La piel de un recién nacido es muy sensible ya que, a diferencia de la que tenemos los adultos, la de los bebés no tiene aún las defensas suficientes para enfrentarse a las agresiones externas. Unas defensas que irán ganando poco a poco, pero que, de momento, son más bajitas a nivel anatómico y fisiológico y le hace ser más bien delicada y, por tanto, necesita de unos cuidados especiales.
La función principal de la piel es la de convertirse en nuestra primera barrera hacia el exterior. Sin embargo, al haber estado resguardada en el útero, donde se encuentra rodeada de líquido, cuando un bebé nace, todo lo que encuentra es nuevo y, para la piel, también. “Nos sirve para protegernos de lesiones, golpes y arañazos, pero también de infecciones y nos ayuda a regular adecuadamente nuestra temperatura”, señala la Federación de Asociaciones de Matronas de España (FAME). Pero, para ello, necesita un tiempo de preparación.
Te contamos qué debes tener en cuenta para cuidarla durante este proceso, qué productos puedes utilizar, cuáles debes evitar y otros aspectos básicos como la temperatura del agua del baño o por qué al principio no necesitan ser enjabonados con mucho gel.
Estos alimentos saludables están prohibidos antes de cumplir 1 año