Desde entonces, aunque no de una manera profesional, el Príncipe heredero de los belgas se traslada con frecuencia hasta alguna de las bases aéreas para recordar los viejos tiempos... Y en esta última ocasión, el destino fue el campo de verano de entrenamiento de las Fuerzas navales, en Oostmalle, al Norte de Bélgica, a donde acudió acompañado por su esposa con la idea de que ésta viviera una experiencia inolvidable o que incluso, con un poco de suerte, acabara contagiándose de su pasión. Y por el momento, se puede decir que así fue; que la princesa Matilde se convirtió en la afortunada pasajera de un Ala delta muy sofisticado (Hang Glider) y que pudo vivir la magnífica experiencia de explorar el cielo de su país junto a un experimentado piloto instructor.
Datos técnicos: El ala delta o hang Glider consiste en un planeador (los avances en aerodinámica los hacen muy estables, maniobrables y seguros) construido con una estructura de aluminio y tela de dacron parecida a la de un velero. Los asientos están hechos de carbono y disponen de un respaldo para la cabeza.
El ala delta se basa en el concepto de vuelo de cualquier avión; la diferencia es que en vez de tener mandos aerodinámicos, ésta se controla con el desplazamiento del cuerpo del piloto , quien está colgado haciendo péndulo, (de ahí deriva su nombre en inglés (hang= colgar y glider= planeador), posición que le permite moverse hacia los lados (para girar) y hacia adelante o atrás (para ganar o perder velocidad). No obstante, son muy maniobrables y alcanzan una gran velocidad. Sin estar plegados, estos planeadores miden 5 metros x 35 cms de diámetro y armados 10 x 4 metros y 35 kgs. No se requiere ningún tipo de titulación para empezar a volar en este tipo de nave, y disponen de un paracaídas de emergencia (similar a los del ejército) que se abre en caso de accidente en menos de tres segundos.