Además de símbolo de belleza y de una exquisita elegancia (fue elegida la mujer más elegante del año 2004 en una encuesta realizada por la revista ¡HOLA!) la reina Rania Al-Abdullah de Jordania se ha caracterizado siempre por su compromiso con diferentes causas solidarias a las que ha prestado su apoyo siempre que le ha sido posible. Recordemos que la esposa del rey Abdalá preside organizaciones benéficas como la Fundación Río de Jordania (fundada por ella en 1995 para ayudar a los más desfavorecidos de su país) o la Sociedad Jordana de Donación de Órganos. Además, la Reina de los jordanos es, desde el pasado mes de enero, abogada extraordinaria de la infancia, un título que le fue otorgado durante el Foro Económico Mundial de Davos.
Una Reina pacificadora Esta misma semana, el espíritu solidario de la Reina hachemita se ha visto recompensado nuevamente con el prestigioso premio John Wallach de la Paz, un galardón que le fue entregado el pasado lunes durante la gala 'Seeds of Peace' (Semillas de la Paz). El evento fue organizado por la organización benéfica del mismo nombre, que presta ayuda a adolescentes de regiones en conflicto. La ceremonia, celebrada este año en el hotel Pierre de Nueva York y que también tuvo como premiado a Ted Koppel por su extraordinaria contribución al periodismo, tuvo como absoluta protagonista, sin embargo, a la reina Rania, que recibió de manos de la presidenta de la organización, Nicolla Hewitt, el premio que lleva el nombre de su marido, fallecido víctima de cáncer en 2002 y fundador de 'Seeds of Peace'.
"Es un honor otorgar este premio a uno de los más grandes pacificadores del mundo. Su compromiso con la misión de Seeds of Peace no tiene precedentes", dijo Nicolla Hewitt. "El compromiso de Su Majestad la reina Rania por trabajar a lo largo de Oriente Medio y en el mundo por educar a niños de países en conflicto y por proveer de oportunidades para crear la paz la convierte en merecedora de este premio".
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