Al sucesor de Alberto I, Leopoldo III (1934-1951) le tocará vivir los difíciles momentos de la Segunda Guerra Mundial. Por segunda vez, Bélgica no se comprometió con ninguna de las alianzas y, también, por segunda vez, Bélgica, vio cómo se violaba su neutralidad. Usando la táctica de la Guerra relámpago y, sin previa declaración de Guerra, las tropas nazis invadieron los Países Bajos y el Rey fue obligado a capitular, después de ofrecer una débil resistencia durante 18 días. La Constitución dejaba al Soberano el mando supremo del ejército- y él, en contra de la voluntad de su Gobierno, había decidido rendirse. Príncipe con plenos poderes En 1950, diez años después de haber tomado aquella comprometida decisión, un referéndum reveló, sin embargo, que más del 57% de los belgas estaba a favor de la Monarquía... A su regreso, sin embargo, Leopoldo fue recibido con una huelga general. Entonces, en 1951, Leopoldo III abdicó en su hijo, Balduino, y le nombró Príncipe con plenos poderes. A pesar de la grave contienda internacional vivida por Europa es necesario señalar que, en 1949, Bélgica se integró en la OTAN y que, tan sólo un año antes, en 1948, Bélgica, Holanda y Luxemburgo habían creado el Benelux, una asociación económica, con la que pensaban afrontar otras posibles invasiones... La semilla- origen de la Europa unida, gestada a partir de mediados del siglo XX.
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