Tres años de complicidades y amor entre el Príncipe Heredero de Dinamarca y su novia, Mary Donaldson. Tres años y aún no se ha producido el tan esperado momento del compromiso oficial. Sin embargo, y con los daneses más impacientes que la propia pareja, Federico de Dinamarca y Mary Donaldson se sienten cada vez más unidos. Prueba de ello son las numerosas ocasiones en las que se les ve juntos, compartiendo tiempo y amistades, y disfrutando de un verano en común.
Una cena entre amigos Francia en verano es pura luz y gastronomía delicada. Federico de Dinamarca y Mary Donaldson lo están descubriendo en compañía de tres parejas amigas: Holger Foss y Rose Gad; Jeppe Handwerk y su mujer, Birgitte Zachau; y Caroline y Peter Heering. Aunque discretos, todos buscan lo mejor de cada sitio para disfrutar del verano. Así lo hicieron, el pasado jueves, cuando acudieron a cenar a un emblemático restaurante, situado en el Chateau Mercuès, antigua residencia de los obispos de Cahors. Federico de Dinamarca y su novia disfrutaron en todo momento de un ambiente distendido y, sobre todo, de una gastronomía exquisita. El rey de la noche fue el mango, fruto que el restaurante prepara con todo lujo de detalle como guarnición para la carne y el pescado.
El compromiso más esperado Aunque resulta obvio, por las miradas cómplices que se lanzan cada vez que se les fotografía juntos, que la pareja está más enamorada que nunca, el momento del compromiso oficial parece ligado a la palabra inminente. Y, sin embargo, no llega. Ni siquiera cuando miles de daneses, en el multitudinario concierto de los Rolling Stone en el Parken de Copenhague, le comenzaron a pedir a su Príncipe que se arrodillase. Y así, de manera tan romántica y medieval, pedir la mano de su amada. No fue posible pero... ¿Quién sabe si durante el verano no oíremos ese "sí" definitivo y oficial que tanto se está haciendo esperar?
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