La Princesa Leonor tiene la maleta casi lista. El tiempo vuela y ya es casi verano. Los reyes están felices de volver a ser cuatro y Sofía recupera a su hermana, su compañera de vida y su mejor aliada. Acabado el curso, tienen dos largos meses por delante para los que ya han comenzado a hacer planes. De trabajo, porque doña Leonor tendrá que cambiar las zapatillas de deporte por los tacones de Princesa para acudir a los actos programados en las próximas semanas; y, también de descanso.
El próximo 4 de julio, a falta de confirmación, la hija de Felipe VI y doña Letizia tiene su primera cita junto a su familia: la entrega de los Premios Princesa de Girona, que volverá a presidir, en Barcelona. Allí la heredera volverá a sorprendernos con su dominio de escena y de idiomas.
No será el único compromiso, por el camino habrá más y es posible que hasta algún viaje antes de empezar las vacaciones. Los Reyes aterrizarán en Mallorca el último fin de semana de julio haciendo coincidir su llegada a Marivent con el inicio de una Copa del Rey MAPFRE de vela muy especial y a la altura del prestigio acumulado a lo largo de 40 años de historia.
Agosto está ya al caer y habrá un respiro para la Familia Real y hasta una escapada a algún lugar secreto. Los cuatro tienen por delante uno de sus veranos más prometedores antes de que la Princesa vuelva a poner rumbo al antiquísimo Castillo de San Donato donde ha encontrado otro ‘hogar’ y la ‘libertad’ de poder ser una adolescente más. UWC Atlantic College se ha asegurado de que viva una experiencia igual que cualquier otro compañero. Quizá más, porque en todo el curso no se ha filtrado ninguna imagen suya.
Ha convivido con jóvenes de todas las clases sociales (300, de 90 nacionalidades), ha compartido cuarto -todas hacen su cama y lavan su ropa- y cocina, ha practicado todos los deportes y ha sumado a lo que llevaba de casa, la experiencia plena del servicio a la comunidad y el compromiso social. Ha participado en las veladas nacionales en Tythe Barn, un granero del siglo XII, ‘descubriendo’ a sus compañeros las tradiciones, la cultura y la historia de España. Como todos ellos, ha ido a fiestas, ha bailado, ha cantado, ha salido de excursión, ha hecho planes con sus amigo s por los pueblos cercanos, ha participado en la limpieza de la costa, y ha disfrutado del campamento de primavera de Gower, entre playas, valles, bosques y colinas rocosas. Una experiencia transformadora y llena de desafíos mentales y físicos con la que, junto a otros estudiantes de primero de Bachillerato, ha aprendido a prosperar en la naturaleza con pocos recursos.
Ha dormido bajo las estrellas en una tienda de campaña -con saco y esterilla-, ha pasado frío, se ha alimentado de arroz, gachas y chile, ha hecho caminatas, piragüismo, y bicicleta, se ha bañado en el mar, ha aprendido a hacer fuego… Y no ha tenido problemas.
Es una joven independiente y fuerte, aunque su aspecto angelical engañe. Además, llevaba mucho ganado. Estudiar fuera, salir de palacio era su ilusión, quería conocer otras culturas y otras realidades y no lo ha podido aprovechar mejor. Además de una princesa armada de responsabilidad y con una determinación asombrosa, sigue siendo una alumna brillante que saca notas extraordinarias.
La princesa termina su curso mañana y estará emocionada por el reencuentro con su familia y sus amigos. Aunque las llamadas a casa son constantes, doña Leonor, traerá mucho que contar y vendrá cargada de ilusión para retomar su posición como princesa heredera.