversario de su adhesión al trono, el Jubileo de Oro. A pesar de las muertes de su madre, la Reina Madre, y su hermana, la princesa Margarita, que tuvieron lugar en febrero y marzo de ese mismo año respectivamente, Londres se volcó con su Reina y esta quiso agradecer a su pueblo tantos años de lealtad. Emprendió largas giras por los antiguas naciones que un día estuvieron bajo el imperio británico y ahora se engloban en la Commonwealth y recorrió Jamaica, Nueva Zelanda, Australia, y Canadá, así como todo el Reino Unido. El Jubileo versó sobre seis temas clave: celebración , comunidad, servicio, pasado y futuro, agradecimiento y Commonwealth. Acompañada por su esposo acudió a una cena organizada por el primer ministro en su residencia y a una sesión del Parlamento, donde dirigió un discurso a ambas Cámaras. También se ofreció una cena para representantes de las Fuerzas Armadas en el Castillo de Windsor y visitó a las Fuerzas Armadas en Portsmouth. 'Gratitud, respeto y orgullo, estas palabras resumen lo que siento por la gente de este país y la Commonwealth, y lo que es jubileo de oro significa para mí', dijo entonces. El cénit de este aniversario fue un concierto con artistas de la talla de Paul Mc Cartney, Brian Adams, Elton John, Shirley Bssey. Una sesión de fuegos artificiales y el encendido del Faro Nacional, puso el colofón a unos días inolvidables

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Recupera su popularidad

La década de los años 2000 devolvió el esplendor y la popularidad a la monarquía. Tras unos años noventa donde la reputación de la Corona había quedado seriamente dañada, el nuevo siglo significó el resurgir de la monarca. El jubileo de oro, su 80º cumpleaños, en 2006, sus bodas de diamante (65 años de casados) con Felipe de Edimburgo, fueron unos acontecimientos que echaron a la calle a los británicos que quisieron demostrarle a su Reina todo lo que la querían. Para celebrar su llegada a los 80 años, el Palacio de Buckingham celebró una fiesta infantil a la que se invitó a 2.000 niños. También se hizo una representación teatral, en la que la propia Reina hizo un cameo. Celebró con otras personas de su generación una recepción para aquellos mayores que habían dado una contribución significativa a la sociedad inglesa. El 19 de abril,invitó a Palacio a aquellos que cumplían 80 años el mismo día que ella. Recibió casi 40.000 mensajes de cumpleaños

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Felipe de Edimburgo, el amor de su vida

El 20 de noviembre de 2007, la Reina y el duque de Edimburgo celebraron su 60º aniversario de bodas.  El matrimonio posó para un retrato oficial que evocó a su luna de miel que tuvo lugar en Broadlands, en Hampshire, la casa del tío del príncipe Felipe, Earl Mountbatten, para recrear las fotografías que se habían tomado seis décadas antes, cuando eran unos recién casados. La monarca, que nunca deja ningún detalle al azar, lució para la ocasión el broche de crisantemo, una espectacular pieza en la que destaca un zafiro de gran tamaño rodeado de diamantes. Fue un regalo de Sir James Laing & Sons Limited y de la compañía de petróleos anglo iraní, la primera empresa en extraer crudo del país de Oriente Medio y que es el origen de la actual BP. Este broche lo usó durante muchas ocasiones a lo largo de todos estos años y siempre le ha recordado lo feliz que fue junto al hombre al que vio por primera vez en 1934 y con el que se casó el 20 de noviembre de 1947. Su marido fue su fortaleza y sin duda, su más fiel vasallo

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El príncipe Carlos consigue su sueño

Tras el fracaso de su matrimonio con Diana de Gales, el príncipe de Gales dio el gran paso con el amor de su vida: Camilla Parker-Bowles. Su historia de amor se inició muchos años atrás de que el 9 de abril de 2005 se dieran el 'sí, ,quiero' en una ceremonia civil en el Ayuntamiento de Windsor. Con el enlace, la novia pasó a ostentar el título de Duquesa de Cornualles. Se oficializaba así una relación que ya estaba muy consolidada pues Camilla aparecía acompañando a Carlos en muchos actos, pero de manera extraoficial. El camino hasta el altar no fue fácil para Carlos, pero con el tiempo las círticas fueron amainado y finalmente se vio viable el matrimonio. Aunque siempre con la sombra de Diana, de hecho no usa el título de Princesa de Gales,  la duquesa de Cornualles se ha convertido en el mejor apoyo del príncipe Carlos en su vida privada y en sus funciones públicas. Su historia de amor sigue tan viva como siempre y nos ha regalado bonitas estampas en pareja. En la actualidad está involucrada en más de 90 organizaciones benéficas como patrocinadora o presidenta. Está muy centrada en temas de salud, alfabetización, ayuda a necesitados, personas mayores, víctimas de abusos, violencia doméstica, empoderamiento femenino, nutrición, animales, danza y artes. En el año 2016, la Reina transmitió varios patrocinios a otros miembros de The Firm (como también se conoce a la Familia Real). Antes de con el príncipe Carlos, Camilla estuvo casada hasta 1995 con Andrew Parker Bowles con quien tuvo dos hijos: Thomas Henry y Laura Rose

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Un error de protocolo de alto nivel

Los años 2000 estuvieron marcados para la Reina por sus aniversarios, pero también por los ataques terroristas de las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001 que trajeron unos años en los que el mundo vivía con miedo ante el horror. Al poco de ser investido presidente de los Estados Unidos, Barack Obama viajó a Inglaterra, como hicieron antes otros presidentes que le precedieron en el cargo. El carisma del matrimonio presidencial inundó los salones de Palacio. El entusiasmo y la naturalidad de la primera dama chocaron con el férreo protocolo de la Corte, que contempla que no hay que tocar a la monarca bajo ningún concepto. En un arranque de espontaneidad posó su brazo en la espalda de la soberana. Isabel II no le afeó el gesto y como experta en diplomacia que es ella también la abrazó. A pesar de su error, Michelle reconoció tiempo después que había sido un error, pero que no se arrepentía de ello, según contó en su libro. 'Cuando conocí a la reina Isabel II, comentó lo alta que yo era, a lo que contesté que solo era por los tacones que llevaba puestos. Ella también me habló de los zapatos que ella llevaba, que no eran muy cómodos, y en aquel momento tuvimos una conexión que nos hizo olvidar quiénes éramos a parte de dos mujeres cansadas y oprimidas por su calzado'

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Su importante intervención en la ONU

Isabel II subió al estrado de la ONU en dos ocasiones. La primera vez fue en 1957, con 31 años. En aquel entonces la organización solo llevaba en activo unos pocos años y la soberana habló de los retos del mundo tras el final de la Segunda Guerra Mundial. La segunda vez que pisó la ONU fue en julio de 2010, con 84 años. No intervino como reina de Inglaterra sino como jefa de Estado de 16 naciones. A su llegada a la Asamblea General, en Nueva York, l. fue recibida por el entonces secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon. Su visita estuvo rodeada de unas fuertes medidas de seguridad y lanzó un mensaje de paz y de continuidad, un enlace entre el pasado y futuro. Algunos analistas consideran que este discurso es uno de los más importantes de su trayectoria. 'Durante mi vida, Naciones Unidas han pasado de ser una aspiración altruista a una fuerza real por el bien común'. Tras hablar en la Asamblea Nacional visitó la zona cero de la Gran Manzana para homenajear a las víctimas de los atentados del 11-S

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Entra una nueva Princesa en escena

La década de los años 2010 fue una época dorada para la monarquía inglesa. La madre del príncipe de Gales fue testigo de las bodas de algunos e sus nietos. En abril de 2011 el príncipe Guillermo, segundo en la línea de sucesión al trono, le daba el 'sí, quiero' a Kate Middleton, simbolizando la realeza del siglo XXI. Entre sus 1.900 invitados había miembros de la realeza entre los que se encontraban la reina Sofía y los entonces Príncipes de Asturias, don Felipe y doña Letiza; Guillermo y Máxima de Países Bajos, Alberto y Charlene de Mónaco, Felipe y Matilde de Bélgica y celebrities y artistas como Elton John, gran amigo de la princesa Diana, o David y Victoria Beckham, muy amigos del duque de Cambridge. Guillermo y Kate se conocieron mientras estudiaban en la Universidad de St Andrews y mantuvieron un largo noviazgo, que incluyó una ruptura. Finalmente el Príncipe le propuso matrimonio en un safari por Kenia. La felicidad se colmó cuando el  22 de julio de 2013 llegó al mundo su hijo George, al que le siguió Charlotte, el 2 de mayo de 2015 y Louis, el 23 de abril de 2018. En esta década de matrimonio, los duques de Cambridge -título que les otorgó la soberana tras su enlace- se han afianzado como los grandes activos de la Corona. Son jóvenes y están sobradamente preparados. La pandemia supuso una oportunidad para ambos y dieron un paso al frente ya que, por su avanzada edad, tanto la Reina como el príncipe Carlos se encontraban en el grupo de riesgo. Ellos asumieron muchas funciones y en cada una de sus apariciones sorprenden

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Una soberana escoltada por James Bond

En el verano de 2012, Londres se convirtió en la capital del deporte con la celebración de los Juegos Olímpicos. Era la tercera vez en la historia que la capital londinense acogía la cita olímpica en la que participaron 10.568 atletas de 204 países. La Reina fue la encargada de inaugurarlos y participó en una performance en la que el actor Daniel Craig, muy popular por sus papeles de James Bond en la gran pantanlla, escoltaba a la Reina desde Palacio hasta el estadio olímpico. La ceremonia de clausura tuvo como principales protagonistas a los artistas más representativos de la música británica contemporánea como las Spice Girls, Madness, One Direction, Ed Sheeran, Kaiser Chiefs, The Who o Muse. Isabel II tuvo el orgullo de ver como su nieta mayor, Zara Phillips, formó parte del equipo hípico en Concurso Completo

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Cuando Harry encontró a Meghan

Con el príncipe Guillermo casado, todas las miradas se centraron en su hermano Harry. El hijo pequeño del príncipe Carlos parecía que nunca iba a sentar la cabeza. Tuvo varias novias, pero ninguna parecía cuajar y su estilo de vida provocó más de un disgusto a su abuela. Pero todo cambió cuando conoció a Meghan Markle, una actriz californiana que empezaba a despuntar con su papel protagonista en Suits, una serie de trama legal. La pareja se comprometió en noviembre de 2017, tras dos años de relación y  la boda llegó el 19 de mayo de 2018. La imagen de Meghan entrando sola -su padre que iba a ejercer de padrino no acudió al enlace y desde entonces la relación con su hija está rota- a a la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor vaticinó que su matrimonio no iba a ser como el resto de la Familia Real. Un coro gospel, muchas celebrities de Hollywood. El recién estrenado matrimonio recibió el título de duques de Sussex y crearon sensación allí donde iban. El 6 de mayo de 2019, dieron la bienvenida a Archie, su primer hijo. Meghan rompió moldes al no posar a las puertas del hospital tras dar a luz, sino que la pareja presentó a su recién nacido unos días más tarde, en un acto en el que estuvieron, además de los bisabuelos del pequeño, la Reina y Felipe de Edimburgo, Doria Ragland, la madre de Meghan. Parecía que otro cuento de hadas había  triunfado, pero nada más lejos de la realidad. La gira por África de septiembre de 2019 lo cambió todo. Harry confirmó lo que era un secreto a voces, su distanciamiento de su hermano. Un mes después, la duquesa de Sussex demandó a los tabloides británicos y en enero de 2020 anuncian que querían dejar de pertenecer a la monarquía británica para emprender sus propios proyectos benéficos, autofinanciarse y vivir lejos de Reino Unido. El Megxit había comenzado. La desconexión total vino en marzo de 2020, cuando acudieron a su último acto público como miembros de la Familia Real. Su nueva vida comenzó en California donde han dado la bienvenida a Lilibet, su segunda hija, que nació el 4 de junio de 2021 y han firmado contratos con gigantes del entretenimiento

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Nuevo récord en su reinado

En 2012, Isabel II celebró su jubileo de diamante (60 años como jefa del Estado), que se festejó, como en otros aniversarios con viajes por todo Reino Unido y por las naciones de la Commonwealth. La Reina y su marido, que ya superaban los dos los 85 años, recorrieron las islas británicas, mientras que el resto de miembros de la Familia Real visitaron Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Papúa Nueva Guinea. Un gran desfile por el Támesis, que contó con hasta mil embarcaciones, fue uno de los platos más vistosos de las celebraciones. La pareja real viajó en el Royal Barge. Artistas como Take That, Gary Barlow, Stevie Wonder, Grace Jones y Kylie Minogue ofrecieron un gran concierto, tras el cual la monarca se subió al escenario en compañía de su hijo Carlos. La reina Victoria es la única otra monarca en la historia del Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, entre otras naciones, que ha celebrado un jubileo de diamante. Lo hizo en 1897. Para conmemorar sus 60 años como soberana, reunió en Palacio a representantes de 26 monarquías de todo el mundo, entre los que se encontraban los reyes Carlos Gustavo de Suecia, Margarita de Dinamarca, Beatriz de Holanda, El Gran Duque de Luxemburgo, el emperador de Japón, Constantino de Grecia, el sultán de Brunéi  o Siméon de Bulgari, entre otros royals

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La monarca con el reinado más largo del Reino Unido

El 9 de septiembre de 2015 Isabel II marcó un nuevo hito. Se convirtió en la monarca con el reinado más largo de Gran Bretaña. La monarquía inglesa, siempre dada a la pompa y el boato, decidió que ese día sería un día como cualquier otro. La Reina y el príncipe Felipe viajaron en un tren de vapor para la inauguración de un nuevo ferrocarril. En su discurso se refirió a su longevo reinado con estas palabras: 'El príncipe Felipe y yo estamos muy agradecidos por la calidez de su bienvenida en esta ocasión. Muchos, incluido usted, primer ministro, también han notado amablemente otro significado relacionado con el día de hoy, aunque no es uno al que haya aspirado jamás. Inevitablemente, una larga vida puede pasar por muchos hitos, el mío no es una excepción. Pero les agradezco a todos ustedes, y a muchos otros en el país en el extranjero, por sus conmovedores mensajes de gran bondad', dijo

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Una jefa de Estado nonagenaria

Isabel II cumplió 90 años el 21 de abril de 2016. Como es tradición los festejos por el día de su nacimiento se trasladaron a junio cuando volvió a darse un baño de multitudes. Los británicos querían ver a su Reina, que a pesar de ser ya nonagenaria disfrutaba de un aspecto y una agenda imparable. Tras el desfile, salió a saludar a los londinenses desde uno de los balcones del Palacio de Buckingham. También hubo una gran fiesta callejera y un almuerzo para más de 600 organizaciones y entidades de las que la Reina es patrona. El duque de Cambridge rindió un homenaje a su abuela elogiando su salud, su energía y su ingenio y destacó su liderazgo al frente de la Familia Real, de la nación y de la Commonwealth. Un año más tarde llegó el jubileo de zafiro (65 años como monarca) y se convirtió en el primer monarca británico en celebrarlo. Para enmarcar esta fecha se volvió a difundir un retrato de la Reina realizado por David Bailey en 2014, donde llevaba los pendientes y el collar de zafio que su padre, Jorge VI, le regaló como motivo de su boda en 1947

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La alegría de una boda en medio la pandemia

La pandemia de la Covid-19 marcó los últimos años de Isabel II. A medida que el brote iba avanzando se decidió que la soberana y su marido se confinaran en el castillo de Windsor. Ella se adaptó al teletrabajo e hizo, y sigue haciendo, frecuentes videoconferencias. Sin embargo, el verano de 2020 fue muy especial pues pudo asistir, junto a su marido a la boda de su nieta, la princesa Beatriz con Edoardo Mapelli Mozzi. El enlace se convirtió en todo un homenaje de la novia a sus abuelos. Eligió casarse en Windsor, para que ellos  no tuvieran que desplazarse y llevó la misma tiara que Isabel II usó en el día que se casó con el duque de Edimburgo. También eligió un vestido vintage de su abuela que adaptó como vestido nupcial. Ver casar a la Princesa fue un gran regalo después de la desconexión definitiva de los duques de Sussex de la monarquía  y tras la explosiva entrevista en la que contaron su verdad a Oprah Winfrey

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La soledad de una Reina

Isabel II tuvo que decir adiós a su marido el 9 de abril de 2011, tras 73 años de casados. El Duque murió a los 99 años en el Castillo de Windsor. Unas semanas antes había sido intervenido en el hospital por un problema cardiaco. A raíz de la pandemia, la pareja había recuperado el tiempo perdido y habían pasado más tiempo juntos que en otros momentos de su vida. Días más tarde tuvo lugar su funeral, al que solo pudieron acudir 30 personas por las restricciones sanitarias. No fue una ceremonia de Estado, pero sí muy solemne y se siguió en todo momento las directrices sobre su despedida que dejó escritas en vida. El féretro fue transportado en un Land Rover Defender 130 Gun Bus, que fue modificado para la ocasión. Todos sus hijos y nietos, incluído el príncipe Harry que voló desde California sin Meghan, se juntaron para el último adiós. Sin embargo, la imagen más impactante fue la de Isabel II, vestida completamente de negro y sola en la capilla. Por primera vez en su Reinado no estaba su más fiel compañero, su 'fortaleza' como se refirió a él en alguna ocasión

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La Navidad más triste de su vida

El discurso de Navidad de 2021 de Isabel II estuvo marcado por la ausencia de su marido. Fueron sus navidades más duras, las primeras sin el príncipe Felipe y por eso quiso honrarle llevando el broche de crisantemo que lució en su luna de miel y en el 60º aniversario de su boda. Además, quiso que la única fotografía de su escritorio fuera precisamente la que conmemoró sus seis décadas de amor. El final de 2021 no fue muy bueno para la Reina que tras pasar una noche ingresada en el hospital, los médicos la recomendaron aflojar su agenda, frenar el ritmo de trabajo y hacer tareas más livianas.  El comienzo de 2022 ha estado marcado por la decisión de despojar al príncipe Andrés de sus títulos militares, patrocinios y retirarle la dignidad de Alteza Real, tras saberse que a no ser de que llegue a un acuerdo tendrá que enfrentarse a juicio por su vinculación con Jeffrey Epstein

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La última imagen pública de Isabel II

Si Winston Churchill fue el primer inquilino de Downing Street al que Isabel II recibió como Reina, la también conservadora Liz Truss ha sido la última. El martes 6 de septiembre la nueva primera ministra fue recibida por la Monarca tras ser confirmada en el cargo. Fue en el castillo de Balmoral, en Escocia, donde ha pasado sus últimos días de vida. Esta ha sido la última imagen pública de la soberana, ya frágil, pero con una gran sonrisa

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