Los Reyes han puesto punto y final a su viaje de Estado en Marruecos. Don Felipe y doña Letizia, tras ser despedidos por las autoridades marroquíes en el aeropuerto, han emprendido el viaje de regreso a España. El monarca y su mujer cerraban una hora antes su agenda en Rabat con un encuentro en la sede de la Biblioteca Nacional con la comunidad española. Junto al ministro de Exteriores, Josep Borrell; Interior, Fernando Grande-Marlaska; Agricultura, Luis Planas; Cultura, José Guirao; e Industria, Reyes Maroto, han ofrecido una recepción, que ha durado cerca de una hora, a una representación de los más de 10.000 españoles que actualmente residen en el país alauí.
Después de que esta mañana la Reina enamorase con uno de sus estilismos más emblemáticos al recuperar el traje de su pedida de mano por San Valentín, en este acto, ha optado por un vestido de color granate, corte midi y manga larga de la diseñadora Carolina Herrera que ha combinado con unas sandalias del mismo tono de Lodi, cartera en color rojo y unos pendientes de rubíes y brillantes con forma de gaviota que pertenecen a la colección personal de la reina Sofía. La última vez que pudimos ver a doña Letizia luciendo estas joyas fue en diciembre, durante el acto solemne conmemorativo del 40º aniversario de la Constitución Española.
La anécdota de este encuentro se ha producido durante el discurso, cuando el monarca ha sido interrumpido con el himno de España, que volvía a reproducirse por segunda vez. Minutos antes, ya había tenido que esperar desde el atril al sonar una versión más larga de la habitual. Una vez solucionado el problema, Felipe VI agradecía "de corazón" la asistencia de las diferentes personalidades que se encontraban en la sala, especialmente a quienes habían hecho "el esfuerzo de venir desde otras muchas ciudades marroquíes". En su intervención, Don Felipe quiso “transmitir el orgullo de España y de la Corona ante ciudadanos españoles como vosotros que vivís fuera de nuestras tierras, en circunstancias no siempre fáciles, y que promovéis la mejor imagen de la España de hoy”.
Sin querer alargarse en exceso, el Rey, acompañado de su mujer, ha saludado y conversado con algunos de los asistentes, entre los que han destacado la princesa Kalina de Bulgaria y su marido Kitín Muñoz, nacido en Marruecos pero con nacionalidad española. El matrimonio, que se casó en 2002 y que tiene un hijo, el príncipe Simeón Hasan, ha vivido durante años en el país alauí.
Su segunda y última jornada en Rabat ha comenzado a primera hora de la mañana con la visita de los Reyes al Mausoleo de Rabat, donde han honrado la memoria de Mohamed V y la de Hassan II, abuelo y padre de Mohamed VI. Minutos antes, don Felipe se ha reunido con el primer ministro marroquí, Saadeddine Othmani. Tras este acto conjunto, el monarca se veía con los presidentes de las dos cámaras del parlamento mientras la Reina inauguraba su propia agenda en Marruecos con un encuentro en la Escuela de la Segunda Oportunidad, situada en la localidad costera de Salé, y donde ha conocido a los niños y jóvenes que están en acogida y realizan cursos de reinserción. La siguiente parada ha sido en la residencia del embajador de España, donde se ha celebrado una audiencia de los Reyes a hispanistas y escritores marroquíes en lengua española.
Con el fin de este viaje, las relaciones bilaterales de ambos países quedan reforzadas gracias a la firma de más de veinte acuerdos en materia de Interior, Energía, Cultura y Relaciones Exteriores, incluido el que sienta las bases de una asociación estratégica global, un convenio de colaboración en la lucha contra la criminalidad organizada y el relativo al establecimiento de una tercera interconexión eléctrica por el Estrecho.
