Ocurrió un fin de semana en la despensa del Palacio de Kensington. La recordada Diana de Gales había invitado a una amiga suya a cenar. Decidió elaborar entonces un plato de pasta con salsa de tomate, una comida a priori sencilla de hacer, rápida y deliciosa al mismo tiempo. Así tendría más tiempo de charlar con su amiga. La princesa se dispuso a preparar los ingredientes y a cocinar. La pasta hirvió y entonces ella apagó el interruptor y ambas se dispusieron a degustar el plato. Poco después, la madre de los príncipes Guillermo y Harry regresó a la cocina y notó un intenso olor a gas. Así que, ni corta ni perezosa, llamó a los bomberos para que acudieran rápidamente.
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Quien ha recordado esta anécdota ha sido el chef Darren McGrady, quien pasó 15 años en las cocinas del palacio cuyas elaboraciones han degustado a lo largo de todo este tiempo numerosos miembros de la Familia Real, desde la reina Isabel II de Inglaterra hasta su marido, el duque de Edimburgo, pasando por los duques de Cambridge, los de Sussex y la propia princesa Diana de Gales. "¡La princesa fue la peor cocinera del mundo!", ha comentado entre risas tras narrar este episodio en The Morning Show.
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"Ese lunes por la mañana", ha proseguido, "me dijo: 'Darren, no vas a creer lo que sucedió, casi quemo la cocina, pero lo mejor de todo es que había 12 bomberos fornidos para mi sola", ha explicado entre risas el chef, que todavía recuerda los purés y cremas que cocinaba para el duque de Cambridge y el de Sussex, que por aquel entonces eran tan solo unos niños. "Eran príncipes, pero todavía tenían un paladar infantil", ha deslizado, antes de reseñar lo difícil que fue ponerse de acuerdo con la niñera para asegurarse de que los hijos de Diana de Gales comieran suficientes verduras, dado que ya comenzaban a mostrar su preferencia por las hamburguesas, los perritos calientes, el pollo frito y los pasteles y tartas caseros.
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Darren McGrady trabajó para la Familia Real hasta 1997, año en el que falleció la princesa, un trabajo que recuerda como la experiencia "más increíble" de su vida. No es de extrañar, teniendo en cuenta que, además de cocinar para los Windsor -11 años para la Reina y cuatro para Diana de Gales-, su puesto de chef le permitió viajar con ellos por todo el mundo. Así, conoció Sandringham, Windsor, Balmoral, Holyrood Palace, Royal Britannia y hasta Australia. Como curiosidad, el cocinero describió a la Soberana como una "adicta al chocolate".
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