Ha comenzado el año parlamentario para toda Escandinavia. Tres ceremonias, celebradas en Suecia, Noruega y Dinamarca, pero con un mismo esquema -el tradicional boato real y el protagonismo de las damas reales, que hicieron gala de su elegancia y de la mejor y más simpática de sus sonrisas-, inauguraron ayer al unísono las sesiones de otoño.
La apertura del parlamento sueco se desarrolló conforme a la tradición. El Rey, acompañado por su familia, llegó en una carroza de época tirada por caballos hasta el edificio del Parlamento, donde todos fueron recibidos por el Portavoz de la cámara sueca. La [princesa Victoria] se sentó frente el hemiciclo junto a sus padres y sus hermanos, la [princesa Magdalena] y el príncipe Carlos Felipe, en la primera fila reservada para el público.
Numerosos suecos se congregaron en las calles colindantes del edificio del Parlamento para ser testigos de primera mano de la llegada en carruaje de los miembros reales, así como también para dar la bienvenida a la princesa Magdalena, que asistía por primera vez, desde su regreso de los Estados Unidos, donde estuvo realizando varios meses de prácticas en UNICEF, a un acto oficial. La elegancia de las damas fue nuevamente una de las notas dominantes de esta solemne ceremonia, que marca el comienzo de la actividad parlamentaria y el inicio de las sesiones de otoño de la cámara sueca. La reina Silvia lució un traje negro que combinó con un sombrero claro de ala ancha con ribetes negros; la princesa Victoria, un juvenil conjunto azul oscuro y un sombrero del mismo tono, y la princesa Magdalena, un traje de la gama de los beige combinado con un sombrero marrón.
Una recepción para 1.300 invitados El rey Carlos Gustavo se centró en su discurso de apertura del Parlamento en el cambio climático, una de las principales cuestiones a abordar en las reuniones de la nueva asamblea. Afirmó que Suecia está disfrutando de unos días extraordinariamente cálidos en contra de lo habitual, pero que el calor también puede resultar inquietante. El soberano también señaló la importancia de que tropas suecas participen en operaciones internacionales para el mantenimiento de la paz y la seguridad en otras partes del mundo. Tras el himno nacional y el discurso del Rey, se ofreció una recepción en la que se sirvieron aperitivos y 400 botellas de vino para 1.300 invitados.
Más sobrias fueron las aperturas de los parlamentos danés y noruego. Las banderas noruegas ondearon en la jornada de ayer en el Parlamento del país escandinavo anunciando la solemne apertura de la nueva sesión parlamentaria que iba a celebrarse tras sus muros. El rey Harald, con el uniforme de gala orlado de condecoraciones; la reina Sonia, muy elegante con una capa roja con visón, un vestido rojo y negro y un sombrero a juego, y el príncipe heredero Haakon, uniformado igualmente con el traje de gala, confirieron al acto la pompa real. En el reino de Dinamarca, los Herederos y el príncipe Joaquín fueron los que acapararon toda la atención, especialmente la princesa Mary, considerada una de las princesas más atractivas y elegantes de Europa, siempre centro de los objetivos de los fotógrafos.
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