Los más pequeños de la casa, protagonistas de la tradicional foto de Navidad de la Familia Real belga

Por hola.com

Como es tradición y costumbre en estas fechas navideñas, los reyes Alberto y Paola de los Belgas, acompañados en esta ocasión por todos sus hijos y sus once nietos, han posado para los medios de comunicación en el palacio real de Bruselas ante el Belén instalado en uno de los salones de la residencia real. La imagen, representa el espíritu religioso de unas fechas entrañables que los belgas viven con gran fe todos los años. Posteriormente, y como es también costumbre, la [Familia Real belga] asistió al tradicional concierto de Navidad en el que se interpretó un programa de canciones tradicionales. A continuación, tuvo lugar una recepción, en la que estuvieron presentes las principales autoridades de la nación.

Por estas fiestas, tradicionalmente la Familia Real celebra y pide que se cumpla su deseo más ferviente: un país unido, donde terminen las divisiones regionales. En Bélgica conviven tradiciones valonas con flamencas. Y si a esto añadimos el sabor español aportado por la reina Fabiola, tras treinta y ocho años de reinado, nos encontramos con unas Navidades llenas de contrastes.

Navidades mágicas
Niños flamencos y niños valones sueñan lo mismo aunque con nombre distinto. Los flamencos esperan a San Nicolás. Los francófonos, a Papá Noel y a su compañero Papá Fouettard. Todos saben que si durante el año se han comportado como niños buenos encontrarán regalos al despertar. Por el contrario, San Nicolás, que se desliza por los hogares belgas el 6 de diciembre, deja una ramita en el zapato a aquellos niños que no han sido tan buenos como se esperaba de ellos. Por otro lado, están los Reyes Magos que, probablemente seducidos por el tesón de la reina Fabiola, deambulan por los pueblos más pequeños, cantando de casa en casa a cambio de dulces navideños.

En todas las casas e iglesias belgas se colocan grandes belenes cuando se acerca la Navidad. Algunos de ellos tienen el mérito de ser artesanales, y otros de haber sido tallados en siglos pasados. El 30 de diciembre es la fecha señalada para iluminar no sólo los Belenes, sino también los árboles, entre ellos el gran abeto que, desde 1964, dona la ciudad de Helsinki, a la ciudad belga.