Kate Middleton: una novia a la espera

Guapa, inteligente y valiente, 'la chica' del príncipe Guillermo de Inglaterra lo tiene todo a su favor

Por hola.com

La novia del príncipe Guillermo, Kate Middleton, es considerada desde ya apta para ser Princesa. Lo tiene todo a su favor: pasado impoluto, distinción, madera de relaciones públicas, buena presencia, así como, y lo más importante, la bendición de la Familia Real inglesa y de sus conciudadanos.

Kate, la mayor de tres hijos de una respetable familia de clase media-alta, que se enriqueció gracias a sus propios esfuerzos en el negocio de los juguetes, asistió a un colegio exclusivo y obtuvo su licenciatura en Historia del Arte en la misma Universidad donde estudió el futuro Heredero. Su pasado sin mancha está a prueba de sensacionalismo. No sólo es totalmente inútil buscar escándalos acerca de ella, a excepción de las típicas chiquilladas de la época escolar, sino que, además -y, a excepción de su corto romance con el estudiante Rupert Finch- el príncipe Guillermo es su primer y único novio serio.

También cuenta con el favor de la prensa inglesa, que la considera encantadora, correcta, inteligente y muy unida a su tierra, además de sexy, deportista, glamourosa, y muy segura de sí misma. En definitiva, una joven muy completa con numerosas cualidades como para poder imaginárse , de antemano, como futura Princesa, y esto es precisamente lo que sugiere su buena relación con la reina Isabel II. De hecho, se dice, y a la vista ha quedado con esta ceremonia para la historia -el día en el que el príncipe Guillermo se convirtió en oficial y caballero-, que la Soberana siente debilidad por ella y que la admira porque nunca pierde los nervios (incluso ante su presencia)y porque es como una bocanada de aire fresco en todas partes. También, en Windsor donde, según apuntan algunas fuentes, después de compartir un almuerzo mano a mano hace algunas semanas, salieron a cabalgar juntas por Windsor Great Park. Un verdadero privilegio para Kate ya que, desde la muerte de su fiel secretario, Sir John Miller, la Reina prefiere pasear sola con su caballo.