La princesa Alejandra de Dinamarca y su novio, Martin Jørgensen, han roto. Hace unos días se vio al joven fotógrafo sacando todas sus pertenencias de la residencia de la Princesa, según han informado las publicaciones escandinavas Kig Ind,Ekstra Bladet y Aftenposten. Se les acabó el amor después de un intenso año de relación oficial -su romance podría remontarse a 2003-, al parecer, no por la considerable diferencia de edad entre ambos -la Princesa es 15 años mayor que Martin-, sino por no poder vivir sus sentimientos abiertamente como cualquier pareja normal. Por esa razón, apunta la prensa danesa que Alejandra y Martin llevaban ya un tiempo atravesando una crisis, que finalmente ha desembocado en ruptura.
"Tenemos que apoyarnos" Superar una separación siempre es un duro trance. Pero en estos difíciles momentos, a la [princesa Alejandra] no le falta apoyo. Ni de sus hijos ni tampoco de su ex marido, el príncipe Joaquín. Así, fieles a la tradición, todos juntos, Alejandra, Joaquín y sus pequeños, los príncipes Nicolás y Félix, asistireron un año más en Møgeltønder al espectáculo del Circo Arena, en beneficio de la Fundación de Lucha contra el Cáncer Infantil de la que la Princesa es presidenta. Los niños se sentaron en primera fila entre sus padres, quienes de vez en cuando se inclinaban hacia sus hijos para hablar con ellos.
Que el príncipe Joaquín y la princesa Alejandra son todo un ejemplo a seguir entre los matrimonios divorciados lo demuestran en cada aparición, en cada acto y en cada declaración. Aunque el Príncipe ha rehecho su vida sentimental con la francesa Marie Cavallier, su relación con la madre de sus hijos, con la que estuvo casado casi 10 años, continúa siendo excelente. Siempre han luchado porque así fuera: "Tenemos que apoyarnos el uno al otro por nuestros hijos y por nosotros mismos. Por eso nos alegramos por los dos cuando las cosas van bien", declaró el Príncipe sobre su buena amistad tras el divorcio. Y ayer volvieron a aplicarse el cuento.
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