Los planes de futuro de Phillippos de Grecia y su mujer, Nina Flohr, después de la boda

El sobrino de la reina Sofía ha afirmado que le gustaría quedarse en el país heleno

Por hola.com

Phillippos de Grecia y Nina Flohr contrajeron matrimonio el 23 de octubre a las cinco de la tarde en la Catedral de la Anunciación de Santa María, en Atenas, lugar donde en 1962 se habían casado don Juan y doña Sofía y, dos años más tarde,los reyes Constantino y Ana María de Grecia. La boda del pasado sábado fue, sin duda, uno de los eventos del año en el país heleno, donde se congregaron una gran representación de las casas reales de todo el mundo y altas personalidades de la jet set internacional. Después de tres días de celebraciones, el Príncipe hizo sus primeras declaraciones tras su enlace afirmando que, tanto él como su esposa, están muy felices ya que todo ha sido "maravilloso" y "perfecto" para los dos. Philippos de Grecia vive en Nueva York, allí trabaja como analista en la compañía de inversión y gestión de capitales Ortelius Capital Partners, donde también está su hermano mayor, Pablo de Grecia, como socio, y al ser preguntado por la prensa sobre si pensaban quedarse en el país de su familia comentó que sí. "Probablemente nos quedaremos aquí", aseguró. La prensa griega quiso saber si le mostraría el país a su recién estrenada esposa y respondió: "Grecia tiene muchos lugares hermosos, pero, Nina ama a Grecia desde antes de conocerme".

Las fotografías oficiales de la boda de Philippos de Grecia y Nina Flohr en Atenas

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Doña Sofía regresa, junto a su hermana Irene y la infanta Elena, al lugar donde celebró su boda para ver casar a su sobrino

En octubre, los novios celebraron por fin su boda a lo grande, la pareja ya había celebrado por sorpresa un enlace civil en Saint Moritz, en Suiza, país de origen de la novia, en diciembre del 2020. En esa ocasión, debido a las restricciones sanitarias establecidas por la pandemia, la ceremonia tuvo dos únicos testigos: el rey Constantino y Thomas Flohr, los padres del novio y de la novia. Posteriormente, tuvo lugar un almuerzo con una treintena de personas al que acudió la infanta Cristina y su hija Irene, residentes en Ginebra. Tras algunos meses de espera, pudieron compartir su felicidad junto a los suyos en una celebración que duró tres días. La víspera de la boda, el viernes 22 de octubre, reunieron a sus invitados en una cena de gala que tuvo como escenario el idílico lago Vouliagmeni, un impresionante enclave natural situado a unos 25 kilómetros al sur de Atenas. El mágico lugar se llenó de guirnaldas de luces para recibir a los asistentes que quisieron acompañar a los novios, como la infanta Elena, madrina de bautismo de Phillippos o Beatriz de York y su marido, Edoardo Mappelli Mozzi, entre otros.

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El día siguiente, el 23 de octubre era la fecha más especial para Phillippos y Nina, ya que se daban el "sí, quiero" en la Catedral Metropolitana de Atenas ante todos sus familiares y amigos. Era la primera boda real celebrada en la capital helena desde hacía 57 años. El príncipe Phillipos, hijo pequeño de Constantino y Ana María de Grecia, llegó a la Catedral acompañado por su madre La novia llegó al templo del brazo de su padre, Thomas Flor, el fundador de la compañía suiza de jets privados, VistaJet. Y ahí pudimos descubrir uno de los secretos mejor guardados de la boda, el vestido de la novia, un espectacular modelo de Chanel y se tocó con una de las tiaras más espectaculares del joyero griego, la conocida como tiara del Corsario. Una joya que en su origen fue un broche de la reina Victoria de Suecia. La reina Ana María la recibió como regalo por su 18 cumpleaños, la Reina quiso que Nina Flohr la llevara en un día tan especial, como también hizo con Marie-Chantal de Grecia y con la princesa Tatiana cuando se casaron con los príncipes Pablo y Nicolás, respectivamente. Precedidos por una lluvia de petalos blancos y cogidos de la mano salieron de la Catedral ya como marido y mujer. Los príncipes quisieron posar ante los medios protagonizando una escena muy romántica: primero, Phillippos besó a su mujer en la frente, después, en la mano y, finalmente, el Príncipe se a darle el beso que todos pedían sellando así su amor delante de todos los allí congregados.

De la espectacular decoración del banquete nupcial al divertido baile: así fue la celebración de Philippos y Nina

Los novios y sus ilustres invitados pusieron el broche de oro a tres días de felicidad y celebraciones con un almuerzo de despedida en el Club Náutico, próximo al puerto de El Pireo, en Atenas, uno de los enclaves favoritos de la Familia Real helena. El matrimonio se reencontró con familiares y amigos después de su gran día para despedirse, agradecerles su presencia y compartir las últimas confidencias sobre lo que habían vivido durante esas tres románticas jornadas donde pudieron celebrar su amor junto a sus seres queridos.