Lo más recomendable, en líneas generales, es comenzar con la alimentación complementaria a partir de los 6 meses de edad. Hacerlo antes no tiene mayores beneficios, pero sí algunos inconvenientes. Sin embargo, aunque cumplas con esta franja de edad, hay alimentos que, siendo saludables y fundamentales en una dieta equilibrada, no pueden ser introducidos en las comidas de un bebé hasta que éstos cumplan el año de edad. Hasta los 6 meses, el alimento principal debe ser, sin duda, la leche. A partir de aquí, los bebés pueden empezar a experimentar con otros sabores y texturas, con alimentos diferentes y que les acompañarán toda su vida. Pueden comer casi de todo, pero según los pediatras, hay algunos alimentos que se entienden como prohibidos hasta que tu hijo sople sus primeras velas.

En esta primera etapa, el bebé ya puede masticar alimentos troceados y disfrutar con la comida, además de compartir la mesa con toda la familia. Podrá también experimentar lo que es una comida completa: un primer plato (un puré de verduras o una sopa), un segundo (carne o pescado, por ejemplo) y un postre (como fruta o yogur). Todo ello, por supuesto, en cantidades adecuadas.

Las necesidades nutricionales de un niño siempre van a depender de su desarrollo, su peso y talla, además de su grado de actividad (si ya camina o gatea, etc). Pero, de manera general, debería ingerir a diario:

• Entre 1.200 y 1.300 kcal.
• Proteínas: 25-20 gramos.
• Hidratos de carbono: 100-160 gramos.
• Grasas: 35-45 gramos.

Y siempre teniendo en cuenta que la leche no deja de tener un lugar importante en su dieta, pero el biberón debe ir siendo abandonado progresivamente. Sin embargo, hacerlo con los alimentos adecuado puede tener graves consecuencias.

Alimentos prohibidos hasta cumplir 1 año

1.- Los frutos secos enteros: aunque son muy saludables, no se recomiendan porque pueden causar un atragantamiento en el bebé. Se pueden ofrecer de otras formas, como molidos o en forma de harina. Pero el riesgo es tan elevado como, por ejemplo, con otros alimentos que también están desaconsejados: la manzana o la zanahoria cruda, las palomitas o los alimentos pequeños y con forma redondeada, como las aceitunas, los tomates cherry o las uvas.

2.- Los pescados de gran tamaño: por su alto contenido en mercurio, los niños menores de 3 años deben evitar el consumo de peces grandes como son el pez espada, el emperador, el cazón, el lucio, la tintorera o el atún rojo. Las recomendaciones son limitarlos, en su caso, a los 50 gramos cada semana y no consumir ninguno de la misma categoría durante esos días.

3.- Los mariscos: se debe evitar el consumo habitual de gambas, langostinos y cigalas, además del cuerpo de los crustáceos parecidos al cangrejo. Esta vez, por la presencia de cadmio.

4.- Carnes, pescados y huevos poco hechos: de la misma forma que en el caso de las embarazadas, los niños menores de un año deberían evitar el consumo de este tipo de comidas porque pueden generarse graves infecciones.

5.- Hortalizas de hoja verde: como las espinacas, borrajas y acelgas o, al menos, ofrecerlas como plato único. Por su alto contenido en nitratos, la propia Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) nos recomienda ser precavidos con estos alimentos durante el primer año de vida de nuestro hijo. Las verduras sí que deben ser incluidas, pero en este caso, debemos limitar la cantidad en torno al 20% del contenido total de la ración de la comida.

6.- La miel: es un endulzante, sí. Y es verdad que preferimos otro tipo de alimentos dulces, como la fruta, pero si quieres darle a probar, no te olvides que nunca antes del año de edad. Puede provocar botulismo, una enfermedad poco frecuente, pero muy peligrosa. En realidad, la recomendación va más allá: no ofrecerla hasta los 3 años por ser muy cariogénica, es decir, que aumenta mucho el riesgo de padecer caries.

7.- Leche entera de vaca: deberás esperar hasta el año de edad para introducirla, por un exceso de proteínas y minerales, que pueden ser perjudiciales para los riñones de un bebé. Los niños más pequeños no son capaces de digerirla por completo, tanto la leche entera como sus derivados, y puede producir anemia al disminuir la absorción de hierro.

8.- Alimentos bajos en grasa o desnatados, porque los bebés están en plena etapa de crecimiento y desarrollo y necesitas las grasas saludables presentes en los alimentos para crecer.

9.- Las algas, que son cada vez más frecuentes en nuestra dieta. Sin embargo, para los más pequeños, son peligrosas por su altísimo contenido en yodo.

10.- Las bebidas vegetales de arroz que, aunque son muy saludables (si no tienen azúcares añadidos), contienen mucha cantidad de arsénico para un bebé de menos de un año.