Los esfuerzos de Camilla para ser una novia radiante

Por hola.com
Con bata y sin maquillaje
Su amiga, la novelista Jilly Cooper, atribuye a su singular estilo a su falta de vanidad. "Cuando te quedas en su casa, ella va de acá para allá a la hora del desayuno con su bata, sin maquillaje y con el esmalte de las uñas descascarillado". Todo esto cambiaría pronto, a partir de 2001 cuando quedó claro que su puesto en la vida del príncipe "no era negociable". Acompañada por la amiga de Carlos, Antonia, Marquesa de Douro, Camilla asistió al desfile de primavera de Chloe en París. De pronto se abrieron ante ella las puertas del maravilloso mundo de la moda y ella empezó a comprar vestidos para las grandes ocasiones.

Ella, que una vez había elegido para una fiesta importante un traje de noche sin tirantes (una moda desastrosa para mujeres de cierta edad) empezó a cubrir sus hombros y brazos con vestidos de cóctel de encaje negro con escotes muy bajos que dejaban ver el nacimiento del pecho. De día elegía trajes de suaves tonos pastel que armonizaban bien con su tez de blanca.

"Tanto atractivo como Madonna"
Este cambio gradual ha sido tan sutil que al principio la opinión pública no se dio cuenta. Hizo falta el ojo avizor de Anna Wintour, directora del Vogue estadounidense, para percibir la diferencia. Tras un encuentro con ella, Anna comentó: "No conseguía quitar los ojos de Camilla. Tenía un aspecto maravilloso y pensé qué cambios produce el amor en la apariencia de una mujer". Añadió que Camilla tiene tanto atractivo como Madonna: "Ese algo que te hace abrir la boca y te deja sin aliento".

Pero algunos expertos en moda opinan que lo mejor sería que no cambira demasiado. El diseñador francés Christian Lacroix advirtió: "No deben desear que Camilla Parker Bowles se convierta en una mujer a la moda". Por el contrario, debería resaltar "su famoso sentido del humor". La gran diseñadora de moda estadounidense Anna Sui añadió: "No le cambiaría nada. Me encantan las mujeres como Camilla".