Reina Beatriz: "Un hombre con la paz del príncipe merecía morir tranquilo"

Por hola.com

En los tiempos antiguos transcurría un largo periodo de tiempo desde el fallecimiento de los miembros de la Casa de Orange hasta su inhumación en la Nieuwe Kerk, en Delft. Por ejemplo, pasaron siete meses antes de que el cuerpo embalsamado de Louise de Coligny, la cuarta esposa de Guillermo de Orange recibiera sepultura y cinco hasta que se celebró el entierro de Maurits.

Una decisión de la Reina
Con el embalsamamiento del Príncipe Claus se continúa, por lo tanto, con una vieja tradición de los Orange (también los antepasados de Guillermo de Orange fueron embalsamados con hierbas aromáticas) aunque, en esta ocasión, la postura de la Familia Real haya sorprendido a los ciudadanos holandeses que consideran el embalsamamiento como algo anticuado. Especialmente, después de que la Princesa Guillermina, en 1962, rompiera una tradición de cinco siglos pidiendo no ser embalsamada. La princesa, que era muy religiosa, quería comparecer ante su Dios "tal como era".
No obstante, la Reina -sin dejarse influir por el último deseo de su abuela- así lo decidió antes de hacer público, en una edición especial del Boletín Oficial del Estado, que siente "una tristeza enorme al haber perdido a mi ser amado" y que, "un hombre con la paz del Príncipe merecía morir tranquilo como sucedió y eso ha sido para mí su mejor regalo de despedida"; y antes de tomar otras decisiones como: la de retapizar de negro la carroza donde será trasladado su esposo; el recorrido del cortejo fúnebre, o el cubrir de grises todos aquellos espacios en los que su esposo será velado hasta que sea inhumado en el panteón de los Orange. ( La manta, la Iglesia, las cortinas... todo será gris).

La Reina siempre con sus dos nueras
Mientras los días pasan y la Familia Real visita constantemente los restos mortales del príncipe Claus -los tres hijos: Guillemo Alexander, Johan Friso y Prince Constantino, siempre juntos; y la Reina, siempre con sus dos nueras, Máxima y Laurentine-, en Delft han comenzado a hacerse todos los preparativos. Una vez más, la ciudad volverá a ser el escenario de un enterramiento real.
El \'Guardián de las Llaves\' del panteón de la Casa de Orange-Nassau es el alcalde de Delft, van Oorschot, y tiene en este momento, como Comisario de la Casa Real para la gestión y mantenimiento del panteón, un papel primordial en todos los preparativos antes de la inhumación. De hecho, obedeciendo sus instrucciones, los bancos de la iglesia han sido reemplazados por sillas y la piedra tumbal de dos toneladas ( con una inscripción en latín que dice: "Aquí espera Guillermo I, padre de la patria, su resurrección") ha vuelto a abrirse, después de 40 años, el pasado martes. Se retiró la lápida y se hizo visible la ancha escalera de piedra que conduce a la cámara mortuoria y la cripta donde el día 15 de octubre será enterrado el príncipe Claus; justo debajo del mausoleo de Guillermo de Orange y al lado de otros 43 miembros de la Familia Real de Holanda... Mientras, Holanda se despide de su príncipe visitando su capilla ardiente en el palacio de Noordeinde.