El hijo pequeño de Carlos III y su mujer se encontraban en el Reino Unido cuando murió Isabel II

Los duques de Sussex se encuentran de nuevo con sus fantasmas

El miedo de que la historia de Diana de Gales se repitiera con Meghan o la ansiedad que las cámaras provocaban en Harry son algunas de las cosas por las que la pareja dejó la Casa Real británica en la primavera de 2020

Por Sira Acosta

Cuando el príncipe Harry tomó la decisión de dejar la única vida que había conocido desde que nació ocupando el tercer lugar en la línea sucesoria al trono británico y como segundo hijo de los entonces príncipes de Gales, Carlos y Diana, sabía que era un punto sin retorno. Entonces, en marzo de 2020, pronunció un discurso histórico, el último como Alteza Real, en el que juró lealtad a Isabel II como abuela, como reina y como comandante en jefe. Después, instalado en los Estados Unidos, abrió el cajón de los truenos y confesó todo le había atormentado durante años. Ahora, aunque regresar al Reino Unido suponga encontrarse cara a cara con todo tipo de "fantasmas", el príncipe Harry vuelve en honor a la hasta ahora soberana británica, eso sí con Meghan de la mano.

Desde que los duques de Sussex dejaron la Casa Real británica, una ruptura histórica que contamos en el podcast de ¡HOLA!, 'Harry y Meghan: jaque a la Reina', el príncipe Harry siempre ha tenido palabras de cariño, agradecimiento y preocupación hacía Isabel II; no corrieron tanta suerte el resto de miembros de la familia Windsor. Así que no es de extrañar que Harry corriera al Castillo de Balmoral para intentar despedirse de su abuela con vida y que ahora esté enfrentándose a una situación que ya ha dejado claro que no es de su agrado por muchos motivos.

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El inevitable recuerdo de Diana

El recuerdo de Diana de Gales –convertida en un mito y en un fenómeno transgeneracional, como analizamos en '¿Cómo se convirtió Diana de Gales en icono pop?'- está siempre presente, pero más durante estos días en los que el título de princesa de Gales se ha vuelto a poner en circulación ya que Carlos III anunció que quedaba en manos de Kate. También se habla de Diana durante estos días porque el fallecimiento de Isabel II ha vuelto a teñir de luto al país y a provocar una catarsis que no se veía desde su muerte en 1997. En ese sentido, el príncipe Harry ha vuelto a enfrentarse con el luto bajo la exposición pública, algo que según contó a Oprah Winfrey había marcado su infancia. "Lo que más recuerdo de su funeral es el sonido de las pisadas de los caballos. Era como si estuviera fuera de mi cuerpo, simplemente, caminando, haciendo lo que se esperaba de mí, mostrando una décima parte de la emoción que todos mostraban", confesó Harry, cuyas imágenes de ahora -junto a los príncipes de Gales y Meghan Markle en el castillo de Windsor- recuerdan a las de entonces, cuando solo tenía doce años.

Los flashes de las cámaras

Antes de salir de la Casa Real, el príncipe Harry había confesado que los flashes de las cámaras le ponían físicamente enfermo ya que le recordaban al peor momento de su vida, la muerte de su madre y las circunstancias en las que se produjeron. Al dejar la Familia Real lo aclaró en un valiente ejercicio para ponerse como ejemplo para hablar de salud mental: "Cada vez que me subía al coche y cada vez que veía una cámara empezaba a sudar. Sentía como si la temperatura de mi cuerpo fuera dos o tres grados más alta que la de todos los demás. Me convencía a mí mismo de que mi cara estaba totalmente roja y que todos podrían ver cómo me sentía, pero nadie sabría por qué. Fue muy embarazoso. Se te mete todo en la cabeza". Esa entrevista fue muy impactante, ya que no solo habló de sus ataques de ansiedad y pánico, que había mejorado tras cuatro años de terapia sugerida por Meghan, sino que además confesó que ese luto mal curado le empujo al consumo de drogas y alcohol como vía de escape. "Me di cuenta de que, vale, no bebía de lunes a viernes, pero probablemente estaba bebiendo en un día lo que bebería en una semana. Y no es porque lo disfrutara, sino porque estaba tratando de ocultar algo", reconoció.

Inseguro y atrapado en el Reino Unido

Durante el último año el príncipe Harry ha dejado claro a través de sus abogados que teme por su seguridad y la de su familia en el Reino Unido, motivo por cual no ha dudo en enfrentarse con el Ejecutivo por tener que asumir un riesgo que no eligió, "nació con él", matizó su equipo legal en un comunicado. Además, advirtió, tras haber estado en el castillo de Windsor para el funeral del duque de Edimburgo, que el regresar a su país le hacía sentir de nuevo atrapado. "Estoy fuera, pero me sigo sintiendo atrapado", confesó a la presentadora estrella de los Estados Unidos, a la vez que dijo: "Yo siempre quise ser normal, no el príncipe Harry".

El miedo por Meghan

El príncipe Harry dijo que la decisión que tomó, la de dejar atrás su vida como representante de la Corona británica, fue para proteger a su familia. "La historia se repetía. Mi madre fue perseguida hasta la muerte mientras salía con alguien que no era blanco", advirtió durante la entrevista con Oprah, un momento en el que comparó a Meghan con Diana y la situó en el centro de todos sus argumentos. No hay que obviar, que el racismo y la misoginia (al margen de otro tipo de motivaciones) fueron algunas de las razones que ha ido exponiendo Harry a lo largo de los años. En esta última aparición pública, el príncipe Harry se ha mostrado muy pendiente de Meghan, consciente de que este ya no es su lugar. Especialmente llamativo fue el momento en el que el duque de Sussex rodeó todo el coche para abrir y cerrar la puerta de Meghan, ya que en ese momento solo había una persona del equipo y es obvio que la prioridad es la nueva princesa de Gales. Meghan se lo agradeció pasándole la mano por la espalda.