Con esta explicación, nosotros no queremos de ninguna manera justificar lo sucedido sino, muy por el contrario, nos damos cuenta de que hemos cometido una falta grave por no haber contado desde el principio la historia entera tal cual es. Ahora la Reina, usted y nosotros mismos hemos de enfrentarnos a las consecuencias de nuestros actos. En junio, usted anunció su intención de dar su beneplácito a nuestro casamiento... Similar a nuestra alianza con la Casa Real, nuestro respeto a la Reina y a la Familia, y al papel secundario que Mabel y yo podríamos haber cumplido posiblemente. Su decisión se había basado también en el incompleto informe que dimos de los contactos que Mabel mantuvo con el caballero Bruinsma. Desde que hablamos del caso en toda su extensión, su confianza en nosotros ha sido notablemente dañada. Reconocemos nuestro error y aceptamos las consecuencias. A este respecto, nuestro deseo es que el Gobierno no se reúna en Consejo de Estado para dar consentimiento a nuestro matrimonio. De esta forma esperamos evitar cualquier daño adicional a la Reina, a la Casa Real, a nuestras familias, amigos y otros.
También como consecuencia de nuestras acciones, la familia de Mabel y otros, que nunca tuvieron conocimiento de la existencia del caballero Bruinsma, han sufrido inmerecidamente el revuelo alrededor de este asunto. Otros, en cambio, han vuelto a enfrentarse a situaciones dolorosas que formaban ya parte del pasado. Esperamos que su derecho a la intimidad sea respetado nuevamente tan rápido como sea posible. Asimismo, queremos hacer públicas nuestras disculpas a todos aquellos que hemos herido o desilusionado. Así como aclarar que no tenemos ninguna objeción en contra de la publicación de esta carta, que usted puede entenderla, si lo desea, como una explicación.
Soportaremos las consecuencias de todo este asunto de manera digna en nuestra vida futura. Planeamos casarnos en la primavera de 2004.Y, juntos, esperamos que podamos ser un apoyo para mi madre, la reina Beatriz, y mi familia.
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